Carnaval de animales

Imagen de Anne Bonny

Reseña de este cómic de Mundina -pseudónimo de Roberto Landa- publicado por Editorial Saure en su colección Gran angular

Aun dentro de las originales propuestas de la editorial Saure, el cómic que nos ocupa hoy resulta insólito. Ya desde la primera página, en primer término lo que sorprende es el argumento -y eso que con el tratamiento gráfico elegido por Mundina lo tenía complicado-: los últimos ejemplares de algunas especies animales extinguidas van en busca de un lugar más allá, de una suerte de mundo mejor, del carnaval de animales nombrado en el título que les servirá de puerta para acceder a dicha tierra prometida.

 

Desde luego, es de lo más sugerente encontrar aventuras de dinosaurios, dodos y lobos de Tasmania, especialmente en un mundo desbordante de magia y fantasía que se ancla, no obstante, con determinación al mundo real que habitamos. Efectivamente, a lo largo de la obra las maravillas más chocantes no serán siquiera estos animales extinguidos que no quieren acallar su voz, y que resultan una especie de avatares arquetípicos de sus propias especies, puesto que encontraremos igualmente seres sobrenaturales que eventos cargados de magia.

 

No obstante, la historia no es una mera fábula de fantasía. Como decimos, hunde sus raíces con firmeza en el mundo real, y a pesar de su tono onírico, o más bien valiéndose del mismo, sirve de espejo distorsionado -aunque no menos cruel- de lo que se cuece en la tierra. La dolorosa extinción de especies animales es, sin duda, uno de los ejes principales dentro de esta imagen reveladora, pero no el único tema candente que se toca en estas páginas, pues sus miras son más amplias.

 

El lenguaje gráfico elegido por Mundina busca incidir en este planteamiento. El dibujo es expresionista, casi impresionista en algunos momentos; pretende generar sentimientos en el lector antes que retratar de un modo fotográfico los momentos de la aventura. Esto hace que la historia se desarrolle de un modo casi panorámico, sacrificando el ritmo a favor de los cuadros en los que retrata situaciones y sentimientos que van más allá de la propia aventura de los protagonistas. El uso de los colores es primordial en esta ejecución del guión, y éstos son uno de los vehículos de emociones principales en la historia.

 

En algunos momentos este sistema resulta algo desconcertante, sobre todo por la combinación con los textos -cuyo orden natural a veces no resulta del todo obvio-, pero sin duda impacta en el lector y le permite imbuirse de esa sensación de batallar épico, de aventura extraordinaria, que rezuma El carnaval de los animales.

 

El resultado es un libro francamente original, de lectura ágil pero que obliga al lector a implicarse, y perturbador en algunos momentos. Una apuesta interesante para reflexionar sobre las relaciones del ser humano con su entorno, incluidos otros seres humanos.

 

Sinopsis (Cortesía de Editorial Saure)

 

La historia cuenta las aventuras del tigre de Tasmania. El tigre pertenece al grupo de especies desaparecidas desde hace un siglo. Ocurre que todavía existe un espécimen. El caso es tan extraño que se le convoca ante un juez inglés con peluca que dictamina una sentencia de muerte. El tigre no dejará de buscar desde entonces el paraíso de los "animales desaparecidos" cuyas claves va descubriendo en cada uno de los carnavales que le sirven de escondite.

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