El tercer deseo

Imagen de Anne Bonny

Reseña de la primera aventura larga de Hellboy que leo, realizada por Mike Mignola y coloreada por Dave Stewart y publicada en Francia por Delcourt y en España por Norma Editorial

La edición de esta historia que ha caído en mis manos es la de Delcourt, por lo que para los aspectos ligados a la española, realizada por Norma, os recomiendo que os deis vuelta por el artículo que escribió en su día Tomeral.

 

Se trata también de la primera historia larga que leo de Hellboy, un personaje que no me entró con buen pie cuando lo conocí y que, poco a poco, ha ido ganándose un puesto no sólo entre los cómics que me gustan, sino entre mis preferidos. Son elementos a tener en cuenta antes de que os hable, en sí, de “El tercer deseo” (o “Le troisième souhait”, como lo he conocido yo), aunque, todo hay que decirlo, no he visto diferencias sustanciales entre un formato y otro: Mignola sigue apoyándose en numerosas referencias cultas para crear su propio panteón siniestro y moldearlo en torno a una historia más bien sencilla pero original y eficaz.

 

La primera cosa que me ha sorprendido -gratamente- de esta obra ha sido encontrarme con que la ambientación está enclavada en África. Un inicio en la sabana nos pone de manifiesto que esa atmósfera gótica, oscura, se puede conseguir en el lugar más insospechado. Mignola hila a partir de este punto una trama en la que aúna sus conocimientos sobre folklore, mitología y supersticiones de numerosas culturas con su particular mundo (o visión del mismo).

 

La imaginería del autor nos lleva a un fabuloso viaje submarino en el que prima la espera y la incertidumbre sobre la acción, y donde los hechos se suceden con suave contundencia, como en una fábula macabra. Los tres deseos que dan nombre al título aparecen en una secuencia tan inesperada como implacable y tienen la virtud de poner los pelos de punta como una historia de campamentos; todo un ejemplo del dominio del ritmo que tiene Mignola como narrador. Y si ya esta escena deleita y seduce, las de los brindis con los náufragos ahogados abren puertas insondables a la imaginación.

 

Órdenes religiosas, ruinas, seres de la mitología clásica, fábulas africanas, pecios, imperios precolombinos y fuerzas de la naturaleza se dan cita en las páginas de esta historia con insospechada gracia. Quizás las consideraciones sobre el trasfondo de Hellboy, ésas que sirven de espina dorsal a la historia del personaje, resulten un poco innecesarias para los lectores que no hemos seguido exhaustivamente las vivencias del personajes, pero desde luego no se puede decir que empañen un conjunto de lo más sugerente.

 

En el apartado gráfico tenemos un Mignola hábil y con carácter propio y muy bien acompañado por el color de Dave Stewart. El resultado es una obra muy en la línea del personaje que aporta elementos muy interesantes para el lector, incluyendo algunos guiños a las historias de William Hodsgon. Un cómic muy recomendable.

 

Autor

 

Mike Mignola nació en California en 1960. Es dibujante y guionista de cómics, y también ha trabajado en proyectos de animación como Atlantis: The Lost Empire o la adaptación de The Amazing Screw-On Head. Empezó su carrera en 1983 ilustrando cómics como Daredevil y Power Man & Iron Fist para Marvel. Después de algunos trabajos primerizos para DC Cómics, Mignola se encargó de algunos trabajos mayores, como Cosmic Odyssey o Gotham by Gaslight, el cual inspiró el concepto "Elseworlds".

 

Al principio de los noventa, continuó trabajando con Marvel y DC, y en la adaptación a cómic del clásico de Bram Stoker “Dracula” para Topps Comics después de haber trabajado como asistente de Francis Ford Coppola en su película homónima. A partir de 1994, Mignola empieza a trabajar en personajes propios, dando a luz a Hellboy, que sería publicada por Dark Horse Comics, y que constituiría su consagración como autor.

Espacio patrocinado por

Nocte - Asociación Española de Escritores de Terror

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