Joyas del Nuevo Universo DC

Imagen de Kaplan

Hablamos de Action Comics, Wonder Woman y Batman Inc.

 

Wonder Woman 3-4

El primer arco de la etapa de Brian Azzarello, Cliff Chiang y Tony Atkins llega a su fin, con Diana haciendo frente a una situación un tanto desesperada, por aquello de tener que casarse con Hades y tal. Tras su conclusión, el plantel de la serie se divide entre los hijos clásicos de Zeus y los nuevos, un grupo al que pertenece Wonder Woman y otros hijos ilegítimos que han nacido en el último siglo y que Diana buscará para que ayuden en el rescate del bebé de Zola. Entre tanto dios, era normal que Orión acabase apareciendo tarde o temprano. Una serie francamente buena.

Superman 14-16

A un solo capítulo de terminar su estancia en el título, podemos contemplar ya el plan que Grant Morrison había preparado para Action Comics. Lo que parecían historias más o menos interesantes sin demasiada hilazón ha acabado derivando en un fantástico juego morrisoniano en el que el tiempo, las dimensiones y los personajes se retuercen merced a los caprichos del verdadero villano de esta historia: un mago de la quinta dimensión en conflicto con Mr. Mxyzptlk. De repente, lo que nos parecía en los primeros capítulos un trabajo ligero y juvenil de Morrison se ha convertido en una de esas explosiones de ideas brillantes con las que tanto nos malacostumbra el escocés. No os lo perdáis.

 

Batman Inc. 1

Hablábamos de lo malacostumbrados que nos tiene Grant Morrison y es imposible no pensar en los increíbles años que nos está dando en Batman. Una obra mutante, abrumadora, que ha tocado todos los palos posibles del personaje para crear algo nuevo que, sin duda, hará historia. Con este tomo empieza, no obstante, la recta final de este trabajo, pero parece que Morrison acaba de llegar. Buena muestra de ello es el segundo episodio, en el que se narra la vida de Talia al Ghul a golpe de esas elipsis radicales y ubermolonas que tan bien se le dan. El Batman de Morrison ha resistido todos los líos editoriales que ha vivido DC en los últimos años, manteniéndose (casi) al margen y quedando hoy como un título autónomo de una calidad rabiosa, insólita. Resulta fácil imaginar a Morrison, siempre reivindicador, siempre viéndose a la sombra de Moore (cuando la realidad pudiera ser justo la contraria), planteando este trabajo como el faro que debiera guiar al resto de títulos de la editorial. Ojalá fuera así...

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