La niña buena

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Hedrigall
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Poblador desde: 14/01/2011
Puntos: 1132

Puedes encontrar este relato junto al resto de seleccionados en la convocatoria en la antología Vade Retro, dentro de la colección Bestiario de lo sobrenatural, en el siguiente enlace: https://lektu.com/l/saco-de-huesos/vade-retro/7914

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Olethros
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Poblador desde: 20/06/2015
Puntos: 352

En lo formal, un texto limpio y agradable de leer. En cuanto a su estilo, tal vez saliese beneficiado de evitar el frecuente empleo del adjetivo antes del sustantivo, porque genera atmósferas que parecen más antiguas que las que a este lector le parecen las naturales para la narración. También el uso de las referencias animales, tal vez, podría reducirse para que el recurso no pierda fuerza de tanto usarlo.

En cuanto al fondo, no veo la posesión. Si veo muy bien ciertos problemas de la adolescencia respecto a la aceptación grupal, de la influencia de la educación religiosa, del concepto del pecado en personalidades en construcción, de la manipulación perniciosa sobre los jóvenes por parte de agentes socializadores primarios y secundarios, además de otras cosas. Eso lo veo con claridad gracias a la labor de la pluma. La posesión, no.

Mi calificación es de 2,5 estrellas.

Ceterum censeo Carthaginem esse delendam... ;oP

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salino
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Poblador desde: 22/05/2012
Puntos: 347

Hedrigall, gracias por compartir tu trabajo. Yo también opino que tu relato no toca la temática propuesta. La profesora, un personaje que desde el principio le causa grima a la protagonista, le cuenta que la posee el demonio y ella obedece de manera ilógica. De hecho me planteo porqué toma la decisión de hacer caso a la profesora y no seguir con esa “transformación” hacia la imagen que ella adora. Pero eso son divagaciones.

Me gustó la pulcritud del texto, las frases directas, el trabajo de revisión. Se nota que el texto está pulido y que le has dedicado tiempo. Eso es un punto a su favor.

Otra cosa que me chirrió fue el lenguaje utilizado por las niñas, o la voz del narrador. Me parece que se usa un lenguaje demasiado serio y a veces rebuscado para contarnos, al fin y al cabo, una historia de niñ@s. Fíjate en este diálogo:

—Una ramera que se acuesta con todo tipo de hombres por placer. Regala su cuerpo, juega con sus semillas y de cuando en cuando alguna se cuela en su útero. Así naciste tú.

O este otro:

—Nunca sabrás quién fue tu padre. Debe de haber cientos, miles de candidatos.—Risas ahogadas, crueles—. Cualquier desgraciado capaz de abandonar a su familia por la promesa de unas piernas abiertas.

¿Qué edad tienen las niñas? De verdad crees que una niña usaría este tipo de palabras? Yo te digo, como ávido lector de literatura infantil, que nunca leí semejante tono.

Bueno, no me extiendo más. El relato cumple con las reglas ortográficas, aunque creo que no toca la temática, además de carecer de intriga o tensión (por todos los diablos, es un certamen homenaje a Polidori), y por ello mi puntuación es de 1,5 estrellas.

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Patapalo
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Poblador desde: 25/01/2009
Puntos: 208859

Relato admitido a concurso.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Ligeia
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Poblador desde: 03/12/2013
Puntos: 1152

Bien escrito, con buen ritmo. Personalmente, la frase "La hermana Loudes parecía admirar la ciudad de Sodoma al dar la espalda a Lot" me parece en exceso rebuscada y un tanto confusa, yo lo habría dejado en "la hermana Lourdes parecía imitar a la mujer de Lot en la huida de Sodoma" o "La hermana Lourdes parecía petrificada como la mujer de Lot". Mas adelante, no "una sirviente de Dios" sino "un sirviente de Dios" o "una sirvienta de Dios".

Al igual que Salino, el lenguaje empleado por la niña al final me resulta chocante e inadecuado a su edad. Por la ambientación y moralidad, yo situo la acción en los años 50 o como mucho, 60... en un momento dado se hace referencia a un boli y estos se empezaron a comercializar después de la II Guerra Mundial en Argentina y desde ahí, poco a poco, empezó a extenderse su uso por el mundo, en sustitución de las tradicionales plumillas de tinta, mientras que las niñas las imaginaba de diez, once, doce años como mucho por lo que de repente la palabra adolescencia me extrañó, al igual que la alusión, por parte de una monja y explicando a una niña, de enfermedades venéreas y fornicación.

Y ahora lo malo, no veo posesión. Sí hay influencia, que es diferente. Adela se está dejando influenciar por la diferente y fuerte Martina, aunque también me resulta un pelín forzado que la profesora lo asimile a una posesión diabólica, aunque podría ser a posta, para asustarla y que abandone el mal camino que está tomando influenciada por la oveja negra.

Por ello, debo bajarle un poco la puntuación. Dos estrellas y media:

**´

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Bestia insana
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Poblador desde: 02/05/2013
Puntos: 1928

Otro excelente relato de escritura impecable. Sonrisa de escualo primero, lobuna después y luego mueca de hiena, tal vez sea demasiado, sí. En cuanto a las frases que Adela le dirige al final a Martina es posible que no hiciera otra cosa que repetir las palabras que había oído decir en casa a su madre, no sería raro.

**** estrellas

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Sanbes
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Poblador desde: 16/10/2013
Puntos: 1273

Un relato bien escrito. Que ahonda en el mundo de la preadolescencia, en esa batalla que suelen tener los introvertidos por querer ser quienes no son. En esa busqueda de encontrarse a uno mismo, el cual suele llegar después de ponernos y quitarnos ciertos trajes con personalidades distintas.
Para mí, en este relato no hay posesión, aunque se juega a intentar hacernoslo creer. El personaje de la monja es quien nos planta esa idea, el problema es que es una monja tan clásica, tan de culpar al demonio por cada uno de los pecados que comete el ser humano, que hace que no me crea que en la historia pueda haber verdadera o incluso ficticia posesión.
Al final se nos cuenta que Adela vence al demonio, expulsando a Martina de su cuerpo y ganando al mal. Sin embargo es un final bastante triste, pues Adela en realidad pierde, reprimiendo sus propios instintos más verdaderos.

A pesar de todo (indiferentemente de que me lo crea o no) el relato cumple con la temática. Se habla de ello y los personajes así lo creen. Otra cosa es que yo, como lector, no me lo haya creído.
Respecto al estílo, se lee bien, es un relato deprimente, oscuro como debe ser un colegío con semejante profesora. Quizá un pelín largo para mi gusto.
3 puntos.

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Molu
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Poblador desde: 16/11/2015
Puntos: 243

Me gustó mucho lo de " su sonrisa de escualo desplegaba cien arrugas de piel nonagenaria", y lo de "Una sonrisa lobuna armaba su rostro y sumía a Adela en una parálisis cerval." Creo que la frase de Sodoma y Lot no debe estar bien redactada. Me parece que hay formas muy buenas, como las que he señalado, pero que en otras ocasiones el autor, en un afán de mantener el ritmo exagera. ¿La hermana Lourdes fue expulsada de la habitación? O sea que se fue. ¿O entró un referí y le sacó la tarjeta roja? ¿O estaba lingada a un ovni que de pronto aceleró? Perdón por la ironía, pero es para que se entienda. El autor demuestra muy buenas ideas a la hora de hacer metáforas, y un buene stilo. Pero debería revisar algunas de las frases.
El personaje central está muy bien construido. Una chiquilina en plena pubertad, en un ambiente opresivo. Pero sólo veo eso. No posesión. Podría ser un relato sobre los derechos de la mujer. Ni siquiera veo el terror, salvo la atrocidad de ciertas costumbres humanas. Hasta la protagonista confirma que no se trata de una posesión: "Adela frunció el ceño; su espejo, estaba segura, solo la reflejaba a sí misma".
2 estrellas.

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Mzime
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Poblador desde: 01/02/2016
Puntos: 352

Un buen estilo y pulcro en cuanto al uso de la lengua y un argumento interesante, en cuanto a los carácteres de las niñas, pero con una resolución que me ha parecido un tanto brusca. Aún así, me han gustado bastante forma y fondo, de modo que lo hubiera valorado bastante bien, pero la lástima es que yo no alcanzo a ver posesión alguna , aun entendida de forma amplia como control consciente de un ser por otro, ya sea desde dentro o desde fuera, aunque puede ser problema mío y de mi lectura. 

"Si quieres llegar rápido camina solo, pero si quieres llegar lejos camina acompañado", (proverbio masái)..

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Lis
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Poblador desde: 07/12/2015
Puntos: 209

Este es un concurso y, desgraciadamente, ni todos los relatos pueden ganar ni todos pueden formar parte de la antología porque compiten entre sí.

Si tuviera que elegir trece relatos entre los presentados al certamen para publicar una antología sobre posesiones, éste no entraría en mi lista de preseleccionados tras la lectura de todos ellos.

Es dudoso que se ajuste al tema de la convocatoria y además, por comparación con el resto, le costaría más que a otros contribuir al éxito de la antología mediante una historia llamativa o tirón comercial, aunque su calidad literaria es palpable.

★★☆☆☆

Sin embargo quiero insistir en que el autor o autora ha presentado un relato muy bien escrito, claramente destacado a ese respecto. Ojalá me permita leer otras de sus obras en próximas ediciones del concurso.

¿En qué puedo ayudarte?

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L. G. Morgan
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Poblador desde: 02/08/2010
Puntos: 2674

Un relato desasosegante, con final amargo. Excelente en su desarrollo y ritmo. Y con unos personajes muy vívidos, sobre todo teniendo en cuenta su extensión. Naturalmente, ni Adela ni Martina están poseídas, ni el relato pretende tal cosa. Pero sí es un relato sobre posesiones, sobre la creencia en ellas y sobre los efectos de esa creencia en la vida de las personas. De cómo se puede manipular la realidad, siempre, para ajustarla a lo que uno quiere y conseguir un efecto determinado en los otros. La posesión aquí se usa para explicar conductas distintas, para mover al miedo y someter a los demás. Y tanto la madre como la monja es seguro que la ven clara. Al mismo tiempo, el relato nos lanza ideas sorprendentes, la apropiación de la identidad de otros cuando no tenemos una propia, la «justicia» de que cada uno pague por sus carencias, ya que eso alivia las propias… Muy amargo, ya digo.

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LCS
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Poblador desde: 11/08/2009
Puntos: 6785

A mí, el relato me ha gustado bastante. Está muy bien escrito, sin estridencias. Es original, si lo comparamos con el resto de relatos presentados porque aquí, no hay posesión (en el sentido clásico), pero sí que se introduce ese concepto por la monja y se lo hace creer a Adela. De hecho consigue convencerla.  Aunque es un relato de corte realista, casi me da más miedo que otros relatos que han pretendido asustar porque nos habla de una sociedad no tan lejana en el tiempo en el que esa falsa moral tenía tanta importancia.

Mi puntuación: tres estrellas y media.

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Patapalo
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Poblador desde: 25/01/2009
Puntos: 208859

Tremendo el relato. Muy bien dosificado para introducirnos en ese colegio siniestro, muy bien construida la atmósfera. Quizás facilitaría la conexión con el lector haberle dado un toque más de época, pero no es necesario: me temo que estas cosas son atemporales. Una propuesta muy original y bien ejecutada, de ese costumbrismo malsano que tanto da que pensar. Muy buen trabajo.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Dr. Ziyo
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Poblador desde: 30/01/2016
Puntos: 2776

Otro relato muy bien escrito y con algunas frases que a mí me han gustado mucho y que me han parecido de gran calidad.

Sobre el asunto de la posesión... bufff, yo no lo tengo nada claro. En realidad, no llego a verla por ninguna parte, aunque el tema se toca en el relato y lo doy por bueno, por lo tanto le doy tres estrellas y media.

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Hedrigall
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Poblador desde: 14/01/2011
Puntos: 1132

Posteo al fin para agradeceros a todos vuestros comentarios. Como siempre, es un lujo poder leer las reacciones de otros lectores.

 

@Olethros, de nuevo feliz al leerte que es un texto agradable de leer. Tras una relectura, debo darte la razón con las metáforas animales y la atmósfera que mencionas. Gracias por tus comentarios.

 

@Salino, yo no definiría esta historia como de niñ@s, a pesar de estar protagonizada por ell@s. La voz narradora explica una historia de tema y fondo adultos, creo que está fuera de cuestión. En este sentido, honestamente no entiendo tu referencia al tono utilizado en literatura infantil, cuando esta historia creo que es adulta de forma manifiesta.

No concreto en ningún momento la edad de las niñas; al escribirlo pensé en ellas en el rango de unos 11-13 años, más o menos. No voy a entrar en cómo habla una niña de esa edad, pero creo que es evidente que el discurso de Adela en el momento crucial está claramente influenciado por la hermana Lourdes y su madre. Influencia a la que dedico el nudo entero del relato. Puestos a decir que una niña nunca haría un discurso así, creo que es razonable afirmar que una persona normal tampoco haría tal discurso. Pero creo que Adela, su madre y la hermana Lourdes no son normales en sus creencias y razonamientos, tal y como presento la historia.

Perdóname la confianza; el año pasado, en “Amor y derivados”, uno de los relatos que presenté, hiciste un razonamiento similar en base a que los protagonistas eran adolescentes, la historia un amor veraniego y la voz narrativa (tercera persona, omnisciente) demasiado formal, adulta. Vuelvo a pensar ahora en ello y no encuentro una razón de peso para que los personajes tengan que modificar el tono con el que se quiere narrar la historia. Es un tema que me despierta curiosidad, esa consonancia entre tono/personajes; si lees este mensaje y te apetece, me gustaría escucharte algo más al respecto. :) 

No comparto en absoluto (para variar, me temo; estamos enfrentados en este relato) tu comentario sobre la falta de tensión o intriga. Creo que ambos están bien construidos, al menos nadie me lo ha hecho notar en falta. No obstante, por tu comentario final "(por todos los diablos, es un certamen homenaje a Polidori)” creo entender que te refieres a su carácter costumbrista, es decir, que le falta terror, fosquedad o un elemento fantástico. No te voy a engañar, me ha molestado la frase porque parece implicar que el relato no es merecedor del certamen en algo esencial. Y no alcanzo a distinguir el qué.

Gracias por tus comentarios.

 

 

@Ligeia, he evitado poner el relato en un marco temporal para que no vinieras aquí a señalar mis “inconsistencias históricas” :P Pero veo que esto no te ha frenado :)  Ahora en serio, entiendo que la ambientación y moralidad, como mencionas, retrotraen a una época pasada, aunque mi intención fallida era de la situarla como actual.

Gracias por comentar.

 

@Molu, aprecio el uso de la ironía, pero la aprecio más cuando se hace de forma inteligente, no al demostrar errores de comprensión lectora. La frase es: “...y por unos segundos la presencia de la hermana Lourdes fue expulsada de la habitación”  La hermana Lourdes sigue en la habitación, ningún referí la ha sacado del aula y ningún ovni la ha sacado a rastras de la escena. Tampoco entiendo que tiene que ver esta frase con exagerar el ritmo narrativo, cuando es una simple figura retórica, más o menos acertada, para indicar que el ambiente se volvió menos opresivo.

Gracias por tus comentarios.

 

En cuanto al ajuste a la temática de la convocatoria (mi particular espina en el costado en este Polidori) solo diré en mi defensa que no es necesario que exista una posesión efectiva y real, ni tan siquiera sobrenatural, para que una historia tenga como tema el de posesiones. Es fallo mío si no os ha parecido creíble que la hermana convenza a la pequeña de que está poseída, pero la narración evidencia que ella así lo cree, lo que desde mi punto de vista resulta un hecho objetivo, no sujeto a interpretación.

 

De nuevo, gracias a todos por vuestros comentarios.

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