My little pony 1

Imagen de Anne Bonny

Reseña del cómic basado en la serie homónima publicado por Planeta DeAgostini

My little pony: La magia de la amistad es un cómic basado en la serie de televisión del mismo nombre. Nos trae los mismos personajes, el dibujo, aunque pueda ser algo más detallado que en los fotogramas, es fiel al 100% a estos y los guiones, al menos los de este primer volumen publicado por Planeta DeAgostini, van en sintonía total con la serie. Se podría hablar, de hecho, de un simple cambio de formato, aunque el cómic está realizado como una obra nueva: no a partir de imágenes capturadas.

En concreto, este volumen 1, realizado por Katie Cook y Andy Price, nos trae una aventura titulada El regreso de la reina Chrysalis que va, precisamente, de eso: del regreso de esta malvada monarca de los cambiantes para hacerse con el control del reino de los ponys. Sus planes incluyen, por supuesto, maldades como secuestros, trampas y acertijos.

Como suele ocurrir en la serie, la trama va derrapando en torno a un desarrollo sencillo, casi lineal, y muy clásico, lo que permite a los lectores pequeños no perderse y a los mayores no aburrirse. En esta ocasión, tenemos la búsqueda, todo un pilar del género fantástico, combinada con el rescate. Las heroínas, un grupo de ponys con distintos poderes, carácteres y estilos, afrontarán los peligros que se encuentren de por medio hasta salvar a sus hermanitas en apuros y conjurar la amenaza de Chrysalis. Los escenarios que nos encontramos son los propios de la fantasía medieval: laberínticas grutas pobladas de monstruos, siniestros castillos encantados, densos bosques llenos de misterios...

En My little pony: El regreso de la reina Chrysalis se hace gala de un gran conocimiento del género y de un hilarante estilo propio a la hora de tratarlo. Hay muchos guiños a películas, libros y situaciones mil veces vistas, y estos se alternan con salidas de tono, requiebros y excesos que descolocan al lector y le roban una carcajada. Los chistes y situaciones cómicas se van combinando hasta formar un universo propio que va más allá de la mera estética: no solo los personajes están muy bien definidos, sino que su modo de interactuar es algo especial.

El tono es ligero y alegre ya que, por muchos monstruos y seres malditos que aparezcan, es imposible tomarse nada en serio. El cómic se ríe de todo, empezando por sí mismo y la frágil frontera entre lo cursi y lo encantador de sus protagonistas. Además, tiene muy buen ritmo y el apartado gráfico llena las páginas con acierto, sumergiendo al lector.

El resultado es una obra que hará pasar un buen rato tanto a los mayores como a los pequeños. Para ambos hay sorpresas, aunque muy distintas, y también, qué demonios, aventuras. Además, aun con el tono socarrón de algunos momentos, no cae en la acidez y transmite principios positivos, con lo que deja un buen sabor de boca.

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