Diario de un recluso en el 41 milenio II

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Continuación de la historia candidata al I Concurso Warhammer 4OZ

 

Calos comienza a trotar hacia la puerta recordándome a un Orko en plena carga. El impacto es tan brutal que el golpe resuena en todo el pasillo delatando nuestra presencia a los marines del patio, y mientras nosotros entramos en la sala que conduce a los Valkirias los marines corren en nuestra busca para nada bueno, claro está.

 

-OK, dale caña al trasto éste o tendremos problemas con esos marines -dije Agros.

 

-Voy, voy. No tengas tanta prisa esto no es fácil y yo ya hace nueve años o más que no piloto un trasto de éstos -replica Owen-. A ver qué coño es esto. Bueno, no será nada importante si no recuerdo para qué era.

 

¿Y éste es el piloto que nos tiene que sacar de aquí? Lo tenemos jodido, y para mejorar nuestra situación los marines irrumpen en la sala disparando con sus bolters. Joder, cómo corren los jodidos éstos.

 

-Tranquilos, estos trastos están hechos a prueba de bolters y esas cosas -dice Owen-. A ver cómo se hacia para disparar... Ah, coño. éste es, jaja, qué cosas tiene la edad, ¿no crees?

 

Ale, a tomar por culo marines de las pelotas. No tenía ni idea de que un Valkiria pudiera desplegar una potencia de fuego tan descomunal en tan poco tiempo. Casi me dan pena esos marines. Casi.

 

-Jajaja, ¡morid, cabrones! -Aulla Agros.

 

Mientras el Valkiria gana altura todos gritamos como posesos por la carnicería. Es lo que tiene ser un delincuente, pero esto no será un paseo ni mucho menos: Treinta y cinco minutos evitando los torpedos del espacio y las defensas terrestres de la prisión. Vamos, que será un paseo de cojones.

 

-Oh... jaja, ése ha pasado cerca, ¿eh? -Sigue Owen con su chachara.

 

-Joder...

 

-Ja, ja. Esto no es nada comparado con el asalto a Cadia hace trece años. Los Orkos ésos sí saben hacer un bombardeo como manda la diosa de la guerra.

 

¿Qué diosa será esa? Bueno, mejor no preguntar, que temo la respuesta. Mientras tanto me da por mirar a ver cómo están el resto de la tripulación allí detrás. Como era de esperar, Calos permanecía impasible ante nuestra situación. Me pregunto si será consciente del peligro y esas cosas. En cuanto a Zenir... Bueno, basta con decir que el burro no fue capaz de ponerse el cinturón. Antes de las piruetas y remolinos para evitar los disparos, no tenía ni idea de que un cuerpo humano pudiera rebotar de esa forma (risa perversa).

 

En cuanto al resto, algo muy normal en nuestra situación. Pratech (alias el Chispa, por razones que no tienen nada que ver con esa profesión), mascullando cosas como que no quiere morir y que promete ser bueno si sale de ésta. Joder, menuda trola. Y los hermanos Castor y Pólux disfrutando de la hostia, putos tarados, condenados por robar un Leman Russ y estrellarlo en la casa de un mariscal y por destrucción del patrimonio imperial. Según ellos, sólo dispararon el cañón de batalla para celebrar su triunfo ante la tiranía y demás chorradas. Quién se podía imaginar que ese proyectil iba a ir a parar a una estatua de mármol de siete metros del mismísimo Emperador...

 

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