Carcass

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Un pequeño homenaje a la banda británica, “el otro” cuarteto de Liverpool.

 

 

Advierto: si buscáis una crítica imparcial sobre esta banda, no sigáis leyendo.

Hay músicos que pasan a la posteridad, hay músicos que quedan olvidados. Hay músicos que son pioneros, hay músicos que se ciñen a los cánones ya establecidos. Ambas consideraciones pueden combinarse de todas las formas: hay pioneros legendarios, hay continuadores legendarios. Y también hay, por supuesto, pioneros olvidados.

Carcass se acerca peligrosamente a esta última categoría. El nombre del cuarteto británico formado por Jeff Walker, Bill Steer, Michael Amott y Ken Owen suena desconocido para la mayoría de gente aficionada al género metálico. Algo totalmente injusto, puesto que, en mi opinión, este grupo fue pionero en lo ético y lo estético de lo que ha venido a llamarse el metal extremo. Este sentir es el motor impulsor de este pequeño homenaje a esta gran banda.

Lo primero al hablar de Carcass es sin duda situarlos en el tiempo y el espacio. Nacieron en 1985 en Liverpool, y se disolvieron en 1995. En diez años de carrera crearon un sonido totalmente nuevo, y dieron lugar a cinco álbumes que sentaron las bases sobre las que miles de grupos trabajaron posteriormente. Grupos entre los que se encuentran In Flames, Cannibal Corpse, Arch Enemy, Children of Bodom, Six Feet Under y un largo etcétera.

Pioneros en lo estético fueron al redefinir el sonido metálico. Carcass rechazaron el paradigma del metal de entonces: canciones largas de ocho minutos, grandes momentos de virtuosismo musical, solos de elevada complicación técnica… su sonido apuesta por canciones cortas, directas, que se ciñen a la estructura básica del rock’n roll: introducción – estrofa – estribillo – estrofa – estribillo - solo (corto) – estrofa - estribillo.

A la simplicidad y rapidez del punk, añadieron una batería contundente, unas guitarras distorsionadas y la voz gutural de Jeff Walker que crearon un sello sonoro nunca visto hasta entonces, y que supuso el nacimiento del grindcore y del death metal. Pioneras fueron también sus letras macabras, sobre enfermedades y desmembraciones (todas ellas con un humor negro propio del mejor punk británico). Aunque más tarde incorporaron letras más diversas, el elemento macabro siempre estuvo presente, como metáfora crítica sobre la sociedad y el pensamiento capitalista occidental (como en la genial Keep on Rotting in the Free World).

Pioneros en lo ético lo fueron por su apuesta. Carcass tocaban metal, sí, pero eran hijos del punk británico. Los ochenta en las Islas Británicas estuvieron dominados musicalmente por el punk y el hardcore punk, y socialmente por el activismo contra el gobierno ultraconservador de la Dama de Hierro. The Clash fueron los primeros en unir compromiso político y punk, y más tarde Crass (notemos la similitud onomástica con Carcass) le dieron un contenido ideológico sólido al movimiento.

Carcass nacieron en este contexto. Apostaron por el “Do It Yourself” del punk. Era una época donde para triunfar en la escena metálica había que apostar por una música (grandilocuente y virtuosa), una estética (flequillos imposibles, laca de pelo, mallas chillonas, chupas de cuero…), y una actitud ante la vida de estrella del rock. Carcass enviaron todos estos clichés a la basura: Eran cuatro chavales de clase obrera británica tocando su música, y el resto les importaba poco. Podría decirse que eran más bien punks con el pelo largo.

Los problemas con su sello discográfico y las distintas visiones del rumbo musical que había de tomar el grupo dieron al final con la disolución de Carcass en 1995. Su reunión posterior (incompleta, debido a la hemorragia cerebral que sufrió el batería Ken Owen) no ha aportado nada en lo musical. No obstante eso, ahí siguen sus discos, su sonido y su apuesta musical, igual de válida hoy en día como lo fue en su momento. Y también está allí su legado: el death metal, el grindcore, el death melódico… y una multitud enorme de subgéneros de metal extremo, los cuales no habrían llegado a ver la luz sin los cuatro pioneros de Liverpool.

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Patapalo
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Creía que era una banda más consagrada. Para mí siempre ha sido uno de los referentes de metal extremo, aunque, claro, veo que me voy quedando viejo :-)

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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natxo (no verificado)

Yo también los veo como una banda consagrada. Recuerdo que pinchaban el Reek of putrefaction en la radio y todo. Así que si se ha olvidado, es cosa de ahora, pero en el momento Carcass eran tan conocidos como Napalm Death. Y joder, los últimos discos siguen siendo grandes.

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