La caza de monstruos

Imagen de Destripacuentos

Reseña del juego de Antoine Bauza publicado por Le Scorpion Masqué

Ya hemos comentado alguna vez que los juegos de memoria son particularmente adecuados para los niños pequeños. Al mismo tiempo, pueden terminar por resultar repetitivos, monótonos y, para algunos jugadores, carecer de un punto trepidante. La caza de monstruos (La chasse aux monstres), de Antoine Bauza, nos presenta una alternativa capaz de emocionar a los más pequeños, de darle un nuevo sentido a esto de acordarse de dónde está cada icono.

Para empezar, se trata de un juego colaborativo —recomendado hasta cinco jugadores— y que, además, se puede jugar en solitario. El objetivo, es ahuyentar a los monstruos que, tras salir del armario, se arremolinan en torno a la cama. Cada carta de monstruo tiene un juguete en su esquina superior que indica qué es lo que puede asustarlo. Los jugadores han de encontrar dicho objeto desvelando una serie de losetas —típicas de cualquier juego memory— que, funcionen o no, se vuelven a poner boca abajo.

Si la loseta revelada asusta al monstruo, este se vuelve al armario. Si no, se gira una de las tres cartas que sirven de marcador de tiempo —las cuales representan por cada lado los tres segmentos de sendos monstruos, uno azul, otro rojo—. Si al girar la carta se termina un ciclo, un nuevo monstruo saldrá del armario; es decir, los jugadores pueden fallar tras veces antes de que salga un nuevo monstruo.

Como resulta evidente, si los jugadores consiguen ahuyentar a todos los monstruos de la habitación, ganan la partida. Por el contrario, si se acumulan cuatro monstruos, uno por cada lado de la cama, habrán perdido. En definitiva, un modo sencillo de buscar una aplicación “práctica” —y emocionante— a la memoria.

Las ilustraciones de las cartas y las losetas crean un ambiente muy adecuado y simpático para La caza de monstruos. Entre ingenuo y sugerente, la atmósfera para los niños está garantizada, al menos entre las edades recomendadas —tres y siete años—. En cuanto al diseño, también hay que destacar que al no depender del idioma —no hay nada que leer, fuera de las instrucciones— no importa tener una versión francesa.

Finalmente, si la caza resulta demasiado sencilla, se proponen una serie de reglas adicionales para aumentar el desafío: monstruos rápidos —el contador de tiempo se deja de dos segmentos—, manada de monstruos —hay que ahuyentar a todos de golpe, no uno a uno— y dos losetas especiales que complican la vida a los jugadores.

En definitiva, un modo formidable de utilizar la mecánica de los juegos de memoria. Una mezcla de emoción y suspense garantizada.

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