Anahire

Imagen de Anne Bonny

Reseña de este cómic de Loïc Malnati y Anne Ploy publicado en Francia por Delcourt

 

 

Anahire es una barroca historia de ciencia ficción totalmente fantástica compuesta por cuatro volúmenes: El monstruo (Le monstre), El elegido (L'élu), El temeroso (L'apeuré) y Miles de otros (Des milliers d'autres). En ella se nos presenta una particular utopía: una ciudad aislada del exterior donde se ejerce un control extremo sobre la población para que no escaseen los recursos.

 

Los motivos que han conducido a esta sociedad se van desvelando a lo largo de la obra, por lo que no los revelaremos en la reseña, aunque sí que adelantaremos que son una piedra angular de la misma.

 

Efectivamente, Anahire bebe de las fuentes de la ciencia ficción más clásicas, las que permiten poner al ser humano bajo el microscopio y estudiarlo en las circunstancias más rocambolescas. Anne Ploy ha preparado para la ocasión este extraño ecosistema en el que el número de habitantes de la ciudad debe ser controlado al milímetro, donde se han desarrollado profesiones, como los estetas, que se encargan de dar muerte de un modo hermoso, y donde la población acepta que su existencia individual depende de si ésta es considerada útil por los gobernantes.

 

El barroquismo de este planteamiento es algo que rezuma constantemente la obra, y que los lápices de Loïc Malnati han sabido plasmar magistralmente. Las calles retorcidas de la ciudad, los coloridos y estrámboticos ropajes y sombreros de los habitantes -que marcan una compleja escala social llena de tabúes y sobreentendidos-, el exotismo y, a la vez, la vulgaridad de los seres humanos retratados...

 

Abriendo la mano a la fantasía, y sobre todo eludiendo el problema de justificar un escenario así con una todavía más improbable explicación científica, el mundo de Anahire se enclava en una jungla poblada por extraños animales, en una ciudad asediada por esta naturaleza extremadamente fértil de la que, paradógicamente, se aislan estos hombres que son capaces de acabar con sus congéneres para que no haya escasez de recursos.

 

De este modo, se construye un escenario de lo más particular en el que la historia se desvela muy lentamente, quizás demasiado para algunos lectores, sin olvidar ni por un momento el espíritu humano que, en el fondo, es el eje de toda la historia. Desquiciados y mediatizados por su cultura, los hombres de Anahire nos resultan extraños, pero, a pesar de ello, humanos, muy humanos.

 

Esta propia dualidad aparece gráficamente en la obra todo el tiempo, y constatamos que las anatomías de los personajes son ciertamente humanas, pero algo grotescas. Como ya hemos dicho, vestimentas y escenario en general refuerzan esta idea.

 

En conjunto tenemos un cómic raro, de una calidad técnica indiscutible pero resuelto de un modo excesivamente abigarrado. Nada es sencillo, ni la trama, ni el ritmo narrativo, ni la apariencia, pero, a pesar de ello, cautiva al lector. Una obra bien peculiar de estos dos artistas desconocidos en nuestro país.

 

Autores

 

Loïc Malnati nació en 1973 en Audincourt. Con doce años, Loïc gana su primer concurso de cómics para aficionados adultos. En estudios, prefiere el karate, disciplina en la que obtiene un diploma estatal. Además, trabaja como ilustrador de reconstrucciones arqueológicas.

 

En 1991, tras un decisivo encuentro con Anne Ploy, decide dejar de lado todo para consagrarse al mundo del cómic. Con ella desarrollaría la serie Anahire, publicada entre 1995 y 2000 por Delcourt. En 1998 recibe el premio del salón de Colomiers al mejor ilustrador. En 1999 se une a los Humanoïdes Associés con la primera parte de la saga Trangénèse: "L'Ancêtre programmé", de nuevo con guión de Anne Ploy.

 

 

Anne Ploy nace en 1963 en Francia. Estudiante infatigable (tiene diplomas de Historia, Psicología, Sociología, Antropología...) y ocupa, en 1991 se encuentra con Loïc Malnati, con quien publicaría Anahire. En 1997 abandona la enseñanza para dedicarse al mundo del cómic, obteniendo el premio a la mejor joven guionista en el festival de Saint Malo. En 1999 comienza su gran obra: con Le Temps de l'Éveil empieza el Ancêtre Programmé y TransGénèse, que aglomera cuatro series que realiza con sendos ilustradores, y su tesis sobre la muerte, su tema preferido.

 

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