Bad as me

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Sobre el nuevo disco de Tom Waits

 

Siete años han pasado desde Real Gone, la última incursión discográfica si obviamos el caras B de rarezas, de este peculiar personaje forjado en sucios y ruidosos tugurios nocturnos de Los Ángeles, donde el humo, el whisky y gente con unas cuantas buenas historias que contar están a la orden del día.

Uno de las puntos a destacar del artista es el universo que ha forjado alrededor de sí mismo a través de las melodías y letras, muchas de ellas basadas en la Generación Beat, aliñadas con su inconfundible voz, herencia directa del legendario bluesman Howlin’ Wolf.

Cada nueva publicación del músico es una incógnita porque, con su etiqueta de artista de culto y muy amigo de la experimentación, nunca sabes por dónde le va a dar.

A diferencia de su anterior trabajo, en el que explora con su música hasta terrenos donde no ha llegado antes, en Bad as me se apuesta por un sonido menos arriesgado, más cercano al rock & roll, el blues más visceral, en la línea de Bone Machine y Mule Variations, aunque sin llegar al nivel de estos.

Nos encontramos con un disco bastante variado, donde se intercalan canciones salvajes apoyadas con una marcada sección de viento y percusión, y baladas muy acertadas. Hay que destacar la gran labor de la banda que habitualmente le acompaña, además de algunas colaboraciones de lujo como el pirata Keith Richards o Flea de Red Hot.

Aunque el disco está compuesto por buenas canciones, el punto flojo que le encuentro es la falta de una uniformidad en ellas, como si de un recopilatorio se tratase. Al escuchar el disco entero acabas con una sensación de discontinuidad a medida que van pasando y de falta de conexión entre los temas, que frena en seco el intercambio de sentimientos y provoca que no acabes de conectar del todo con el disco.

A estas alturas de la película, Tom Waits no tiene nada que demostrar a nadie y, a pesar de lo comentado anteriormente, sabe ejercer muy bien su oficio y brinda a sus seguidores nuevo material de calidad y con personalidad, que siempre es de agradecer. Para los que no conozcan aún al artista es un buen punto para empezar a disfrutar de él.

Nos vemos en el Mississippi, en cualquier encrucijada, con el diablo como compañero de viaje.

 

Puntuación: 8/10

 

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