Diario de un recluso en el 41 milenio III

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Tercera entrega de este relato candidato al I Concurso Warhammer 4OZ

 

Luego tenemos a Neror, alias Franc, un ex francotirador de la GI condenado por matar a un comisario mientras éste estaba matando a un conejo por diversión. Según Franc, al ver esa escena no pudo evitar matar a ese desgraciado. Ahora el cabronazo está durmiendo placidamente; no entiendo cómo lo hace: yo estoy que echo la primera papilla y él está durmiendo a la pata suelta. Incluso juraría que le cae un hilillo de baba de lo a gusto que está el mamón. A los pocos segundos unos proyectiles de un cañón antiaéreo impactan en una de las alas del valki haciendo que éste se tambalee de un lado a otro.

 

-Sujetaos con fuerza. Esto se va a ponerse feo muy feo -grita Owen.

 

-Joder, Owen, se supone que eres un piloto cojonudo -replica Agros.

 

-Bueno, si quieres puedes saltar, no te jode. Bueno, tendré que hacer la maniobra estreñid.

 

-¿La maniobra estreñid? ¿Qué clase de maniobra es ésa?

 

-La llamo así porque después de esto te quedas con cara de estreñido, jajaja.

 

A los pocos segundos Owen se lanza en picado hacia el suelo poniendo al valki en total vertical, cuando al instante algo pasa a nuestro lado a la velocidad de un rayo estrellándose en el cristal.

 

-Joder, Zenir, qué ostia te has metido, macho. Casi rompes el cristal y eso que es antibalas. Creo que tendrías que ponerte el cinturón o te harás daño, tío.

 

-...

 

-Creo que está k.o. -dije Agros-, y ya que estás, ¿podrías decirme por qué estás haciendo esta maniobra?

 

-Es para evitar el fuego. Con esa ala dañada ya no puedo hacer maniobras de evasión con eficacia y de esta manera evitamos el fuego del enemigo.

 

-Owen, joder, no apures tanto que si fallas nos matamos.

 

-Tranquilo, sólo unos segundos más y ya estaremos fuera del alcance de los disparos.

 

No sé qué es peor, si estar dentro del alcance de los disparos o volar a dos metros de altura. Sé que Owen es bueno como piloto, pero esta maniobra es muy peligrosa: el más pequeño fallo y estamos listos. Mientras tanto Pratech se limita a cerrar los ojos mientras farfulla (Dios mío, vamos a morir, vamos a morir) cuando a unos metros más adelante, en la calle por la que volamos, salen al paso una escuadra de marines que al ver al valki a toda ostia en dirección a ellos no dudan en hacer un cuerpo a tierra mientras su sargento, que está despaldas a nosotros, no acaba de entender la reacción de sus hombres. Los mira extrañado, y para cuando se percata de lo jodido de su situación, ya es tarde para hacer algo aparte de cerrar los ojos. El impacto del marine es tan fuerte que ha agrietado el cristal de la cabina del valki, pero lo más sorprendente de todo es que sigue vivo y gritando como un poseso. Mira que son duros estos jodidos...

 

-¡HHHAAARRRGGG! Para o te mato, desgraciado.

 

-¿Pero qué coño? -Exclama Agros-. Suéltate, mamón, y muérete. Owen, haz algo tío.

 

Le grito a Owen mientras pateo la cara del marine con saña.

 

-¿Y que quieres que haga yo? Tú dale que al final tiene que caer.

 

A esto que Calos se ha levantado de su asiento y ha arrancado un bólter del valki para estampar el cañón en el casco del marine.

 

-No hagas eso, pedazo de mierda con patas, o te arrepentí...

 

Bueno, basta con decir que Calos tenía un juguete nuevo y que el marine se soltó del morro.

(Risa perversa).

 

-Me gusta este arma, Agros, me quedo esto, ¿vale?

 

-Todo tuyo, chiquitín, todo tuyo.

 

-Esto... -dice Zenir confuso-. ¿Dónde coño estoy? ¿Y por qué me duele la cabeza? ¿Y por qué coño escupo sangre? ¿Y por qué narices me faltan dos dientes?

 

-Joder, tío, sigues vivo -se sorprende Owen-. Después de esa ostia yo creí que estabas muerto.

 

-Joder, Zenir -se une Agros-. Eres duro. Claro que casi toda la ostia te las dado con la cabeza, y para lo que usas tú el cerebro... Anda, mira, uno de tus dientes. Ya sólo te falta uno. Calos, ¿eres tan amable de poner a Zenir en su asiento antes de que se mate del todo?

 

-Voy.

 

-Bueno, chicos, preparaos que ya casi hemos llegado a nuestro destino y con el ala hecha trizas no podré frenar todo lo que yo quisiera, y menos de lo que vosotros quisierais, jaja.

 

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