Megazoria: Escudos y armaduras

Imagen de Destripacuentos

Sobre los distintos tipos de protecciones personales en el juego de rol

El mundo de Megazoria es uno peligroso, letal en muchas ocasiones, por lo que no es raro que quienes lo habitan busquen proteger sus cuerpos de posibles amenazas externas. En el siguiente apartado clasificaremos los distintos tipos de armaduras y escudos que se pueden encontrar en él. Hay que notar que son descripciones amplias que hay que caracterizar, pero sirven como modelo base tanto para ingenios humanos como para las protecciones naturales de algunos animales.

 

Materiales

En primer lugar, hay que señalar que todas las protecciones que se detallarán más adelante se pueden realizar en diversos materiales. Estos solo determinarán su capacidad de absorción, su peso y su resistencia, pero no qué partes cubren. Podemos dividirlos en dos grandes grupos:

Elásticos: Juncos trenzados, papel, cuero, lino... Este tipo de material es ligero y absorve los impactos, pero es relativamente fácil de perforar o cortar. Se caracteriza por retomar su forma después de los golpes.

Rígidos: Maderas, cuerno, cerámica, metales —bronce, hierro, plomo...—, piedra. Son materiales más pesados y son utilizados para bloquear los impactos. Si el golpe es lo suficientemente fuerte, dejará su marca o incluso quebrará la protección.

Ambos tipos de materiales se pueden combinar para conseguir protecciones más eficaces y cómodas.

 

Diseño de armaduras

Una armadura es toda aquella protección con la que se cubre el cuerpo del guerrero. Los diseños básicos son cinco, pero se pueden combinar entre sí tanto en distintas capas de la armadura como en distintas partes de la misma: por ejemplo, llevar un peto tipo coraza y unos guanteletes laminados.

Armaduras acorazadas: Se realizan en una única pieza que cubre toda la extremidad o el torso. Esto permite que proteja mucho mejor, pero limita los movimientos y/o la visibilidad, es mayor el calor acumulado y aumenta el peso del conjunto. Solo las articulaciones —cuello, hombros / axilas, codos, muñecas, cadera, rodillas, tobillos— y las aperturas para respirar, ver u oír son vulnerables. Una vez deformadas o rotas, las piezas se deben fabricar de nuevo casi al completo. Encontramos ejemplos de este tipo de armadura en los petos de los centuriones o en los yelmos rígidos y las espinilleras de los hoplitas. Son un equipamiento caro, por lo general, por lo que supone trabajar piezas de este tamaño de un modo uniforme.

Algunas corazas realizadas en cuero se combinan con discos de metal que no llegan a superponerse para mejorar su eficacia. En estos casos, la protección brindada no es uniforme.

Armaduras laminares: Se realizan mediante la superposición de bandas protectoras, de modo que el guerrero conserva una mayor movilidad pero sigue estando cubierto por láminas rígidas. Este diseño permite proteger también las articulaciones, ya que las bandas se superponen, pero la armadura es vulnerable tanto a través de los intersticios como en las zonas internas no cubiertas. Es una armadura fácil de mantener y relativamente económica, pero pesada. Encontramos este diseño en los lanceros micénicos y los legionarios romanos, por ejemplo. Algunos tipos de yelmo, con carrilleras y camales, se englobarían en este diseño.

Armaduras de placas: Se componen de piezas rígidas más o menos rectangulares cosidas entre sí o unidas por anillas de metal. Su mayor ventaja es que pueden cubrir todo el miembro, aunque limiten en algo los movimientos, pero son vulnerables en los intersticios entre placas y en las partes internas de las articulaciones. El trabajo de unir las placas es laborioso pero sencillo, lo que hace que no sea un equipamiento demasiado caro y sí fácil de mantener. Al cubrir de un modo más eficaz la superficie, no es tan pesada como otras armaduras. Encontramos este diseño en el equipamiento de los guerreros asirios, por ejemplo.

Armaduras de escamas: Su diseño es similar al de las armaduras de placas, pero aquí las piezas cosidas se superponen como las escamas de un pez, de modo que aumenta el peso pero también la protección y la resistencia del conjunto, manteniendo una movilidad similar. El proceso de unido es igualmente laborioso y menos sencillo, por lo que es equipamiento más caro, por lo general. Encontramos este tipo de armaduras, por ejemplo, en los jinetes escitas.

Armaduras de malla: Se realizan uniendo anillos de metal entre sí. El tramado resulta más sólido que la unión de piezas separadas y se puede hacer más tupido, por lo que el cuerpo queda cubierto de un modo uniforme. Su peso, igualmente, es superior. Al mismo tiempo, la realización de estas piezas es muy costosa y su precio, por lo tanto, es elevado. Es el motivo por el que, en ocasiones, se reserva este tipo de armadura para cubrir zonas sensibles, como la nuca o las articulaciones, en combinación con otros diseños.

Una combinación del diseño de malla y el de escamas lo encontramos en la lóriga plumata de los oficiales romanos, en el que una serie de escamas cubren la base de malla, con la que se engarzan directamente las primeras.

 

Tipos de escudo

Las formas y técnicas de fabricación de escudos son tan abunantes como las culturas existentes. De cara al sistema de juego, es importante saber el peso del escudo, el material del que está hecho, si tiene refuerzos o no, con qué armas se puede combinar —algo que depende de las abrazaderas— y, sobre todo, su tamaño. Algunos escudos tienen formas más adecuadas para ser usados por jinetes o accesorios para acciones específicas, como púas en la base para afianzarse en el terreno de cara a soportar una carga enemiga o concabidades para portar con comodidad dardos y venablos. El máster puede prever modificadores a las situaciones adecuada en función de estas modificaciones.

En relación a su tamaño, los escudos se dividen en tres grupos:

Broquel: De tamaño reducido, menor que el propio antebrazo, se utilizan de un modo activo para desviar o interceptar las armas enemigas. Pueden sujetarse con una mano o estar sujetos a otras piezas de la armadura, como el hombro o el codo.

Aspis: Su diámetro permite cubrir prácticamente todo el torso, pero no son tan grandes como para limitar la movilidad del guerrero. De este modo, protegen buena parte del cuerpo pero requieren que quien los embraza los interponga en el lugar adecuado.

Pavés: Por lo general de forma alargada, bien oblonga, bien rectangular, cubren buena parte del cuerpo, por lo que resultan indicados principalmente para portegerse de los proyectiles, en formación o sobre una montura. Son más pesados y más difíciles de mover que los otros escudos, por lo que su capacidad ofensiva está limitada, pero su superficie es mucho mayor.

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