MUY MALA MAR (T)

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u-shin
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MUY MALA MAR (o mar muy mala)  por U-shin

 

Estaba haciendo lo de cada día. Amarrar las escotas del velamen de aquel bergantín bautizado con el tétrico nombre Black Celebration. Era una maniobra rutinaria aunque no por ello sencilla, sobretodo teniendo en cuenta que había que permanecer en un difícil equilibrio sobre las poco firmes vergas de los palos mayor y mesana. Recuperando los larguísimos calabrotes y postrándolos sobre sus hombros, el gaditano grumete Moreno, muchacho de pocos ardiles, se apresuraba a finiquitar el trabajo de aquella brumosa jornada. Había caído la noche en alta mar y la negra oscuridad que abrazaba la nave, fusionada con la escasa lumbre de apenas un cuarto de luna, creaba inquietantes sombras irreales, delirantes, estremecedoras. Percibía un perturbador silencio, tan solo interrumpido por el brutal crujir de la madera, el chirriar de las poleas y el azote de la salvaje tormenta marina en la que se hallaba envuelto. No era alguien facil de impresionar ni atemorizar, era un marino con larga experiencia en el negocio y un valor más que demostrado y, sin embargo, su inquietud iba aumentando exponencialmente; cada minuto que pasaba la angustia se apoderaba con más fuerza de su corazón. Esperaba acabar el trabajo pendiente y dar el relevo en el aburrido puesto de vigía en breves instantes a uno de sus rudos compañeros. El mar, rodeado de una niebla especialmente densa, tenebrosa, sacudía cada vez con fuerza el casco de la nave. El entorno onírico que podía vislumbrar ante sí mismo era poco esperanzador. Millas y millas de agua negruzca difuminándose con negros nubarrones que ocultaban la claridad de la luna y las estrellas, creando un ambiente aún más turbio y sofocante. Nuevamente una ola había alcanzado con brutalidad la cubierta. Los resbalosos listones de las vergas, empañados de humedad, eran poco más que traicioneros. Sin embargo Moreno, acongojado, intentaba ocupar su mente imaginando las miserables engrunas de la cena. Aquel entorno siniestro estaba enturbiando su razón. Sentía terror, auténtico terror.

 

El bramido del viento chocando contra las pocas velas que aún faltaban por arriar no ayudaba a relajar la ansiedad. Parecía que alguna bestia infernal iba a brotar de las profundidades del océano para engullir la nave, cada vez más castigada por las inclemencias. La falta casi total de visibilidad impidió a Moreno hacerse una idea precisa del peligro al que se estaba sometiendo con aquellas prisas injustificadas, acuciadas por su inexplicablemente pavorosa percepción de la realidad. Agazapado para recuperar un cabo, no atendió que uno de los bucles de su cuerda acababa de enredarse con la verga mayor de mesana. Al reincorporarse notó un tirón, que sacudió sus cervicales, donde descansaban los otros 15 metros de húmedo calabrote. Su imaginación, alimentada por el estado de alerta que llevaba largo rato alojado en su mente, tal vez interpretó aquello como fruto de algún poder oculto y maligno, demoníaco, a lo que reaccionó con inesperada e inadecuada brusquedad. Este movimiento estúpido desequilibró su cuerpo, en débil harmonía con el brutal vaivén de la nave. Suficiente, pues, para que sus pies descalzos resbalaran con el rocío, y se viniera hacia abajo. El resto de la cuerda, a sus espaldas, se fue desenredando como pudo, enganchándose en diversos puntos, tales como poleas, amarres o el mismo palo mesana, pero manteniendo también algún que otro bucle alrededor de su garganta. Finalmente, el nudo asesino se tensó del todo, creando un inesperado ballestrinque en la verga que, cuando se apretó, dejó de ceder cuerda.

 

La sacudida fue terrible, entonces. El cuello del pobre Moreno se rompió en varios pedazos, la nuez se destrozó, asomándose por su boca espantosamente abierta. Su amoratado rostro, totalmente desencajado, plasmaba el horror sentido con su simple expresión. Sus ojos, casi salidos de las cuencas, reflejaban la irracional ansiedad alojada en su corazón minutos antes de su fantasmagórica muerte. Sangre a borbotones fue escupida por sus labios, teñiendo la vela mayor de mesana con una curiosa forma; había quedado impresa en ella el dibujo en negativo del calabrote asesino.

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jane eyre
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Bienvenido/a, u-shin

Participas en la categoría de Terror

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Carontex
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Estupendo relato maríno , documentado y tecnico en el argot marinero , solo por eso , y por supuesto la argumentación , es destacable de los demás.

 

Saludos y suerte!.

 

www.telefonica.net/web2/carontexx

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u-shin
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 Mil gracias por el comentario. Realmente el relato está bastante documentado, pues no soy marinero, ni tengo demasiada idea de navegación. Eso sí, me encanta la mar y, tal vez por eso, estoy familiarizado con los términos marítimos. 

Muchas gracias!

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Alev
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Poblador desde: 09/09/2010
Puntos: 94

 Muy bueno, en especial, el último párrafo, bien escrito y con una descripción precisa de la muerte del protagonista, por demás escabrosa.

Felicitaciones y suerte en el concurso.

"Los fantasmas son reales, los monstruos también, viven dentro de nosotros, y algunas veces... ellos ganan.." Stephen King

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mawser
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Buen relato, bien documentado, tétrico y sumamante original tanto en forma como en fondo.

https://www.facebook.com/La-Logia-del-Gato-304717446537583

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