EL MONSTRUO
En mi infancia vivíamos en un bloque de pocos vecinos. Cuando iba en compañía de mamá y coincidíamos con alguno de ellos en el ascensor o en el vestíbulo, observaba que la saludaban siempre con expresión de lástima mientras ella se apresuraba a desviar la mirada.
Otro desafío difícil. Los dos desafíos se ajustan a la perfección al tema. El micro de Tolia está muy bien escrito pero el título no le hace honor al texto. El micro de Alex Moebius tiene un título que brilla por sí solo y está muy bien desarrollado, con un proceso deductivo excelente.
Mi voto para "Homines unitur ad homines" de Alex Moebius
Ninguno de los dos me convence del todo. El primero trata un tema demasiado trillado. Al segundo le falta narratividad, se queda más bien en la reflexión que en el relato.
Mi voto para El monstruo, hay más acción y tiene el mérito de describir la situación a través de paqueños detalles.
Una historia sencilla que encierra una terrible realidad; la de convivir con EL MONSTRUO. Uno de esos recuerdos infantiles que perduran y que tal vez, en su momento, ni siquiera pudieron relacionarse con un motivo para ese comportamiento de los adultos. Como digo, sencillo, bien contado y sin dramatismos facilones.
Homines unitur ad homines. Vale, he tenido que usar el traductor de Google para entender que se trata de un micro sobre matrimonio gay, pero eso es culpa mía, no del relato. De apariencia también sencilla, esta historia consigue escapárseme por los recovecos del entendimiento. Vamos, que no pillo a que “reproche”, ni a que “palabra equivocada” se refiere. Podría elucubrar teorías, pero no quiero parecer más tonto de lo que ya estoy pareciendo.
En fin, en este caso me voy a quedar con EL MONSTRUO.
A Pavi le gustan las insinuaciones; ambos relatos invitan a rascar la superficie para chupar la esencia que esconden. Difícil, pero Homines unitur ad homines parece más elaborado y original que el micro de su adversario.
Homines unitur ad homines. Vale, he tenido que usar el traductor de Google para entender que se trata de un micro sobre matrimonio gay, pero eso es culpa mía, no del relato. De apariencia también sencilla, esta historia consigue escapárseme por los recovecos del entendimiento. Vamos, que no pillo a que “reproche”, ni a que “palabra equivocada” se refiere. Podría elucubrar teorías, pero no quiero parecer más tonto de lo que ya estoy pareciendo.
Señor juez, el título está puesto, precisamente, para facilitar al que se le escapara el encaje con el tema y me pareció que hacerlo en latín añadiría sutilidad a la par que elegancia.
En cuanto a lo del reproche de la palabra equivocada, iba por aquellos que alzaron la voz pidiendo que la unión entre homosexuales no se llame matrimonio. ¿Críptico? pues sí, pero había pocas maneras de decirlo.
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Homines unitur ad homines
Nos llamaron enfermos y lo ignoramos. Nos llamaron valientes y lo asumimos.
Ahora, ni el valor ni la ignorancia sirven de respuesta ante el reproche de ser una palabra equivocada.
He inventado algo sobre mí mismo que va más allá de mí mismo. Moebius no está detrás, sigue una existencia paralela a la mía.