Historia universal 17: El siglo XIX en Europa y Norteamérica

Reseña de este tomo de la enciclopedia Salvat editada por El País y dirigida por Francesc Navarro

Durante el proceso de documentación para Espejo Victoriano he recurrido a todo tipo de publicaciones, unas específicas sobre determinados aspectos que necesitaba para este universo, otras más generales. Un punto clave que sabía que iba a necesitar era una panorámica general del siglo XIX. Es un tema vasto, sin duda, porque es un siglo de enormes cambios sociopolíticos, geográficos, científicos, artísticos y filosóficos. Un día, trasteando por una librería de viejo, me encontré con varios volúmenes de esta enciclopedia titulada Historia universal y decidí hacerme con unos cuantos.

Este en concreto me ha resultado de gran utilidad. En realidad, no me ha descubierto demasiadas cosas que no conociera ya, pero me ha permitido estructurar dichos conocimientos. No está planteado de un modo cronológico, sino temático. Empieza con dos capítulos dedicados al cambio de paradigma industrial y los cambios sociales y de pensamiento que trajo este consigo, los cuales llevan por título El socialismo romántico y Comienzos del industrialismo moderno. La máquina de vapor y los ferrocarriles. Es un arranque interesante porque, sin duda, los cambios dentro del sistema económico son cruciales en la transición entre el Antiguo Régimen y las democracias del siglo XIX. Sin entender los cambios en la producción, el mundo del trabajo y su reflejo en el mundo social es imposible comprender la evolución del pensamiento y la política.

A continuación viene una serie de capítulos dedicados a cuatro naciones clave en el siglo XIX europeo: Francia (Segundo Imperio napoleónico. Primeros tratados de comercio), Italia (Risorgimento y unidad italiana), Alemania (Formación de la moderna Alemania. Bismarck) y el Reino Unido (Creación del Imperio británico), que se complementan con un capítulo dedicado a La Revolución industrial y la aparición del gran capitalismo. Como se puede ver, no es una visión exhaustiva de toda Europa, pero permite entender cómo se relaciona el desarrollo de las naciones y su evolución política con los cambios tecnológicos y económicos. Es un buen núcleo central para comprender el escenario de la época, aunque lo tendré que complementar con otras lecturas.

Después, el tomo termina de cimentar estos capítulos con La ciencia romántica y Positivismo y ciencia experimental, donde se ahonda en la relación novedosa entre la ciencia y la investigación y el desarrollo industrial y económico, otro elemento clave del siglo XIX que explica, por ejemplo, la subvención de expediciones de exploración, la creación de instituciones de educación, laboratorios, etc. Es un complemento interesante a La ciencia en el siglo XIX.

Para terminar, se dedica un capítulo a la particular situación de los Estados Unidos de América (Desarrollo y consolidación de los Estados Unidos) un caso que guarda paralelismos con Europa pero que tiene unas particularidades insoslayables debido a la extensión del territorio, los fenómenos migratorios, la existencia de los pueblos indígenas y de la esclavitud ya erradicada en muchos otros países.

Evidentemente, y aunque ya se puede constatar que la propuesta no es exhaustiva, en un único volumen es imposible profundizar en todos estos aspectos. Sin embargo, la claridad de exposición del contenido ayuda a tener una visión más clara de un siglo lleno de matices y complejidades. Es muy posible que para un experto en Historia se quede algo breve y, además, se echan en falta algunos apartados que también revisten gran interés, como el arte y la cultura en general, los cuales también fueron una baza determinante en la concepción moderna de las naciones. No obstante, a mi parecer, cumple sobradamente su función estructuradora y divulgativa. Huelga decir que cada apartado tiene su propio estilo, pues están escritos por diferentes autores, lo que se trasluce también en el enfoque, pero hay una coherencia importante que evita que el lector se pierda.