El ladrón de días

Imagen de Anne Bonny

Reseña de este cómic de Kris Oprisko y Gabriel Hernández que adapta una novela de Clive Barker y que fue publicado por Norma Editorial en su colección Made in hell

Lo había sospechado y, por una vez, el instinto no me ha fallado: El ladrón de días es el cómic que quería leer. Es muy posible que esto me influya a la hora de escribir la reseña, y es el motivo principal por el que lo advierto (el secundario es para compartir mi alegría, que no es poca).

 

Alegría porque éste es uno de esos cómics que devuelven la fe en esta expresión artística si se había llegado a perder, y que dan unas horas de lectura sublimes. Sin duda, la adaptación realizada por Kris Oprisko y Gabriel Hernández sobre esta obra de Clive Barker es sencillamente impecable.

 

En primer lugar, y no poco importante, el ritmo narrativo no se resiente en absoluto por el cambio de formato, lo que suele ser una tarea delicada. La historia es ágil pero sin apresurarse, entretenida en todo momento pero sin perderse en sí misma, sin transiciones malogradas ni viñetas innecesarias. Gracias a esto, es francamente sencillo entrar en la narración y dejarse llevar por ese ambiente de misterio decadente que rebosa toda la obra.

 

En segundo lugar, la historia concebida por Clive Barker es como una sublimación del género juvenil de terror: un ambiente oscuro con su ración de magia, su mansión decrépita llena de pasadizos y rincones polvorientos, sus personajes carismáticos y al mismo tiempo inquietantes, sus protagonistas decididos aunque llenos de inocencia... y, sobre todo, misterio. Mucho misterio racionado como sólo este maestro del terror podía hacer.

 

Pero al mismo tiempo, no es un relato tópico. No lo es por el ingenioso trasfondo con el cual se da vida a este particular refugio del ladrón de días, que respetando las premisas de toda imaginería infantil (o juvenil) da una mayor profundidad al conjunto. Esto se ve en cómo desarrolla una idea aparentemente sencilla (una mansión en la que todos los deseos se cumplen) sin caer en simplismos ni recursos manidos, lo que permite incisos de un lirismo fascinante entretejidos con momentos de auténtico terror.

 

Finalmente, gran parte del acierto en la adaptación se debe al tercer pilar sobre el que se sustenta: el trabajo gráfico de Gabriel Hernández. Se trata de un dibujo muy personal pero a la vez muy efectivo. Aunque el autor se permite dar forma a los personajes saliéndose de lo “normal”, estas transgresiones no perjudican a la historia, sino que la potencian, dando todo el relieve que los personajes de Barker requerían. El carisma de éstos es sencillamente apabullante, y aliado con el inteligente uso del color, al que tampoco se le permite permanecer en un plano secundario, resulta arrollador.

 

De este modo tenemos un cómic al que no puedo calificar de otra cosa que de obra maestra. Sobresaliente en cualquiera de sus apartados, será todo un sueño para aquel que haya disfrutado con una historia siniestra juvenil, desde El pequeño vampiro a las creaciones de Tim Burton pasando por los Goonies. También constituye un referente como narración gráfica que no tiene nada que envidiar a otros títulos más comentados, seguramente, por ser aparentemente más serios. Lo lamento por los que se lo vayan a perder por tales prejuicios.

 

Sinopsis (Cortesía de Norma Editorial)

 

Harvey Swick necesita vivir una aventura si no quiere morir de aburrimiento. Y lo va a lograr en Villa Vacaciones, una mezcla del País de Nunca Jamás y parque de atracciones, donde cada día es Navidad; donde las cuatro estaciones se suceden en un solo día; donde cada comida es un manjar; donde no hay escuela; donde el precio por la diversión es sólo la propia vida...

 

Autor

 

Clive Barker nació en 1952 en Penny Lane, cerca de Liverpool (Reino Unido). Tras estudiar Literatura Inglesa y Filosofía, fundó una compañía de teatro independiente en Londres. Director de películas de culto como Hellraiser, basada en una de sus novelas, el autor simultanea la creación literaria con la participación en proyectos cinematográficos y con la pintura, otra de sus grandes aficiones. Sus obras se exhiben en estos momentos en Estados Unidos, país donde reside en la actualidad.

Adepto de la literatura de Poe y Bradbury, se ha convertido en uno de los autores de terror y fantasía más aclamados en todo el mundo. Sus obras, dotadas de una fuerte combinación de crudo terror, erotismo y evocaciones oníricas, han sido traducidas a más de veinte idiomas.

Espacio patrocinado por

Nocte - Asociación Española de Escritores de Terror

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