Vinyan

Imagen de HPLovecraft

Explicación razonada de una de las películas más extrañas de todos los tiempos.

 

Y es que tengo una suerte escogiendo títulos…

 

Sinopsis

Cuenta la historia de una pareja que ha perdido a su hijo tras el devastador tsunami que asoló buena parte del sureste asiático en diciembre de 2004. Cuando proyectan una cinta de vídeo acerca de los proyectos que se están llevando a cabo en una de las zonas afectadas, Jeanne Bellmer cree ver en una de las imágenes a su hijo. Cabello largo, piel pálida y una camiseta del Manchester United son las únicas pistas, y no muy claras, que la llevan a pensar que su hijo está vivo. Junto a su esposo, Paul Bellmer, deciden viajar a Tailandia y comenzar una imposible y peligrosa búsqueda del hijo desaparecido. Pero la jungla tiene miles de rostros, unos que se muestran y otros que se ocultan, y todos ellos son tan amenazadores como mortíferos y aquellos que pueden ayudarles a encontrar a su hijo lo harán solo a cambio de enormes cantidades de dinero. Su integridad como pareja, el valor de la vida humana en otras regiones del mundo y la devastación de la naturaleza serán la constante en su viaje.

 

Antecedentes

El terremoto submarino del océano Índico de 2004, conocido como el de Sumatra-Andamán, tuvo su epicentro en la costa del oeste de Sumatra, Indonesia. Causó una serie de tsunamis devastadores a lo largo de las costas de la mayoría de los países que bordean el océano Índico, matando a una gran cantidad de personas a su paso e inundando numerosas comunidades costeras a través de casi todo el sur y sureste de Asia, incluyendo partes de Indonesia, Malasia, Sri Lanka, India y Tailandia. Un análisis reciente de las Naciones Unidas cuenta las víctimas en casi 230.000, por lo que sería el noveno desastre natural más mortal de la historia moderna. La magnitud del terremoto ha sido finalmente registrada como 9,3 en la escala de Richter, con lo que es el segundo terremoto más grande registrado desde la existencia del sismógrafo tras el terremoto de Valdivia, Chile, en 1960. Fue tan grande que hizo que el planeta oscilara un centímetro, además de causar terremotos en otros lugares más alejados.

 

El director

Fabrice Du Welz, que se encargó de escribir el guión de la película junto a David Greig y Oliver Blackburn (no puedo evitar pensar esa frase de nunca tantos hicieron tan poco) es el director de Vinyan. Nació en Bélgica el 21 de octubre de 1972 y estudió en el Conservatorio de Artes Dramáticas en Liège, región francófona de Bélgica y una de sus mayores ciudades, y en el INSAS, que son las siglas de L’Institut national supérieur des arts du spectacle et des techniques de diffusion. Por razones obvias, no lo repetiré en mi vida. A pesar de haber rodado diversos cortos en Super 8, su primera película conocida es A wonderful love (1999) que ganó el premio Fantastic’s Arts, festival internaciones de ciencia-ficción. Su filmografía se limita por el momento a las siguientes películas:

Folles aventures de Thierry Van Hoost (1997)

Quand on est amoureux c'est merveilleux (1999)

Calvaire (2004)

Vinyan (2008)

For your entertainment (2010)

Alleluia (2011)

Actualmente está en pleno rodaje de algunas otras películas más que no vamos a comentar.

 

Actores Principales

Emmanuelle Béart (Jeanne Bellmer): Nacida en Saint-Tropez, Francia, en 1963, vivió durante muchos años en una granja cercana al sur de Francia porque su padre, el cantante y poeta Guy Béart, no quería que se viesen afectados por el mundo glamuroso de París. Sin embargo, su primera actuación en el cine data de 1972, aunque no aparece en los créditos de Como liebre acosada (La course du lièvre à travers les champs, René Clément) Dede 1984 no ha cesado de trabajar eventualmente para el cine en películas como Misión imposible (Mission: Impossible, Brian de Palma, 1996)

Rufus Sewell (Paul Bellmer): Nació en Twickenham, Inglaterra, en 1967 y quedó huérfano de padre con tan solo diez años. Estudió tres años en el London's Central School of Speech and Drama y debutó en el teatro, donde consiguió varios premios y fue nominado para otros por su calidad interpretativa. En el cine ha destacado en diversas películas, de las que escogería El ilusionista (The illusionist, Neil Burger, 2006) Destino de caballero (A knight's tale, Brian Helgeland, 2001) y muy especialmente la película de culto Dark city (Alex Proyas, 1998)

 

A partir de este punto, se incluyen detalles explícitos de la trama y el argumento.

Análisis

Lo que no se le puede negar a la película es su originalidad dentro del género mixto del drama-terror. Diría de hecho que no acaba de ser ninguna de las dos cosas y, sin embargo, contiene elementos de ambas. Una pareja de occidentales decide viajar al infierno birmano, que no deja de recordar parcialmente al infierno verde visto en Holocausto caníbal (Cannibal holocaust, Ruggero Deodato, 1980) unido a los interminables ríos plagados de pueblecitos más o menos peligrosos similares a los de John Rambo, regreso al infierno (Rambo: to Hell and back, Sylvester Stallone, 2008). El paisaje, de hecho, forma parte de la película de una manera que hace estremecer al espectador: lugares desolados, arrasados por las aguas poco tiempo atrás y que, en cualquier caso, se encuentran en un estado de pobreza absoluta reforzado por la juventud de los habitantes de los poblados, que sabemos que poco dinero podrán obtener.

Existe una tensión latente de forma continua entre el matrimonio Bellmer en el que la mujer está completamente obsesionada por encontrar a su hijo, al que está completamente convencida de haber visto en la cinta de vídeo. Por otro lado se encuentra su esposo, más pragmático, que aunque sigue a su mujer y está dispuesto a hacer lo que sea para satisfacer sus deseos, el espectador percibe que no acaba de creer en la posibilidad de que su hijo siga con vida. Su forma de contemplar el mundo, similar sin embargo, va sufriendo duros embates ante los lugares donde realizan la búsqueda. Hay decenas de pueblos en las riberas del río que están surcando y todos ellos pueden ser el que albergue a su hijo. Y cualquiera de esos niños puede ser el suyo. La decadencia y la miseria en la que tienen que vivir los pequeños hacen mella en los dos viajeros, en lo más profundo de su mente.

Los niños que aparecen en los poblados tienen el rostro pintado de blanco. Cuando le ofrecen a la pareja uno de ellos que lleva una camiseta roja, asegurándoles que es su hijo, Jeanne descubre que no es verdad, que no se trata de su pequeño. ¿Acaso importa? le pregunta el guía que les conduce a través del infierno lluvioso y acuático. La caída de Jeanne en el área más alejada de la cordura puede ir viéndose poco a poco: su angustia y desesperación crece por momentos y los encargados de guiarles se aprovechan de ello para llenarse los bolsillos a costa de dos padres desesperados. Jeanne llega incluso a robar el dinero a su marido mientras él duerme para proseguir la búsqueda de su hijo. Paul, el último bastión de cordura al que podría aferrarse, ha perdido todo control sobre ella, no va a ser capaz ya de recuperarlo y se sabe consciente de ello. Solo el que ella le diga te quiero le hace albergar alguna esperanza.

El final, debo admitirlo, me resulta algo confuso. Paul ha seguido los pasos de su esposa en todo momento y ha actuado como la voz de la razón mientras ella iba perdiendo poco a poco el norte. Sin embargo, cuando llegan a uno de los poblados, un grupo de niños con las caras pintadas de blanco hace su aparición. Jeanne parece erigirse, de forma espontánea y misteriosa, como líder, incluso como diosa, del conjunto de pequeños a los que ordena matar a su marido sin ningún asomo de piedad. Obedientes, los niños destrozan el cuerpo de Paul de una manera macabra, eviscerándolo sin que él sea capaz de defenderse. Por algún crimen o razón que me es ajeno, salvo si lo achaco a la locura creciente de Jeanne, ha decidido acabar con la vida de su marido utilizando para ello a los niños. Un final tan triste como extraño para una película que en sus cuatro quintas partes promete lo que luego no parece capaz de dar.

Sin embargo, tiene una cierta similitud que, con ella en mente, consigue hacer de Vinyan una película más que encomiable: El corazón de las tinieblas (Heart of darkness, Joseph Conrad, 1899). Si eliminamos de la novela a Kurtz, el jefe de la explotación de marfil, y ponemos en su lugar al perdido hijo de la pareja, encontramos muchas similitudes. La crítica al imperialismo y el horror (¡El horror! ¡El horror!, que dice Kurtz) al descubrir cómo han deificado la figura del explotador de marfil, al igual que en la película hacen con Jeanne, le da una nueva perspectiva en la que no quisiera equivocarme, pues revaloriza y mucho la película. Voy a pensar y a dar por bueno que Fabrice Du Welz ha creado con Vinyan su propia versión de El corazón de las tinieblas. Incompleto, falto de buena parte del argumento y lento en su desarrollo, pero especial, espantoso en sus imágenes y horrendo en su angustia sin fin.

 

Calificación: 65

 


 

Ficha Técnica:

Dirección: Fabrice Du Welz

Guión: Fabrice Du Welz / David Greig / Oliver Blackburn

Países: Bélgica-Francia-Reino Unido

Año: 2008

Duración: 96'

Género: Drama / Terror

Intérpretes: Rufus Sewell (Paul Bellmer), Emmanuelle Béart (Jeanne Bellmer), Julie Dreyfus (Kim), Petch Osathanugrah (Thaksin Gao), Amporn Pankratok (Sonchaï)

Producción: Backup Films.

Música: François Eudes

Fotografía: Benoît Debie

Montaje: Colin Monie

Diseño de producción: Arin 'Aoi' Pinijvararak

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