El amanecer de Morning Glories

Imagen de Anne Bonny

Sobre el primer tomo de la serie de Spencer y Eisma publicada por Panini

Morning Glories: Por un futuro mejor es el paradigma de serie trepidante pero enfocada a largo término. Dado que en estos tiempos parece existir un imperativo editorial —que no es exclusivo del mundo del cómic, sino que se puede percibir en la literatura y el cine igualmente— de enganchar rápido, impactar desde el principio y mantener la atención, no vaya a ser que el espectador / lector se desanime y opte por una de las miles de alternativas del mercado, parece interesante echar un vistazo a los ingredientes que hacen que la propuesta de Nick Spencer y Joe Eisma —con ilustraciones de cubierta de Rodin Esquijo en la edición de Panini— haya funcionado y no se haya ahogado en sus propias revoluciones.

La cosa arranca, cómo no, en media res, con una escena de acción donde el lector se sitúa rápidamente —internado, uniformes, chicos extraordinarios, guardias de seguridad, profesores— y donde quedan más interrogantes abiertos que explicaciones.

Luego, se enlaza este arranque con la presentación propiamente dicha, donde tenemos a los protagonistas caracterizados a la perfección en sendos pares de páginas. Estos tienen un tronco arquetípico que se reconoce con facilidad y no son más de media docena —lo que ayuda a ubicar al lector— pero de inmediato se les da algunas pinceladas adicionales para incidir en que son únicos, no solo estereotipos. Los guiños a la cultura pop —Star Wars, entre otros hitos del cine de ficción, o el mundo de los cómics, bien conocido por los autores— establecen una complicidad directa con el lector.

El acierto de Spencer y Eisma es que no dudan a la hora de tirar de tópicos cuando hacen falta, pero teniendo el cuidado de digerirlos y adaptarlos a su obra. La escena parodia a las comedias románticas es antológica, pero también un pase de manos: resulta divertida, pero, al mismo tiempo, cimienta la relación de los personajes como precisamente tienen por objetivo hacer estas escenas en las comedias románticas de verdad.

Finalmente, tenemos la dosificación de la trama. Si desde el principio de la historia nos han puesto un buen trozo de carne en el asador, ahora se dedican a girarlo, vuelta de tuerca tras vuelta de tuerca, resaltando que todavía estamos lejos de entender todo lo que está ocurriendo. El equilibrio es delicado —por un lado, no se puede avanzar muy rápido, porque se agotaría o banalizaría la historia, pero por otro no se puede dar la sensación de estar mareando la perdiz porque, si no, se pierde la atención— y muy bien resuelto, gracias, en parte, al dinamismo de la narración: hay poco texto y mucha acción que, al mismo tiempo, transmite. Así, los giros abracadabrantes no caen en saco roto, sino que van dejando poso y creando algo.

¿Qué es este algo? Obviamente no se desvela en Morning Glories: Por un futuro mejor. De momento solo se atan los cabos de algunas primeras tramas menores e, incluso, se nos revela el destino de uno de los estudiantes en un cliffhanger de manual. ¿El resto? Toca descubrirlo más adelante. Y lo haremos, claro, porque ¿cómo resistirse a una historia tan trepidante y con personajes tan bien trazados?

Imagen de Crocop
Crocop
Desconectado
Poblador desde: 16/05/2011
Puntos: 1731

Lo acabo de leer. La serie me resulta tópica, pero divertida, creo que habría ganado con un dibujante un poco más personal, igual tipo Humberto Ramos.

Ferrum ferro acuitur

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