Repaso a las novedades Marvel mayo - julio I

Imagen de Kaplan

Elogio de Hickman, Aaron, Remender y Gillen

PunisherMAX: Frank

Jason Aaron está cerrando el círculo que empezó a trazar Garth Ennis en torno al Punisher a partir de todo aquello de lo que Ennis huyó: los vínculos con los personajes clásicos del título. Si Ennis recurrió a mafiosos del Este, soldados soviéticos y sicarios marca de la casa, Aaron ha empezado tirando de Kingpin y Bullseye para acabar hablando de lo mismo que aquel: sus complicadas relaciones con la policía y, sobre todo, las motivaciones y la problemática interior de Castle, un personaje a menudo injustamente denostado por simplón. Tras la brutal pelea con Bullseye con la que concluyó el anterior tomo, Castle recapacita en la cárcel sobre cómo fueron los días que transcurrieron entre su vuelta de Vietnam y la muerte de su familia.

No es una saga de grandes enfrentamientos ni desbarros catárticos, sino que Aaron, más cerca de lo que ha estado nunca de su Scalped en Marvel, se limita a mejorar y ampliar todo aquello que Ennis ya anunció en Punisher: Nacimiento. La trama, que discurre lentamente y con la maestría habitual del guionista (acompañado aquí por un Steve Dillon que se maneja a la perfección en los relatos sin mucha acción), supone todo un mazazo para el lector y lo deja en capilla para la conclusión del título en el siguiente título.

 


 

Patrulla-X Regénesis, Patrulla-X 77 y La Imposible Patrulla-X 1-2

Tras convertir a Coloso en el Juggernaut para zurrar de lo lindo al subalterno de La Serpiente, Gillen finiquita el volumen de Uncanny X-Men con un encuentro entre Cíclope y el Hombre de Hielo que marca el nuevo estatus de Scott Summers al frente de Utopía y da comienzo al siguiente volumen con un enfrentamiento entre la Patrulla-X y un ejército de clones de Mr. Siniestro, que se ha servido de un Celestial para hacer realidad sus planes. Más tarde tendrán que parar a un miembro olvidado de la Falange que ha adquirido un poder descomunal absorbiendo pueblos enteros. Finalmente, entrarán en la Tabula Rasa creada en las páginas de X-Force. Si a esto le sumamos unos diálogos afiladísimos [Siniestro: “Yo soy la Capilla Sixtina de la evolución. He pintados frescos sagrados en mi interior”. Emma Frost: “Ya has usado la referencia a la Capilla Sixtina antes, pústula andante”. Siniestro: “Chist. Soy absolutamente maravilloso”] nos será fácil deducir que Gillen ha querido convertir este título en el The Authority (etapa Ellis) de Marvel. Como empujón a la franquicia mutante, que es lo que se pretendía con Regénesis, es inmejorable.

 

Cisma 4 y Lobezno y la Patrulla-X 1-2

Bueno, lo de Gillen sería inmejorable si en el otro lado de los mutantes no estuviese Aaron luciéndose tan fuerte y tan duro como lo hace en Lobezno y la Patrulla-X. En PunisherMAX está el Aaron serio. Aquí está el Aaron loco, loquísimo, aplicando las esencias de los mutantes (culebrón, historias de institutos, freaks adolescentes) y llevándolas mucho más allá. Tras ser testigo de cómo otro joven mutante se veía obligado a usar sus poderes de forma violenta en Cisma (en el capítulo dibujado por Daniel Acuña), Lobezno se pelea con Cíclope y acaba tomando la decisión de dirigir el ahora llamado Instituto Jean Grey. Estará ayudado por Kitty Pryde, el Hombre de Hielo y la Bestia, e intenta controlar los efluvios adolescentes de un alumnado de lo más variopinto: nerds y matones extraterrestres, islas vivientes, sociópatas superpoderosos... Y Sapo, de bedel. Y Doop, de conserje. Y el jardín de infancia de genocidas que es ahora el Club Fuego Infernal, de archienemigos. Y una visita de inspectores de educación como primera aventura. Cada línea de guión es puro oro. Los dibujos de Bachalo también te lo parecerán si eres de los que disfruta habitualmente con él. Si no, toca esperarse hasta el siguiente número, que es cuando comienza Nick Bradshaw. Lo decíamos en la entrega anterior, la llegada de Aaron a los mutantes es lo mejor que les ha pasado desde tiempos de Morrison. Ya veréis, ya.

 


 

Lobezno 12-14

Tras los tremendos acontecimientos vividos por Logan en los últimos números, Aaron oxigena la colección con una chiflada historia que llevará al canadiense a encontrarse con el Hombre Gorila y Cobra Gorda e intentar acabar con una sádica narcotraficante que, mediante un sistema esclavista sostenido por un grupo de dragones, cultiva droga en las entrañas de la Tierra. Chiflada, ya lo habíamos dicho, pero muy divertida y muy bien dibujada por Ron Garney también. En el último número da comienzo además la última historia del guionista en este título, en la que reaparecen algunos nuevos, viejos y viejísimos personajes para un fin de fiesta que promete mucho.

 

Hulk 1-2

Si algo no se le puede reprochar a Aaron es su inconformismo a la hora de plantear sus etapas en los diferentes títulos que le han asignado. En su primer número de Hulk, desconocemos si por decisión propia o por mandato editorial, nos encontramos con que el monstruo verde se ha separado de Bruce Banner por completo, dejando en este, paradójicamente, un enorme vacío existencial, por lo que se convertirá en un trasunto de Doctor Moreau que experimentará con animales para conseguir imitaciones de Hulk. Mientras, una misteriosa mujer le planteará a Hulk la posibilidad de deshacerse de Banner. Aaron y Silvestri a los lápices apenas tocan de forma tangencial el extraño culebrón en el que se había convertido el título en la etapa anterior y plantea un relato con muchos puntos en común a los del Frankencastle de Remender. De momento resulta espectacular, extraño y divertido, aunque el comienzo sea de lo más desconcertante.

 

El Poderoso Thor: Viaje al Misterio

Si su Patrulla-X es el The Authority marveliano, el Viaje al Misterio de Gillen es, y no descubrimos ningún misterio, su The Sandman particular. Matt Fraction, lo hemos dicho aquí muchas veces, no ha terminado de coger el pulso de Thor salvo en contadas ocasiones a pesar de que sus comienzos como sustituto de Straczynski parecían indicar lo contrario; pero sí ha sido capaz de aportar detalles aislados a los que se les podría sacar mucho jugo. Por ejemplo, la profecía de Thor y La Serpiente, su caracterización de Odín y, sobre todo, ese hallazgo excepcional de convertir a un personaje tan rastrero como Loki en un niño inocente al que odian todos menos Thor, que ve en él la felicidad de una infancia perdida.

Por suerte, Gillen ha sabido manejar mejor esos conceptos que su propio creador en Viaje al Misterio. En este primer tomo, Gillen embarca a Loki en una misión que le llevará al mismísimo infierno con tal de salvar a Asgard a pesar de que nadie se lo va a agradecer. El guionista tiene un desparpajo evidente a la hora de tratar al Dios de la Mentira en un contexto que mezcla la mitología con la aventura de iniciación y logra un trabajo denso, simpático y que, a pesar de lo novedoso, encaja como un guante en la particular tradición nórdica de Marvel.

 


 

Veneno: Spider-Island

De ejemplar se puede calificar el cruce con Spider-Island planteado por Rick Remender en Veneno. Así como otros guionistas se quitan números así de la mejor manera que pueden, por mero compromiso, el autor de Imposibles X-Force narra cómo Flash Thompson tiene que hacer frente a esta crisis mientras su padre agoniza en un hospital. Es decir, Remender opta por contar el final de una de las principales tramas ligadas al personaje principal desde hace años en un mero crossover y lo hace de una forma emotiva y llena de ritmo. En el resto del tomo se recupera la trama de Jack O’Lantern, que está adquiriendo en apenas diez números una relevancia que, esperemos, no acabe pronto. Tony Moore es sustituido en este tomo por los mucho más limpios Lan Medina, Tom Fowler y Stefano Caselli.

 

Los 4 Fantásticos 53-55

Para no bajar el pistón, la Guerra de las Cuatro Ciudades ha dado paso a una invasión de tropas Kree, mientras el único superviviente del Concilio de Richards se refugia con Muerte y Valeria y Annihilus está preparado para invadir la Tierra. Aunque hace meses que todo saltó por lo aires en este título, Hickman sigue manteniendo todos los -muchos- frentes controlados y nada queda suelto. De hecho, en el número 55 se aclara uno de los grandes misterios que venía coleando tiempo atrás. Es obvio que no es momento de dejar de leer esta gran etapa.

 

SHIELD 7-8

Entre el primero y el segundo volumen de SHIELD, Hickman ideó un número especial formado por historias sueltas de los diferentes personajes de la serie y dibujado por diferentes artistas. Como suele ocurrir con estos números, no son esenciales para seguir la historia, pero sí resultan interesantes para conocer mejor las motivaciones de todos estos personajes. En cambio, el primer número del segundo volumen sí que es de interés máximo. Se retoma la batalla de la Ciudad Inmortal allá donde se quedó en el final del primer volumen mientras se cuenta la trayectoria de Miguel Ángel a largo de todos estos siglos. Si bien los primeros números de esta serie resultaban un poco espesos por el gran número de conceptos nuevos que manejaba, lo cierto es que ahora mismo todo fluye a la perfección y puede enriquecer muchísimo la intrahistoria del Universo Marvel.

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