Playmobil – Dracula
Un homenaje a las películas clásicas de terror... y de animación
Manuelo Films Classics no ha resistido a la tentación de revisitar Drácula, la inmortal creación de Bram Stoker, con sus propios clics, algo que no es de extrañar viendo el poder de seducción de este vampiro. No obstante, más que la novela original, la fuente primordial del cortometraje lo encontramos en Nosferatu, la adaptación apócrifa realizada por el cineasta Murnau sin el beneplácito de la viuda del escritor. El homenaje es más que evidente en escenas como la de la escalera, los cartelones del cine mudo o en los movimientos impostados del vampiro, aunque encontramos ecos también de las películas protagonizadas por el gran Bela Lugosi.
El homenaje no se queda en un mero (y tentador) pasatiempo con los clics de Playmobil, sino que el realizador utiliza con acierto una envidiable colección gracias a unos planos muy bien elegidos. No solo hay paciencia en el rodaje con técnica stop-motion, sino una auténtica mirada de cineasta que realza muy bien las escenas y las acompasa con la potente banda sonora. En la misma linea, hay que mencionar todos los trucos de animación que llevamos disfrutando desde el siglo XIX, desde la época en la que se publicó por primera vez Drácula, y que Manuelo Films Classics pone en juego a la perfección: relámpagos pintados en la película, fuegos pirotécnicos para sacar de escena a determinados personajes, juegos de luces y sombras, mecanismos e hilos invisibles que permiten mover el mobiliario o incluso el recurso de parar la grabación para hacer desaparecer determinados objetos.
La trama en sí no tiene tanto gancho como la ejecución y se ve algo apresurada en su deseo de condensar la historia del vampiro que osa entrar en nuestros hogares... si cometemos la imprudencia de abrirle la puerta. Nada que empañe, en cualquier caso, el disfrute de este pequeño regalo estético de la vieja escuela.
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