Diario de un recluso en el 41 milenio IV

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Cuarta entrega de esta historia cantidata al I Premio Warhammer 4OZ

 

-Owen, ¿qué tienes planeado hacer para aterrizar? -preguntó Agros.

 

-Bueno, teniendo en cuenta que si aterrizamos al modo tradicional nos freirán a tiros desde las torretas antiaéreas y que con el ala destrozada tardaríamos el doble de lo normal en hacerlo... sólo queda un modo factible para tomar tierra.

 

-¿Y cuál es ese sistema?

 

-Ah... es un método muy sofisticado que requiere una concentración absoluta. Consiste en deslizarnos por uno de los tejados circundantes al edificio donde están las capsulas de evacuación; de hecho hay un edificio con un tejado lo suficientemente grande como para poder aterrizar en él, creo.

 

-Pues vaya una mierda de aterrizaje, Owen...

 

Pues, ale, si no teníamos suficiente con las defensas de la prisión y con los torpedos de las naves del espacio, tenemos encima que aguantar a un piloto kamikaze.

 

-Owen, espero que sepas lo que haces.

 

Todos nos ajustamos los cinturones mientras Owen gana altura para aterrizar en el tejado del edificio, mientras pasan los proyectiles de las torretas silbando el casco del valki.

 

-Bueno, chicos, preparaos que allá vamos, jaja.

 

El valki comienza a deslizarse por el tejado arrasando las antenas de comunicaciones en el proceso, la nave entera hace un ruido espantoso y da la sensación de que de un momento a otro se desmontará. De hecho ya hemos perdido las dos alas y no tiene pinta de pararse a tiempo.

 

-Owen, esto no se para, tío.

 

-Sí, eso parece, sí; creo que íbamos demasiado rápido para aterrizar en este tejado, sí.

 

-¿Y qué tienes planeado hacer para frenar a tiempo?

 

-Pues… nada

 

-¿Nada? Joder, Owen, tienes que hacer algo.

 

-Bueno, si me apuras puedo hacer una cosa.

 

-Vale, eso está mejor. ¿Y qué es?

 

-Oh, todopoderoso Emperador, protéjenos en esta nuestra hora tan jodida, porque es muy posible que nos matemos.

 

-¡Pero! No me jodas, Owen, ¿ésa es tu solución?

 

-Pues sí, ¿que otra cosa puedo hacer yo?

 

A esto que el valki sale despedido del tejado casi a la misma velocidad con la que iniciamos el aterrizaje, cruzando la calle principal mientras un grupo de marines del caos nos miran con detenimiento. De hecho uno de los marines se despide de nosotros con la mano, ¡será mamon!

 

El valkiria, que ha cruzado toda la calle mayor por los aires, se estrella en una de las paredes del edifico de las cápsulas adentrándose en su interior. Sólo cuando llegamos a las paredes blindadas de la cámara de las cápsulas el valki se detiene al instante, y casi al segundo un objeto de la parte de atrás pasa a toda ostia atravesando el cristal frontal del valki para acabar estampándose en el muro.

 

-¿Qué coño era eso, Agros?

 

-Ni zorra, pero su silueta me parecía conocida... -Le digo a Owen mientras me reincorporo para mirar qué es-. Joder, ¡si es Zenir! Tío, hasta que no has roto el cristal no has parado.

 

-…

 

-Joder, qué pedazo de ostia se ha dado, macho.

 

-Calos, se suponía que al llevarlo a su asiento le pondrías el cinturón.

 

-¿Ah, sí?

 

-¿Ya hemos llegado? -Pregunta Castor.

 

-Sí, eso ¿ya hemos llegado? -Insiste Polux.

 

-Sigo vivo, sigo vivo, gracias al Emperador -terció Pratech.

 

-Sí, seguro que es por el Emperador por lo que sigues vivo -repuso maliciosamente Neror.

 

-Bueno, señores, démonos caña que seguramente esos marines de la calle vienen hacia aquí para comprobar que estamos muertos, y no tengo ganas de pelear con ellos. Calos, recoge a Zenir y a sus dientes.

 

-OK.

 

Bueno, salimos de los restos del valki aún humeantes cómo podemos, intentando mantener la compostura y el equilibrio, mirándonos entre nosotros para ver quién es el primero en echar la papilla, pero al final no pasa nada. Joder, estos mamones no se marean con facilidad.

 

-Por aquí, chicos -dice Owen-. Esta es la puerta que da a la sala de las cápsulas. Normalmente es una puerta con cierre de seguridad de diez dijitos, pero el valki ha hecho de llave para nosotros.

 

Al entrar en la sala vemos al fondo de ésta una cápsula con un letrero de NO funciona.

 

-No me jodas -dice Agros- ¿todo este viaje para esto?

 

-Estamos muertos -opina Pratech.

 

-O arreglamos ese trasto o estaremos muertos -dice Neror, algo más optimista.

 

-OK. Calos, Polux y Castor, atrancad esa puerta con todo lo que podáis. El resto intentemos arreglar esta cápsula.

 

Que si este cable va aquí, que si esto lo tengo que enchufar en esa placa, que no toques eso, que si aprieta ese botón y así veintitrés minutos sin tener ni puñetera idea de qué narices hacemos.

 

-Bueno, pues ya está -anuncia Owen.

 

-¿Ya? ¿Ya hemos terminado de reparar la capsula? Joder, pues sí que somos buenos, macho.

 

-Lo que quiero decir con "ya está" es que no tengo ni idea de qué hacer para que funcione.

 

A esto que los puñeteros marines ya han llegado y están intentando tirar la puerta abajo. Mira que son cansinos estos marines, joder.

 

-Agros -llama Calos-: los marines están al otro lado de la puerta, ¿qué hago?

 

-Pregúntales qué quieren.

 

-Señores marines, ¿qué es lo que quieren?

 

-¿? -piensa Agros.

-¿? -piensa Owen.

-¿? -piensa Pratech.

-¿? -piensa Polux.

-¿? -piensa Castor.

-... -piensa Zenir (está ko)

 

-Calos -dice Neror- si es una broma, no lo pillo, tío.

 

-Abre la puerta, tonto, que sólo queremos jugar con vosotros -dice un marine (risas de fondo).

 

-¿Qué hago, Agros? ¿Les abro la puerta?

 

-No, Calos: tú no les hagas caso que ésos no quieren jugar precisamente.

 

A esto que Pratech se pone rojo como un tomate y con una mirada de desquiciado agarra un martillo y se lanza contra la cápsula mientras maldice al Emperador.

 

-Ya le ha dado un chispazo el cerebro -dice Polux.

 

-FUNciona malDita máquINA de MIerdaaaa, o TE jurO que te Agarro y te Meto poR el cuLO deL Emperadorrrr -estalla Pratech.

 

-Joder, Pratech, ya no recordaba lo jodido que estás, tío.

 

Bueno, pasaron diecisiete minutos de viendo cómo Pratech corría a martillazos la cápsula mientras Polux y Castor le daban ánimos entre vitoreos y gritos de abajo la tiranía opresora y todas esas chorradas, hasta que uno de los cientos de martillazos hace que la cápsula se ponga en marcha. Joder, qué potra tenemos, macho.

 

-Pratech, para, loco, que ya funciona, jajaja, maldito lunático: la has puesto en marcha -le grito mientras me mira jadeando y soltando espumarajos por la boca.

 

-Ale, todos dentro. Próximo destino, el PARAISO -exclama Owen.

 

Todos nos metemos dentro de la cápsula asegurando a Zenir al asiento para que no se mate del todo, y mientras Owen pulsa el botón para cerrar la puerta de la cápsula, los marines consiguen romper la puerta de la sala, demasiado tarde: los motores se ponen en marcha y los marines tienen que retroceder por el calor de éstos. Polux y Castor les hacen burlas por una de las ventanas de la cápsula y se despiden de ellos. Ale, a tomar por culo marines, planeta y prisión, que aquí unos servidores nos damos el piro.

 

-Señor, se escapan esos zarrapastrosos.

 

-Nah -responde el Paladín-, las naves ya darán buena cuenta de ellos en el espacio. Ale, vamos a liarla parda a otro lado.

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