El jardinero fiel

Imagen de Jack Culebra

Un breve comentario sobre esta película de Fernando Meirelles, The constant gardener, que tan difícil resulta de digerir

Por terrible y frívolo que resulte decirlo con todas las letras, confieso que El jardinero fiel es una película que se me hizo muy cuesta arriba. No porque sea mala, sino por todo lo contrario: es una magnifica película que nos muestra una realidad demasiado cruda para poder disfrutarla realmente en el sillón de casa.

 

Creo, no obstante, que ésta fue una decisión deliberada del director, la de plasmar el guión con toda la belleza del escenario y toda la crudeza del trasfondo que en realidad esconde. Es algo que, de algún modo, intuí en la primera gran escena a pecho descubierto de la película: cuando el protagonista es conducido al depósito de cadáveres de un hospital para identificar el cuerpo que, tal vez, pertenezca a su mujer. El modo de filmar el sórdido subsuelo dedicado a la muerte en unas instalaciones de lo más inquietante, sobre todo en terrible contraste con la apacible calma del jardín en el que trabaja el protagonista, habla por sí solo.

 

No es el único momento del filme en el que nos encontraremos escenas en las que esta bipolaridad se pone de manifiesto, pasando de la sublime belleza del continente africano y de la alegre naturaleza de sus gentes a los momentos más macabros y dantescos que podamos imaginar. Meirelles, desde luego, no nos endulza el mal trago que nos espera... porque no hay motivo para hacerlo.

 

La historia que nos oculta el guión sobre una activista y un diplomático es terrible, nada más y nada menos que el modo en el que algunas multinacionales farmacéuticas se valen de la pobreza para instaurar draconianas prácticas destinadas a aumentar sus márgenes de beneficio a costa del sufrimiento ajeno. De este modo, lo que pudiera haber sido un filme con grandes dosis de poesía, como El informe pelícano, se vuelca en el lado más oscuro de nuestro mundo sin piedad alguna.

 

No quiere decir esto que no haya momentos hermosos, que los hay tanto a nivel de fotografía como a nivel humano -como ese conmovedor final que te lleva más allá de donde hubieras imaginado-, ni tampoco que sea un filme traidor que con mieles te atraiga a su terreno: simplemente, muestra esa terrible ambivalencia humana que permite la convivencia de lo más oscuro con lo más brillante.

 

Este juego de equívocos es manejado con maestría a lo largo de todo el metraje, creando situaciones que mezclan humor, horror y ternura a partes iguales -como el resultado del parto en el hospital "para negros"-. Una terrible prueba del espíritu humano llevada con maestría por el director y sostenida por un reparto experimentado que sabe dar toda la fuerza necesaria a la narración.

 

En algunos momentos uno desearía que las escenas de acción trajeran más circo al conjunto, más ligereza a la trama, no porque se desee que la película fluya más ágilmente, sino porque se necesita casi visceralmente que la presa se afloje un poco. Sólo que la presa no se afloja, ésa es la terrible realidad. En el mundo real los héroes solitarios no resuelven los problemas jugando a los cowboys pistola en mano.

 

Al final, conscientes de ello, sólo desearíamos parecernos un poco más a ese jardinero fiel, disfrutar de su infinita paciencia y su entereza para mantenernos firmes, y labrar un poco nuestro entorno, para que dé frutos.

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case
Desconectado
Poblador desde: 12/02/2009
Puntos: 199

Tiene gracia, justo termino de ver esta película, entro en OZ y veo una crítica sobre ella.

Suscribo todo lo que dices. Es una magnífica obra, bien narrada, bien fotografiada, y con buenas actuaciones. Y es dura, pero necesaria. Tal vez en un mundo donde hemos aprendido (o asumido) a ver la información con poco nivel de profundidad, hagan falta narraciones realistas como ésta, que de una forma elaborada y bien localizada nos acerquen a los problemas humanos de alto calibre, como la desigualdad y el expolio de la riqueza (humana, en este caso) del tercer mundo por parte de las poderosas multinacionales.

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