The international

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Clive Owen contra el mundo

The international es una de esas películas que no engañan, que leyendo de qué va la cosa uno sabe perfectamente lo que va a ver. Un thriller político en el que se esperan ver conspiraciones, intereses ocultos, mucho diálogo, protagonistas que sobrepasan los límites establecidos de la honradez y unas cuantas dosis de acción. Y es eso lo que nos encontramos, ni más ni menos. Además, ha coincidido en la cartelera con La sombra del poder, la película protagonizada por Russell Crowe y con la que comparte bastantes similitudes en cuanto a estilo de película, aunque no en el argumento, evidentemente.

 

El director Tom Tykwer cambia totalmente de registro en esta su nueva película tras la notable adaptación que consiguió con El perfume, y se puede decir que saca algo más que el aprobado, aunque creemos que tampoco nunca será recordado por haber rodado The internacional. Y no por nada, porque no es una mala película, pero también es cierto que se trata de este tipo de productos correctos, interesantes, de temática actual y en cierto modo enrevesada pero que nunca crean pasiones. En este caso, se trata de intentar desentramar los intereses en la compraventa de armas de uno de los grandes bancos del mundo y llevárselo por delante. Si acaso la película puede hacer recapacitar al espectador sobre quiénes manejan los hilos en el mundo, o confirmar cómo la inmensísima mayoría de la población ni pinchamos ni cortamos por mucho que queramos.

 

Lo bueno que tiene la película es que a pesar de que el argumento puede espantar un poco y pensar que puede ser un rollazo, se hace muy entretenida, cosa que no siempre pasa en el cine cuando hablamos de este tipo de temas. En todo el metraje se crean situaciones de suspense y la intriga está lo suficientemente conseguida como para no hacer desconectar. Además en este tipo de escenas en donde los personajes investigan, consiguen información o persiguen a sospechosos, la banda sonora ayuda bastante a meterse de lleno. Los diálogos son lo suficientemente interesantes y fluyen sin estridencias ni adornos innecesarios. Por no haber, no hay apenas humor en toda la película, lo que creemos que le viene bien y le da un tono serio acorde con el berenjenal en que se meten los protagonistas y la importancia de los hechos que se narran. Dentro también del apartado de aspectos positivos, hay que incluir las escenas de acción, que están realmente bien y sobre todo por la escena en el Museo Guggenheim de Nueva York, resuelta de forma impecable y consiguiendo una escena bastante espectacular y llena de tensión.

 

En cuanto a lo malo de la película, pues hay que empezar porque coge muchos de los defectos del género del thriller político con tintes policíacos, empezando porque este tipo de películas en general y ésta en particular son de éstas que están muy bien rodadas y de una producción muy correcta pero de las que uno se olvida a los cinco minutos de salir del cine. La trama está bien llevada, pero como siempre los listos son muy listos, y además siempre son ayudados por una serie de casualidades que se dan por arte de birlibirloque y que dan un paso de gigante en las investigaciones. Por no decir que lo que llevaría días en la vida real, aquí se resuelve en un segundo. Los personajes son los típicos agentes totalmente comprometidos con su trabajo, honrados, que supeditan el bien ajeno a la integridad propia, que creen ciegamente en la justicia. Que creen en un mundo mejor y más bonito, básicamente. Pero bueno, esto es cine, y es muy difícil huir totalmente de los tópicos. Otro aspecto a señalar es que quizá se haga un poco larga, nada exagerado, pero en un momento dado sí que parece que la película va terminar cuando realmente no es así.

 

En fin, The internacional es un buen thriller político y policíaco, entretenido, con una temática muy actual y con unas ideas bastante interesantes. Una suerte de David contra Goliat encarnada en el personaje de Clive Owen y un gigante de los bancos.

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