Kochka

Imagen de Anne Bonny

Reseña de esta miniserie de Brrémaud y Duhamel compuesta por Nouvelle-Orléans 1862 y Mambo, y publicada por Paquet en Francia

 

 Movido por un impulso muy “navideño”, me compré este cómic impelido por una mezcla de consumismo, deseo de dar una oportunidad a unos autores desconocidos (por mí, se sobreentiende) y fe en el género humano. Captó mi atención su cubierta, en la que observamos a un cowboy recordado a contraluz en el siniestro escenario de unas marismas de, suponía yo, el Mississippi. Fue un impulso poco razonable que, afortunadamente, se ha revelado acertado.

 

El cómic nos retrata un escenario que me parece apasionante: la Guerra de Secesión Americana. El siglo XIX tiene una magia especial, de terreno fronterizo entre la tecnología y la superstición, y qué mejor escenario para desarrollarla que lo que en el viejo continente conocemos como el lejano Oeste. Kochka, además, aborda este telón de fondo tan conocido de un modo inusual, lo que le da un valor añadido.

 

Para empezar, el escenario de batalla planteado (Nueva Orleans) nos muestra dos facetas menos habituales que las consabidas cargas de caballería en campo abierto. Por un lado tenemos a una compañía de infantería sudista moviéndose por las marismas, y por otro a los terribles acorazados que se desarrollaron por primera vez en esta guerra bombardeando la costa sureña. Ya son dos puntos que dotan de originalidad y de interés a la historia.

 

Continuando en esa línea, la aventura que aquí se presenta es la de un desertor, no la de un héroe de guerra, y gracias a esta coyuntura descubrimos otro elemento oculto tras las bambalinas de la historia: el servicio antideserciones, una especie de cazarrecompensas con su toque de corrupción encargados de velar por que los caballeros de sur se comporten como tales y vayan a donde les toca: el frente.

 

Como ración adicional, y correspondiendo a la corazonada que había tenido viendo esa cubierta -que hasta cierto punto me recordaba los trazos de Mignola para Hellboy-, la historia nos muestra algunos elementos terriblemente sugerentes: vapores embarrancados junto a casas bajo siniestros árboles semiacuáticos, rituales vudú realizados por los esclavos fugados -y que tienen un regusto que hace pensar a los mitos de Cthulhu-, oníricas experiencias en las tabernas de la gran ciudad, un misterioso gato negro que acompaña a un no menos misterioso fotógrafo ruso... Sin duda unas cuantas claves para hacer volar la imaginación con un preparo más bien atípico.

 

El trazo del dibujante muestra también un carácter propio. A caballo entre el humor y la aventura, y con sus notas de terror, las ilustraciones de Duhamel nos muestran unos personajes que podemos considerar caricaturescos en muchos aspectos, pero que no por ello resultan menos humanos o menos impresionantes sus vicisitudes. Es, a mi parecer, una muestra de cómo un autor puede valerse del aspecto abstracto que es -como no- la representación de una historia en viñetas para desarrollarla de un modo menos fotográfico sin perder, al mismo tiempo, la empatía que generan en el lector los personajes “serios”.

 

El color con el que se complementan estas ilustraciones es particularmente impresionante, y las variaciones de las tonalidades de fondo transmiten muy bien las distintas sensaciones y registros en los que nos movemos a lo largo de esta vertiginosa historia. Quizás esto último sea el único punto oscuro: que la historia va muy rápido y no deja saborear todos los elementos que contiene, lo que es una lástima, sobre todo porque se articula en dos únicos números.

 

Con todos estos elementos tenemos un cómic con carácter propio en el que se abordan con éxito numerosos registros y que hará las delicias de los amantes de las historias del Far West y de esos lectores que siempre encuentran alguna historia más escondida debajo de alguna ilustración especialmente acertada, y que, seguramente, sabrá a poco.

 

Autores

 

Bruno Duhamel nació en 1975. Se inscribió en un taller de cómics tras su estancia en el instituto en la Universidad de artes plásticas de Saint-Charles de París. Después siguió varios cursos de Bellas Artes en Angoulême, en la sección de cómics, durante tres años. Es el autor de Kochka, publicado por Paquet.

Frédéric Brrémaud nació en 1973 en Seul. Después de realizar sus estudios en La Rochelle y Newcastle Upon Tyne, se instala a caballo entre París y el oeste de Francia. Autor prolífico, ha sido el guionista de cinco series para la editorial Soleil ("Robin Hood", "Alienor", "Sexy Gun", "Les Légions de Fer" y "Daffodil") y de dos para Ediciones Paquet ("Kochka" y “Banana Fight").

 

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