Crónica del cuadragésimo sexto partido de la ronda de selección del Trofeo Cráneo Abierto 2489, disputado entre los Camorristas de Ostermark, los Incensarios de Plaga, las Escuadras de Asalto Halfling y los Relámpagos de Sylvaith
Un sol brillante, una máquina de romper huesos, una colección de ratas ladinas y tóxicas, elfos rápidos como el viento y... bueno, un puñado de halflings que son, dicen, los más duros de su raza, lo que no es mucho decir. ¿Qué cabía esperar de un encuentro como este más que disfrutar de unos pozales de cerveza mientras los jugadores de verdad patean medianos y mallas verdes y los payasos de la Revista Roncos nos aburren con sus estadísticas? Desde luego, no lo que pudimos contemplar en la arena.
Vayamos al tuétano.
Sucios, como corresponde a los hombres rata, los Incensarios de Plaga arrancan atando los cordones del punta orco de los Camorristas al banquillo. Mientras este intenta liberarse, sin mucho éxito por culpa de sus dedos como morcillas, los de Ostermark se desmarcan con un puño cerrado por el flanco oeste. Como si tuvieran algo contra ellos, los nezumi les salen al paso y acaban empotrados contra sus moles pendencieras mientras desmarcan su balón de arranque hacia la zona halfling.
Como respuesta, Las Escuadras de Asalto Halfling, con una profesionalidad poco común en los piespeludos, se despliegan en arco. Visto que no hay huecos en la defensa, los Relámpagos de Sylvaith realizan un ataque fulminante contra la línea mediana, pero el eslabón débil resulta no ser tal y la salida se les atraganta un poco.
Algunos nubarrones planean su sombra sobre la arena, pero no cuajan en tormenta, como tampoco cuaja la defensa mediana: los elfos continúan presionando y, después de anotar ensayo en puerta de las Escuadras de Asalto, presionan a los nezumi y los medianos y les hacen perder sendos balones, aunque los halflings, más alerta, consiguen cazar el suyo al vuelo.
Los Camorristas de Ostermark no dejan pasar la afrenta de los incensarios y arremeten contra ellos, desmoronando su línea y mandando a dos a la enfermería; sin embargo, no pueden evitar empantanarse en el flanco oeste. Al final, un punta se desmarca con el balón y carga contra la puerta nezumi. Su cancerbero le sale al paso y, desestabilizado por el encontronazo, casi pierde el balón y ha de detenerse frente a la portería sin consumar el ensayo.
Los Incensarios contraatacan. Derriban al punta, recuperan el balón a dos pies de su zona y, tras un pase de mano y un esprint, su corredor anota en puerta de los Camorristas. Su proverbial velocidad les permite trepar en el marcador.
Sin embargo, con los hobbits tienen menos fortuna. Se abalanzan sobre la compacta línea base de las Escuadras de Asalto pero no consiguen quebrarla. Ahí se ve hasta qué punto el entrenamiento tenaz de los barriletes da sus resultados y cuán ridícula puede ser una rata enfurecida.
Tras haber resistido con éxito sus embestidas, las Escuadras de Asalto Halfling reaccionan y se escabullen de los elfos para patear a los hombres rata, toda una vendetta que les permite anotar dos veces: uno de sus interceptores consigue aprovechar el hueco ¡y esprintar! y el capitán estrella, el inefable Grodo Borsom, se escapa con un balón y realiza un pase de mano a un corredor, que anota esprintando igualmente.
Mientras botellas de cerveza vacías y carcasas de ratas hervidas llueven sobre el banquillo de los Camorristas de Ostermark como si hubiera alguien en él, estos empotran al lanzador nezumi contra el muro, un defensa recupera el balón perdido, realiza lanzamiento rápido y, tras una recepción mucho más profesional de lo que cabría esperar de esta banda, realiza un ensayo en puerta de los Incensarios.
Enardecidos por el éxito, se despliegan por el centro del pozo, donde un bloqueador humano y un defensa orco consiguen recuperar un par de balones. Este último, después de recoger el suyo, corre hasta el siguiente y, algo confuso por tener las manos ya ocupadas, lo patea 10 brazas entre cinco jugadores ¡y anota! No es el tiro más elegante del mundo, pero la defensa es pillada con la atención baja. ¿¡Quién podía imaginarse una osadía así!?
Un receptor nezumi intenta reconducir las cosas y roba balón al bloqueador humano, realiza un pase corto sin que consigan interceptarlo... y un halflin se tira a degüello contra el corredor que iba a escapar con él: ¡ruedan ambos por el suelo! El balón rebota a un receptor de los Incensarios de Plaga, que realiza un pase de mano al corredor que había anotado la ronda pasada, y este se desmarca y anota su segundo ensayo esprintando. Los hombres rata están, a todas luces, haciéndose con el control del pozo, y no dudan en apretar aún más las clavijas: su primer lanzador roba el balón al defensa orco con ayuda de dos compañeros y, sin complicarse la vida, marca un gol en puerta de los Camorristas ¡a 12 brazas!
Sin balones en juego y el campo dominado por sus adversarios, los medianos se lo juegan táctico: ¡patean a todos los elfos que pillan y mandan a uno a la enfermería! Los Relámpagos intentan un contraataque, pero se demuestra una vez más que los comeflores no pueden ni con los zampabollos...
El encuentro está siendo de lo más encarnizado, tanto que el árbitro decide no pasar ninguna ¡para al menos quitarse a algún jugador de en medio! Los Camorristas fracasan al intentar recuperar los balones del suelo del flanco este, pero un punta consigue hacerse con uno perdido por el centro del pozo, se marca un pase de 8 brazas hasta el interceptor y ¡ensayo en la puerta nezumi! Quien iba a decir que sabían para qué valen los balones...
Los Incensarios se escurren y saltan por la melé hasta hacerse con dos balones, pero el terreno está tan salpicado de psicópatas que no consiguen darles utilidad. Las Escuadras de Asalto Halfling empiezan con la misma dinámica, no consiguen desmarcarse, hasta que Grodo salta por encima de un jugador derribado entre tres oponentes, rueda como un tonel desbocado, roba el balón a un interceptor nezumi, y realiza un lanzamiento ¡que es miserablemente interceptado por el punta de los Camorristas! Uno de los corredores intenta seguir su ejemplo y se escapa esprintando de los elfos, pero cuando atrapa el balón se queda sin aliento. Demasiada panceta.
Al final, un base mediano consigue tirarle el balón al punta de los Camorristas, lo atrapa al vuelo, se mantiene con él en mitad de la melé, realiza un pase de mano a un corredor que se escapa, este a un segundo corredor en las narices de los nezumi y, finalmente, ensayo en la portería de los Incensarios de Plaga.
Con los medianos en cabeza, los Relámpagos de Sylvaith empiezan a preocuparse por su honor más que por sus peinados e intentan recuperar el balón del corredor hobbit desmarcado, pero no lo consiguen ni a empujones ni a robos. En el resto del campo, vergüenza sobre infamia, justo les va para levantarse.
Agotada la mitad de las clepsidras, el marcador se anuncia muy ajustado: Camorristas de Ostermark, 6 - Incensarios de Plaga, 2 - Escuadras de Asalto Halflin, 7 - Relámpagos de Sylvaith, 3. Entonces, los fans de los pies peludos, emocionados con la posible e improbable victoria de los suyos, saltan al pozo ¡y mandan a la enfermería a dos elfos y dos nezumi! Pocas veces se ha visto una caterva de sonrosados hobbits tan letal y motivada.
Mientras, el centro del pozo es un caos de puñetazos, empujones y placajes en mitad de la lluvia de cuencos de cerveza y restos de pollo crujiente con miel. Un punta nezumi consigue robar un balón y sacarlo del follón, pero el corredor que lo recibe se queda clavado. Presionan y presionan, pero la melé no se mueve, mientras por el flanco este los medianos se desmoronan, placados sin piedad en cuanto se mueven, hasta que Grodo consigue escabullirse por el centro, recuperar un balón, pasarlo hacia un compañero desmarcado... que lo recibe como un botellín de cerveza vacío más ¡en pleno yelmo! Tan solo un interceptor salva el tipo y, eclipsándose de la melé, recupera un balón perdido y marca un gol a 6 brazas de la puerta.
Los Relámpagos de Silvaith, por el contrario, parecen haber recuperado el ritmo. Uno de sus bases se desmarca de cuatro rivales con un grácil movimiento de cintura y realiza un pase a uno de los puntas ¡que marca ensayo en puerta hobbit! ¡¡Y se ve secundado de inmediato por el interceptor, que marca un segundo en el mismo portal y los pone en cabeza!! En el flanco este avasallan al corredor piespeludos, pero no consiguen quitarle el balón, lo que no habla muy allá de su combatividad, pero desde luego cubren mejor el cupo que los Camorristas, que se dedican a saltar los dientes a algún despistado extraviados ya en las complicaciones tácticas del encuentro.
Las Escuadras de Asalto no están dispuestas a dejarse ganar la mano tan fácilmente y, aprovechando el follón generalizado, ¡introducen a todos sus reservas en el campo! El interceptor nezumi recoge un balón perdido pero no consigue esprintar hasta la puerta de los halflins ¡le falta fuelle! Y sus compañeros no van mejor: un corredor falla al recoger otro balón y, aunque un receptor consigue cazarlo, se queda atrapado entre bloqueadores. El tiempo juega en su contra y no consiguen desmarcarse.
Tampoco se lo ponen fácil a sus oponentes: los hobbits frenan a duras penas al interceptor nezumi y el resto se tienen que emplear a fondo para recuperar balones. Su pobre juego aéreo no les ayuda a avanzar rápido y tienen que apoyarse en cadenas de pases de mano. Entonces, Grodo Borsom se desdobla, esquiva, pasa por al lado de la defensa, recoge un balón ¡y marca en puerta skaven!
Es tan solo uno frente a una treintena, pero inspira al resto de los pies peludos. Uno de los interceptores roba el balón a la línea nezumi, pero al zafarse es interceptado por un base elfo. Mejor fortuna le sonríe a un corredor en el flanco este, quien escapa de dos elfos con el balón, realiza un pase de mano a otro corredor y este anota en puerta de los Relámpagos de Sylvaith.
Estos no están dispuestos a rendirse. Aunque no consiguen llegar hasta la puerta de los Camorristas, que se mantiene despejada como la calva de un duargo, uno de sus puntas esquiva a un par de halflins con elegancia, recoge un balón perdido, se zafa de un par de placajes, a izquierda, a derecha, y se cuela directo y victorioso por la puerta de las Escuadras de Asalto Halfling recuperando el liderazgo. Los orcos que yerran por el campo no terminan de verle la gracia al asunto y siguen su táctica de pelearse sin ton ni son y mandan a un elfo a la enfermería inconsciente.
No es el momento de rendirse: el base 8 de los orejas puntiagudas sale de la enfermería a pesar del dolor, dispuesto a darlo todo, renqueante y magullado pero consciente de que se lo están jugando todo al minuto. Los nezumi tampoco cejan y uno de sus receptores hace perder el balón a un defensa orco. Sin embargo, por mucho que intenten hacer prevalecer su agilidad, son placados y frenados continuamente, incapaces de penetrar en la defensa de los medianos. Los Incensarios de Plaga se descuelgan definitivamente.
Los medianos, sin embargo, están por pelear hasta el fin y protagonizan una eficaz escapada por el flanco oeste que finaliza en ensayo y los devuelve a la pugna por la victoria. En el centro, por el contrario, son placados con la brutalidad que corresponde, y en el flanco este su escapada se ve frustrada tras recuperar un balón, hacer morder el polvo a unos cuantos defensas y realizar un pase de mano exitoso: un orco que pasaba por ahí considera que ya es suficiente y salta en plancha sobre el piespeludos, frenando su entusiasmo.
Los Relámpagos de Sylvaith son conscientes de que la victoria pende de un hilo... que pasa muy cerca de sus manos. Van haciéndose con el control táctico del campo, desmarcándose y recuperando balones... pero sin conseguir concretar las jugadas. El tiempo va escurriéndose y aunque recuperan varias posesiones, sus esprints se quedan a mitad de camino, los pases van tan justos que no consiguen seguir corriendo hasta la portería. Un solo ensayo basta para ponerlos por delante. Entonces el base número 10 atrapa un pase poco preciso y se lanza hacia la portería. De camino, intenta recoger un segundo balón perdido. La tentación es grande: 6 puntos de golpe ¡y la gloria y la fama para él y los suyos! Tropieza y la victoria se aleja unas cuantas brazas. Solo la impericia de los Camorristas, que apenas se apañan para recoger los balones y renquear fuera de su zona, mantiene el cierre vilo. Cuando se consume la séptima clepsidra, tienen su área desprotegida, con dos balones frente a su portería y media docena de elfos en pie de guerra cubriendo la zona. El encuentro está, a todas luces, sentenciado.
Harto de su inoperancia, el primer punta humano de los Camorristas de Ostermark abandona el equipo y se dedica a continuar sus reyertas por las gradas y más allá... Nadie parece echarlo de menos, mucho menos los Incensarios de Plaga, que agonizan miserablemente incapaces de acercarse siquiera a un balón. Las Escuadras de Asalto Halfling sin embargo echan el resto: después de muchos esfuerzos, gracias a su capacidad para levantarse el suelo (que les pilla bastante cerca, todo hay que decirlo), un corredor hobbit marca un gol en puerta elfa, adelantándolos en el marcador. Poco más pueden hacer.
Los Relámpagos de Sylvaith parecen tener todo en su mano: acosados por los fogonazos de la prensa, corren hacia los dos balones perdidos frente al área de los Camorristas. Les basta un ensayo. Con dos goles forzarían la prórroga. Les sobran jugadores y, si lo que se dice de los elfos es cierto, calidad. Pero no consiguen avanzar. Agotados por el encuentro, sus carreras no llegan a término. Cuando recogen un balón del suelo se clavan, trastabillan, también cuando hacen pases de mano. Uno detrás de otro, se acercan a la puerta penosamente mientras la arena se consume y la victoria se les escapa.
Para mayor recochineo, un bloqueador orco, a su ritmo, anota un ensayo en puerta nezumi. La octava clepsidra se agota. Las Escuadras de Asalto Halfling han aguantado el tirón. Los medianos han cosechado la victoria. Grodo Borsom sale de la arena a hombros de los suyos mientras los elfos lloriquean su derrota y los hombres rata gimen doloridos. El aire se llena de cánticos que huelen a hierba:
¡A por ellos, a por ellos!
¡Rueda, muerde y salta!
¡A por ellos, a por ellos!
¡Pelea, gruñe y canta!
¡A por ellos, escuadrones, a por ellos!
¡Sin cuartel ni esperanzas!
Resumen de los resultados:
Camorristas de Ostermark (Doble: Humanos & Orcos; Valor: 920 Pozales de Oro) – 8 puntos.
Incensarios de Plaga (Nezumi; Valor: 960 Pozales de Oro) – 0 puntos.
Escuadras de Asalto Halfling (Medianos; Valor: 1000 Pozales de Oro) – 15 puntos.
Relámpagos de Sylvaith (Elfos; Valor: 950 Pozales de Oro) – 13 puntos.
Otro gran partido con victoria para los haflings ¿o eran hobbits? Todavía no me ha llegado el reglamento... xddd y no sé si son la misma raza :D
El comentario "eclipsándose de la melé" es muy deportivo. Sí, señor. Ni Segurola diría algo así. Bueno, quizá Valdano. Xdddd
Es probable emitió su esperma de una forma muy descuidada.