OZ entrevista a Colo

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Entrevistamos al ganador del I Premio Internacional de Cómic de Planeta

 

Colo ha hecho del cómic su particular refugio contra el ruido del exterior, una forma de encontrarse consigo mismo y liberar aquello que le angustia y le apasiona de la condición humana. De perros y de huesos, su primera obra publicada, ha recibido el Premio Internacional de Cómic de Planeta, un reconocimiento tan merecido como inesperado. “Como jugar al póquer y ganar”, dice él mismo.


 

¿Cómo comenzó tu afición por los cómics?

De niño leía tebeos de Spiderman y otros superhéroes, pero nunca me lo había planteado como algo más allá del mero entretenimiento. Mi verdadera afición por los cómics empieza cuando descubro en la Cuesta de Moyano algunos ejemplares de Comix Internacional y 1984. En ellos descubro historias de autores como Alfonso Font, de Rafa Negrete, de Richard Corben... Estas obras suponen para mí una revelación, descubro que este medio es algo más que un entretenimiento, que es un verdadero canal artístico. A partir de entonces empecé a hacer mis propios tebeos. Durante mi adolescencia ser dibujante era un sueño para mí, pero no lo conseguí. Con diecinueve años tuve que empezar a trabajar y, como era un dibujante apañado pero vivir del cómic era algo imposible, las únicas salidas que tenía eran los dibujos animados o trabajar en publicidad, que es donde finalmente me quedé. Veinte años después sigo ahí y, aunque tuve un hiato de diez años en los que no dibujé ningún cómic, retomé el interés por este medio. Empecé de nuevo a crear historias por el mero placer de hacerlas, sin pensar jamás en publicarlas. De hecho, me considero un dibujante limitado, tengo recursos (como la soltura que he adquirido haciendo storyboards en publicidad), pero nunca podría alcanzar la maestría innata del propio Font u Horacio Altuna.

 

El cómic como bendición

 

Antes de De perros y de huesos escribiste otra novela gráfica. Háblanos de ella.

3 es una paranoia que me ocupó ocho años de vida. Básicamente me tendí una trampa: me metí en un universo fruto de mi propia improvisación a lo largo de los años. Iba haciéndola en cuanto tenía un rato libre de trabajo. Llegó un punto en que era imposible para mí abandonar el proyecto y se convirtió en una huida hacia delante, en un acto de fe. Tenía parones cada cierto tiempo, pero aun así veía cómo el universo que estaba creando iba tomando forma y se abrían nuevos caminos que permitían dar consistencia a la historia hasta que por fin la terminé. En ese momento adquirí un compromiso personal con el medio de los cómics, de manera que, cuando estaba llegando a la parte final de 3, tenía ya en mente que terminaría esa historia y empezaría otra. No me iba a privar de semejante placer.

No he tenido nunca la intención de publicarla, porque incluso yo mismo tengo la idea de que se me ha pasado el arroz -siempre he creído que en esto tienes que empezar más joven-. Pero al mismo tiempo me dio alas, ya que no dependía de ningún editor ni de lo que vende o no. Mi única regla es mi capricho, y lo vivo como un privilegio. No necesito ningún rendimiento económico. Lo considero mi juguete, un disfrute, una bendición. Lo mejor que me han dado a mí los cómics es poder hacer lo que me salga de las narices sin esperar una recompensa. Si llega, como en el caso del Premio Planeta de Comic, es como jugar al póquer y ganar, pero el mero hecho de jugar la partidita ya me parece un lujo.

Hace tiempo que no releo 3. Estoy dejando que repose y luego no sé si la puliré para intentar publicarla o simplemente la consideraré una parte de este camino que es mi aprendizaje.

Creo que tiene mucho que ver lo que le pasa al personaje protagonista con lo que me pasaba a mí como autor y con lo que le podría pasar al lector cuando la leyera. Tiene algo de camino iniciático que pretende tocar puntos de tensión comunes a todos los seres humanos.

 

Tu obra tiene un alto componente autobiográfico ¿Crees que es posible separar las vivencias de la creación artística?

A lo mejor hay autores que consigan mantener esa distancia con las historias que crean. Yo, en cambio, soy una persona muy emotiva, que conecto muchísimo con mis personajes, voy caminando con ellos y, si en un momento dado no entiendo lo que le está pasando, no me creo a ese personaje y tiene todas las papeletas para que desaparezca de la historia. Esta necesidad de entender a mis protagonistas me lleva a veces a tener parones creativos que duran hasta que el personaje me hace ver por dónde ha de ir la historia. En 3 llegué a tener parones de seis meses en los que no tenía ni idea de qué iba a pasar en la siguiente viñeta.

 

La honestidad con la creación

 

¿De dónde surge De perros y huesos?

Surge viendo American Gangster, de Ridley Scott. Salí del cine pensando que el universo propio del cine de gangsters hace mucho tiempo que está establecido como tal, con sus lugares comunes, y me pareció muy atractivo cogerlo y reinterpretarlo con los códigos de aquí. En la época en la que viví en Lavapiés conocí personajes con mucha sustancia, así que fui uniendo sus historias y decidí hacer una trama de mafia cañí que fuera también un experimento para mí. No tenía muy claro nada, salvo algunas imágenes como la de un chaval que había pintado un mural y descubre que se lo han borrado porque estaba manchado de sangre. No tenía muy claro cuántos personajes iban a ser. Empecé con un primer personaje llamado El Turco y dibujé del tirón hasta la página 20, ahí consideré cerrada esa parte y se me ocurrió llamarla “El Turco” e ir haciendo historias de veinte en veinte basadas en un personaje diferente cada vez. Así empecé con otro personaje y fui hilando relaciones entre ellos.

 

Leyendo De perros y de huesos no da la impresión de ser tan espontáneo como en realidad es…

Creo que es porque en mi cabeza voy creando situaciones entre los personajes, especulando con posibles formas de cerrar la historia. En algún momento conecto preguntas que no sabía cómo se iban a cerrar, pero que ya estaban formuladas de antemano. Por eso nunca sé qué tamaño final tendrán las historias que creo. Lo que sí intento es ser honesto con los personajes y no cerrar las tramas en falso. Han de encajar, han de ser los propios personajes quienes decidan cómo cerrar su propia historia. Es divertidísimo trabajar así. En la historia en la que estoy trabajando actualmente me prometí hacerla bien, escribiendo un guión previo, pero pronto cerré el Word y seguí trabajando como de costumbre.

 

Los dos puntos fuertes que presenta De perros y de huesos son la valentía de hacer un noir madrileño que no sea paródico ni tópico y, por otro lado, que sus personajes no sean estereotipos de frases cortantes y kitsch como los de Tarantino.

Es cierto que el arquetipo del género negro es el que se ha edificado gracias a películas como Muerte entre las flores, pero el Madrid negro está también ahí. Todos los seres humanos caminamos en paralelo, sean del país que sean.

En cuanto a la profundidad de mis personajes, me gustan aquéllos que, con una sola frase, comprendes que tienen una vida detrás, que son tridimensionales. En De perros y de huesos El Turco dice frases que aún ahora me emocionan. Mientras dibujaba la escena de Rashid y su padre se me saltaban las lágrimas.

Me interesa mucho el milagro humano y he comprobado a lo largo de mi vida que generalmente no lleva traje y corbata, sino que se manifiesta en quien menos te esperas. Por eso me preocupo mucho por dotar a todos mis personajes de esa profundidad tan real. Intento empatizar con todos ellos. Si no siento lo que les pasa, paro inmediatamente. A la hora de escribir, adopto un papel de lector: me dedico a seguirles, pero no les fuerzo, no busco el artificio, sino que intento que funcionen de forma autónoma. Sé que esto es un riesgo, porque muchas escenas habrían sido mucho más efectivas si me hubiese decantado por la frase graciosa de turno, pero también habrían sido menos humanas.

 

En De perros y de huesos hay un protagonista oculto y al mismo tiempo omnipresente: Lavapiés.

Viví en Mesón de Paredes desde los diecinueve hasta los veintidós años. Me relacioné mucho con la gente del barrio y construí muchos lazos afectivos con ellos. Vi que en Lavapiés existía una frontera invisible con el resto de Madrid. La realidad era diferente al exterior, más auténtica. Era todo menos europeo y más recio.

El barrio acabó echándome, me desataba unas tensiones tremendas, ya que te encontrabas con que las muertes por sobredosis y las encarcelaciones por asesinato eran historias cotidianas entre los vecinos. Por pura supervivencia mental necesitaba calma y me marché de Lavapiés a una casa que parecía una caja de gusanos de seda y que me pareció perfecta: lo que yo necesitaba era ser un gusano de seda durante dos o tres años para asimilar todo lo que había vivido esos últimos años. Después ya veríamos en qué me convertía. De perros y de huesos es, en cierto modo, mi exorcismo particular.

 

El tercer mejor invento de la Historia

 

¿Cómo te documentaste para ilustrar la historia?

Apenas tuve que documentarme. Para exteriores, el Google Street View, que es el tercer mejor invento de la Historia, detrás del fuego y la rueda. Y no sé si ése es el verdadero orden…

Para el final de 3, que es una conversación de los protagonistas mientras van del Thyssen a Antón Martín, fui haciendo fotos de todo el recorrido. Al enseñarles esa escena a mis amigos, se pensaron que la había hecho basándome en el Google Street View, pero yo aún no lo conocía. Desde entonces, nos hemos hecho compañeros inseparables.

 

¿Cuáles han sido las influencias más importantes en esta obra?

Las más evidentes son Bill Sienkiewicz, Dave McKean, Tha… Y alguno más que se me escapa seguro.

 

¿Cómo te enfrentas a la composición de página?

De nuevo, pura improvisación. Generalmente, dibujo una viñeta y la pego. Después, la siguiente, y así.

 

En cambio, durante el asesinato de Jose mantienes una composición de 3x3 viñetas que recuerda a otro asesinato, el de Mary Kelly en From Hell.

Sí, sí, eso fue un plagio directo (risas). Mi tentación era hacer un episodio que no incluyera una sola palabra, pero luego opté por hacerlo como se quedó, que dramáticamente es una barbaridad. Es la bajada a los infiernos, no sólo al sótano del garito. Esa sala, donde Suso se está dejando el alma y está guardada la heroína, es el punto de tensión de toda la historia.

 

¿Por qué Vrubel como inspiración para el mural?

Porque me encanta. Es una bestia parda, el lado oscuro de Klimt. Cuando vi ese cuadro tan gigantesco como sobrecogedor en Moscú se me pusieron los pelos de punta. Es tan innegable como el Gernika y me persiguió desde que lo vi por primera vez.

 

Appetite for destruction

 

¿Qué recepción ha tenido De perros y de huesos?

Todo el mundo la está poniendo muy bien. Obviamente, soy un autor novel y sé que con esto no he dado el campanazo con el que me voy a poder retirar, pero las ventas no han sido malas en absoluto y confío mucho en el boca a boca. Creo que la historia se irá vendiendo, que tiene largo recorrido.

 

¿Cuáles son tus perspectivas de futuro?

Estoy haciendo un proyecto que me va a llevar mucho tiempo, unos dos años de trabajo. De momento llevo 80 páginas y calculo que tendrá unas 300, aún estoy presentando a los personajes. Pretendo hacer una historia de una epidemia que acaba con el mundo. Quiero montar un universo de personajes en un futuro cercano, en el que las cosas están jodidas, y luego quiero destruirlo. Me apetece mucho destruir el mundo (risas). Estoy trabajando por un lado en el cómic y, por otro, junto con un grupo que tengo con unos amigos, en un disco que incluiría la música que componen los personajes de la historia, que se reúnen para tocar los fines de semana. Lo que me interesa es que la música tenga el clima de la historia que van viviendo los personajes. En mi grupo estamos encantados con la idea. Les voy pasando páginas nuevas del cómic y ellos van inspirándose en ella, pero sé que más adelante, cuando todo tome cuerpo, también la historia se nutrirá de la música que compongamos.

 

De nuevo, esa libertad es fruto de tu idea del cómic como placer.

Eso es, es un capricho divertidísimo. Ahora mismo sólo pienso en hacerlo. Venderlo va a ser una odisea increíble, no sé si me lo comeré con patatas.

También estoy haciendo una historia corta para Aministía Internacional. Estoy experimentando un montón con ella, aunque les consulto a menudo su parecer, claro. De momento me están dando libertad creativa total, estoy encantado con ellos.

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Patapalo
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Un magnífico cómic, una magnífica entrevista y, por lo que se ve, un magnífico artista. Estoy deseando leer alguna cosa suya más. Mucha suerte con ese proyecto de destruir el mundo, y muchas gracias por la entrevista.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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virgensuicida
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 La entrevista es muy buena, pero la última foto... ¡es preciosa!

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