El informativo nocturno

Imagen de Anne Bonny

Reseña del cómic de Jonathan Hickman publicado por Panini Cómics

Panini Cómics nos presenta en su colección 100% la opera prima de Jonathan Hickman, un cómic de los que entran por la puerta grande por méritos propios. El informativo nocturno viene a no dejar títere con cabeza y pone, si no toda, un buen trozo de carne en el asador en todos los aspectos.

El primero que salta a la vista, por supuesto, es el visual. El autor compone las páginas casi como si fueran pósters. Los colores anegan la vista, sobre ellos flotan los diálogos, los personajes, las acciones, la información. Son flashes que nos impactan, que buscan directamente nuestra retina. Pero no son erráticas luces estroboscópicas, sino una señalética que nos conduce para que no nos perdamos, porque en El informativo nocturno es importante no perderse.

Por ellos nos encontramos la narración salpicada de incisos, de datos que sirven de marco para lo que nos están contando. También de intervenciones del autor, que renuncia a distanciarse y se permite estar presente con guiños, comentarios, bromas y puyas. Es como si se hubiera dado su propia columna de opinión y la hubiera destilado hasta hacerla casi invisible, pero omnipresente.

Luego está, por supuesto, el tema de fondo: toda la polémica que circula en torno al cuarto poder, los medios de comunicación. Este no se aborda desde una perspectiva romanesca, aunque la historia en general sí lo sea, sino, en cierto modo, desde la óptica periodística: conexiones, fuentes de ingresos, política, hechos puntuales, escándalos... No es solo un tema, sino que esta visión está presente en el propio desarrollo de la narración, que tiene, qué duda cabe, su punto policíaco, juego en el que va deja entrar al lector a base de flashbacks y dosis de información. Seguir la madeja de lo que está pasando termina por ser más fascinante que la propia acción en sí, y eso que esta es de alto voltaje.

Sin embargo, El informativo nocturno no es una obra de género policíaco. Ni siquiera es, en realidad, una obra sobre investigaciones. Se emparenta más con la guerrilla pop de El club de la lucha, aunque aquí el componente folclórico está algo más contenido. De hecho, aunque los personajes tengan mucho de cinematográfico en una primera capa, a poco que rascas asoma con inusitada —y terrible— fuerza la realidad.

Y aquí volvemos a la esencia de este trabajo de Jonathan Hickman, porque aunque El informativo nocturno funciona muy bien como obra narrativa per se, gracias a su frescura visual, al ritmo de la trama, a las punzantes frases que nos regala, a los impactantes cuadros que crea, es en relación a nuestra propia realidad que adquiere auténtico calado. Es entonces cuando, al reflexionar sobre lo que ha ido dejando caer a diestro y siniestro, sobre lo que ha planteado sin molestarse en dar respuestas o apuntar conclusiones, la obra demuestra por qué ha entrado por la puerta grande. Mucha carne en el asador, que decíamos.

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