La Taberna de las Extrañezas Escritas (comienza la historia)

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ViejoBastardo
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La brisa nocturna golpea mi cara de forma familiar mientras soy lanzado a la acera desde la puerta de otro casino.

Caigo al suelo sin hacerme daño, suerte que alguien había decidido que su mullido cojín de plumas ya no le era útil y lo había dejado abandonado ahí mismo. Los gorilas del casino, no contentos con mi suave aterrizaje, vienen a por mí, aventuro que a darme una soberana paliza, pero afortunadamente un coche que pasaba pisa un charco y, sin siquiera salpicarme a mí, los cubre de barro de arriba abajo.

Aprovechando que los tres se ponen a gritar y a perseguir al coche, me escabullo, aunque no sin antes recoger el fajo de billetes de cien que se le acaba de caer del bolsillo a uno de ellos.

Ah, la suerte de los irlandeses.

 

***

Vago por las calles de la ciudad durante unas horas, sin rumbo fijo, pero al tanto de cualquier local donde todavía no me hayan vetado la entrada. Parece que no hay ninguno. Debo llevar demasiado tiempo en este sitio, convendría un cambio de... alto. ¿Qué es eso?

Al fondo de un callejón, una puerta de madera con un viejo cartel indica la entrada de una taberna en la que nunca había estado. Qué extraño, uraría que había pasado cientos de veces por aquí y nunca me había fijado en este local.

No importa, un sitio donde poder dormir, echar un par de tragos y quizá una partida. ¿Qué más podría pedir?

Entro por la puerta y me siento en la barra al tiempo que enciendo un cigarrillo.

-Hola amigo, sírvame un whisky con hielo y algo de sabor de la vieja patria, por favor.

Cuando suelto el humo, la niña me mira con cara de pocos amigos y fuerza una tos.

-Le pondré su bebida, amigo -dice el camarero masticando la última palabra-, pero aquí no se puede fumar.

-Oh, vamos. ¿Por favor?

-Le digo que no.

-Haremos una cosa, ¿vale? -digo sacando mi baraja del bolsillo de mi chaleco- Nos lo jugaremos.

-¿Y porque iba a hacer eso?

-Bueno, así si gano podré fumar todo lo que quiera en su local y si pierdo...

Miré a la niña que pasaba la fregona por un suelo lleno de serrín (proveniente, seguramente, del enorme agujero que, aunque remachado, se notaba que se había abierto en el techo).

-...si pierdo, limpiaré este estropicio y su taberna durante un mes.

A la niña se le iluminaron los ojos y movió la cabeza afirmativa y rápidamente al mirar al camarero.

-De acuerdo -suspiró este.

-Bien, ¿a la carta más alta? Puede barajar usted.

El camarero barajó y la niña cortó y cambió las mitades de orden. Él levantó una carta.

La reina de picas.

Yo levanté otra.

El rei de corazones.

-¡No vale! -gritó la niña-. ¡has hecho trampas!

-Yo jamás hago trampas, preciosa. Sólo tengo suerte.

Sonreí y seguí fumándome el cigarrillo mientras disfrutaba del cálido nectar de mi tierra natal.

 

Ya está a la venta La Taberna de Bloody Mary en la colección A Sangre de Saco de Huesos.

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_Pilpintu_
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 Algo está a punto de suceder... demasiada gente en la taberna. Hacía mucho tiempo que no dábamos tantas vueltas, a saber de dónde viene este último intruso. 

Salgo corriendo escaleras arriba a por mi calendario lunar, pero escucho murmullos y decido detener el paso sigilosamente. Desde el final de la escalera, acuclillada, veo a la joven prostituta; parece que se ha caído al suelo de rodillas justo en la puerta abierta de la habitación del chaval con chaqueta de cuero. Mis oídos, tamaño infante humano, no me permiten pillar nada de lo que están hablando, sin embargo sé que es interesante, la tensión es casi palpable. Cierro los ojos en un último intento de escuchar algo, y lo consigo, escucho.... – Chs! ¡Jugando a las escondidas!–, doy un brinco y me choco contra el estúpido fumador acabado de llegar. 

Intento escabullirme y llegar al fin a "mi cuarto", pero me coge de una oreja y tira con fuerza obligándome a mirarle. 

–¿Tú no sabras qué sitio es este exactamente verdad niñita? – empieza diciendo. Pero un fuerte estruendo, proviniente del lugar donde se encuentran la prostituta y el chaval hace que ambos giremos la cabeza en esa dirección. 

–¿Qué diantres?– añade el bastardo subiendo los dos peldaños que faltan de la escalera.

...(...) "y porque era el alma mía, alma de las mariposas" R.D.

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Ghazkull
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Podría haber abierto la puerta que da a su habitación para que fuese más fácil para ella. Podría haberla empujado con la mente hasta el destino correcto. Pero su cabeza daba fluctuaciones , y eso era algo que merecía la pena investigar. Me forcé a despertarme y abrí la puerta. Delante la mujer prostituta. 

-"¿Dónde está la chica que me ha dejado la ropa?"

-No lo sé , ¿es que todos me veis pinta de ir detrás de esas muchachitas góticas para saber dónde está su ropa?.-De repente me fijo: Ojos rojos. Fluctuaciones del cerebro. Hago la conexión.-Pasa. Te garantizo que no te haré nada. -Quiero estudiarla algo más a fondo. No soy médico , pero por lo que sé , eso podría ser infarto cerebral o algo raro de eso.-Es más, reitero la oferta de la asp...

Sólo me he salvado gracias a mis reflejos de camionero y a mi habilidad de percibir los movimientos de las personas, pero su uña me dejará un grán surco en la cara, al lado de la mejilla izquierda. Ni siquiera la he visto venir, si me hubiese dado de lleno me hubiese matado. Me tambaleo hacia atrás y me caigo para evitar otro golpe directo a la cabeza. El golpe resultante retumba en toda la taberna. Consigo levantarme , girar hacia un lado y cogerle un brazo , pero me pega un golpe con la otra mano que me manda hacia la pared y me deja medio inconsciente. Hago lo único sensato: Me duermo, para poder empujarla con la mente y alejarla de mí, porque si tengo que ganarle en cuerpo a cuerpo voy listo. Maldita sea, con lo buena que está.....

No lucho para ganar sino por el mero placer de combatir y pelear.Viva el Waaagh y todos sus practicantes!!!

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Andromaca
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El jodido alcohólico me dice algo pero ni me enteri. Se ha dado cuenta de que mi iris está completamente rojo. Quiero que vuelva a ser gris, mi color bonito, pero no lo consigo. Entonces clavo mis uñas en su rostro. Él me coge y me intenta apartar pero vuelvo a arañarle y le golpeo.

Quiero detenerme, porque si le toco con las dos manos, entonces... tendrá otra muerte más en mi conciencia.

Entonces, algo sucede. Me noto rara. Mi mente continúa ordenándome que le golpee, que le arañe, que le deje la cara surcada de miseria y de peste, que me lleve su aliento conmigo; no obstante, no puedo. Algo me lo impide.

Divagaciones de una filóloga zombie

http://divagacionesdeunafilologa.blogspot.com/

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ViejoBastardo
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Abro la puerta de la que provenía el grito y la niña se cuela en la habitación con una valentía y una seguridad poco propias de su edad, pero se detyiene al ver la escena.

Hay un tipo tendido en la cama, inconsciente. Ante él, una mujer extraordinariamente atractiva pero con una expresión que da un poco de miedo, forcejea sola, suspendida en el aire.

-¿Pero qué diablos...? -alcanzo sólo a decir.

La niña da un paso al frente, mirando directamente a los ojos rojos de la mujer.

-No te acerques, niña, ¿no ves esos ojos? ¿Quién sabe qué demonios lleva dentro?

Haciéndome caso omiso, ella sigue acercándose y le coge una mano.

-Tranquila -le dice, pero la otra se resiste y trata de apartar la mano, con algo parecido al miedo abriéndose paso por esos ojos enloquecidos de rabia.

Cuando le coge la otra mano, el miedo deja paso al pánico en la mirada.

-Tranquila -vuelve a decir, y esta vez, tiene más efecto.

La mujer desciende al suelo, como si los espíritus o lo que fuera que la tenían atrapada se hubiesen decidido a soltarla.

La niña sonríe y deja ir las manos de la mujer peliroja con suavidad.

Ésta se mira las manos, incrédula, mientras retrocede unos pasos. Sus ojos han perdido el tono rojizo, aunque no su pelo. Una sonrisa se esboza en su rostro y una lágrima parece querer asomarse en su mejilla.

-Ahora todo está bien. -le susurra la niña- Descansa.

Ya está a la venta La Taberna de Bloody Mary en la colección A Sangre de Saco de Huesos.

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Ghazkull
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Lo único malo de estar dormido es que no me puedo despertar a mí mismo. Lo he intentado mucho: Sonando cosas de forma exterior, golpeandome un poco, echandome agua... nada. Por eso he ideado un método infalible. Ante la mirada incédula del hombre que ha entrado con la niña, un papel en forma de stick salta de mi chupa de cuero y se me pega en la frente:¡DESPIÉRTAME! Atónito, el hombre da un par de pasos hacia mí y me mueve el brazo. Incluso pega un salto cuando mis ojos se abren de repente y le digo:

-Muchas gracias.¿Una copa? Antes he oído que pedías whisky.

-S..Sí. Claro, me encantaría tomarme una copa.

Procurando no acercarme mucho a la mujer (Se me han quitado totalmente las ganas de decirle más bromas o incluso de ofrecerle más aspirinas) me bajo con este hombre. Más o menos de alto como yo, no parece que tenga un tipo especialmente atlético, es risueño, del tipo que le gusta a las mujeres. Me cae majo, aunque claro, todo el mundo me cae bien. El tabernero, que a todas estas no lo veo, el inventor,(que a todas aquellas tampoco) y ahora, este tipo, que no lo conozco de nada. Enfin, será que soy un borracho. Me sirvo un vaso de tequila y hasta me avengo a probar el whisky.

-¿Y tú, cómo has llegado hasta aquí?

-Pues yo mismo estaba... saliendo de un casino cuando, dando vueltas , me encontré aquí. 

-¿Y cuándo era eso? -Quería saber cuánto había pasado desde mi "viajecillo", en el 2001-.

-Pues el mes era¿Marzo? Sí. En el 2009

¡Viajes al futuro! Impresionante, este barecillo de carretera. -¿No habrá motos voladoras, verdad? 

-Jajaja, creo que le has dado mucho a la copa esta. - Me la retira de la mano y se bebe mi tequila. - Pasable. - De repente se pone serio: - ¿Quién va a pagar todo esto? ¿Nos lo jugamos a suertes?

-No le creas. -Es la niña- Es un tramposo. 

- ¡Yo no hago trampas! Es sólo cuestión de suerte. 

-¡Basta! Si de cualquier manera pagaré yo.... -Me interrumpo de repente, pues alguien viene, y no con buenas intenciones. Pero no piensan en el inventor, sino en éste, en el irlandés. -Prepárate. Se va a armar una buena. Vienen a por tí.

 

No lucho para ganar sino por el mero placer de combatir y pelear.Viva el Waaagh y todos sus practicantes!!!

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ViejoBastardo
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-¿A por mí? -dije extrañado mientras encendía otro cigarrillo- ¿Quién va a venir a por mí? Yo no tengo ene... oh, bloody shit...

Reynolds entró por la puerta, seguido por cinco de sus matones.

-No eres fácil de encontrar, Finnegan.

-Pues parece que te las has apañado, Reynolds -contesté soltando una calada y tratando de disimular los nervios-, y es curioso, porque ni siquiera yo tengo muy claro dónde estoy...

-No pasa nada en esta ciudad sin que yo lo sepa, Irlandés, estoy seguro de que lo recuerdas.

¿Esta ciudad? Si estábamos en su ciudad, eso significaba que la Taberna había aterrizado en Londres. Interesante, ese lugar se movía en el espacio, además de en el tiempo como había insinuado su nuevo amigo de la chupa de cuero y confirmaba la presencia de Reynolds, del que sabía de buena tinta que había muerto en el 98, dejando pendiente la deuda que una vez había jurado reclamarme. Seguramente la misma que le traía aquí ahora mismo.

-¿Qué quieres? -pregunté, seguro de conocer la respuesta.

-Ya lo sabes. Devuélvemela, es mía.

-No la tengo.

-¡¿Qué?! ¿Cómo que no la tienes? ¡Maldito...!

Se interrumpió para coger aire, a veces hiperventilava cuando se ponía furioso. Demasiado fish & chips, supongo.

La niña miró al gordo y después a mí.

-¿Qué le has robado?

-¡Nada! -me defendí- Se la gané limpiamente en una partida de poker.

-¡Ja! -bramó Reynolds, ya recuperado- ¡Y un cuerno! ¡Hiciste trampas!

-Yo nunca hago trampas.

-¡Ja! -ahora era la niña, que me miraba con sorna.

-Bueno, bueno -trató de mediar el de la chupa de cuero- estoy seguro de que podemos arreglarlo de modo civilizado. A ver, ¿qué es eso tan importante que perdió usted en la partida?

-Mi mujer. ¡Este hijo de puta se llevó a mi mujer!

Ya está a la venta La Taberna de Bloody Mary en la colección A Sangre de Saco de Huesos.

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_Pilpintu_
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 Este tal Finnegan empezaba a resultar un verdadero incordio, además de un sabelotodo. 

– Señor Reynolds?– comencé, – siéntese por favor y dígame qué quiere tomar, le invitamos a la primera copa, todo sea porque no empeore el sabor de boca estando cerca de este impresentable– dije señalando el rincón de la estancia en el que se encontraba la joven del pelo rojo. 

El hombre con aspecto de matón asintió aún con el ceño fruncido y se sentó en el sillón más amplio. –Que sea un whisky on the rocks–. 

En un santiamén le preparé la bebida y se la ofrecí con una amplia sonrisa. Finnegan me miraba desde la barra entre nervioso y divertido, con el "millonésimo" cigarrillo en los labios. 

– Como le iba a decir... ¿asi que este le ha robado a su mujer?– me senté a su lado. 

–Así es, este desgraciado... maldigo el día en que le conocí...– le sonreí comprensiva, y asentí –Yo también maldigo ese día... más que nada por la brusca intromisión. Entienda usted que esto es una taberna, bastante tranquila en realidad, y no solemos permitir este tipo de trifulcas. Sin embargo, admito que me ha caido usted bien; así que haremos lo siguiente. En la taberna tenemos un ajedrez chino, no sé si ha jugado alguna vez... es de reglas sencillas. Jugarán una partida y el que gane podrá hacer lo que quiera con el perdedor.– 

– Lo que yo quiero es matar a este sin vergüenza! ¿eso también puedo hacerlo? – preguntó golpeando el reposa brazos con el puño cerrado, y haciendo virar un poco de whisky sobre el sillón. 

– Podra hacer lo que usted quiera– repetí guiñándole un ojo. 

–Pues yo no estoy de acuerdo– se acercó Finnegan con su propia copa de whisky en la mano derecha. 

–Si no está de acuerdo pueden salir ambos ahora mismo por esa puerta y arreglar el asunto como gusten–.  

Miré a Finnegan, que intentaba controlar la ansiedad, que me miraba casi esperanzado; y sentí pena. No por él, sabía perfectamente que sería capaz de ganar aquella partida, e intuía que no haría nada verdaderamente terrible con Reynolds. Pero me dio pena su vida, una vida que yo desconocía pero que se me antojaba patas arriba. 

– Entonces señores... hay trato o no?– Los contrincantes se miraron, midiéndose el uno al otro.  Finnegan puso cara de pocos amigos, con lo que Reynolds asintió con algo de confianza.  Aceptaron, como yo había supuesto. 

Me acerqué a la barra, me agaché y saqué de debajo de una baldosa suelta el viejo ajedrez. Estaba dentro de una delgada cajita de madera, ahora estropeada y apestosa. Sin que me vieran acerqué mis labios a la oxidada dentadura y susurré: "tablas".  

Lo abrí delante de ellos y lo dejé en la barra invitándoles a comenzar el juego. Dejé al de la chupa de cuero vigilando la partida y me dirigí a mi cuartucho. Necesitaba encontrar de una vez mi calendario lunar. 

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Ghazkull
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El ajedrez es divertido y rápido de jugar. Demasiado, quizá, ya que parece que van bastante bien , porque los dos aceptan. Por si acaso, me coloco en medio de los guardaespaldas y empiezo a repartirles bebida , aunque sólo sea para que si llega el momento de sacar las pipas apunten mal. Los contrincantes van bastante empatadillos. Mi amigo pelirrojo (que no recuerdo cómo lo llamó el gordinflas este) va perdiendo, pero de pronto veo un hueco en la defensa del gordo, pero cuando quiero ver si el suertudo se ha dado cuenta sólo oigo gaitas rojas en su mente. Que raro, que raro y qué raro. Peeero para distraer un poco y porque tengo curiosidad, añadiré leña al fuego:

-Y,¿ estaba buena? Tu mujer, digo. ¿Dónde está ahora?

- Ahora no sé dónde está. ¡Pero sé que se fue de mi lado por su culpa! La idea de apostar a mi pareja me la metió en la cabeza y encima hizo trampas. ¡No fue justo!
 

- Que sí, que sí, deja de lloriquear. Pero , ¿estaba buena, que es lo que importa? 

-Ya lo creo. -Dice el pelirrojo sin dejar de mirar el juego- Toda una fiera , pelirroja como yo. Una pantera en la cama.

Agarro el puño que dirige el recién llegado al irlandés y lo pongo en el tablero. Con la mirada, le digo que ahí es donde tiene que estar esa mano, de momento. Me dirige una mirada colérica y sigue jugando, cada vez mejor, hasta que el descuido de su defensa deja de ser importante. De repente, veo que quedan tres piezas: El rey, de mi amigo, y dos de las del individuo. Todos nos acercamos a la mesa. El pelirrojo suda la gota gorda, pero gracias a un movimiento astuto , un par de comentarios acerca de ciertos senos femeninos y una gran dosis de suerte, consigue empatar. Ahora empieza lo complicado, quizá sea esto lo que pretendía la mujer. Dejarnos entretenidos un buen rato. No me fío de ella. 

-Y... ¿ahora qué? 

-Ahora..yo no puedo hacerte nada, pero tú a mí tampoco. 

-¡Y un cuerno! ¡Yo le mato ya!

-Para, bicho. Propongo que lo solucionemos como personas cabales y civilizadas. -Digo.- Algo en que los dos esteis empatados. En una pelea tu ganas porque tienes a tus chicos, en un juego de cartas o de ajedrez cuenta la suerte. ¡Propongo que midamos vuestra resistencia en un concurso de beber whisky!

No lucho para ganar sino por el mero placer de combatir y pelear.Viva el Waaagh y todos sus practicantes!!!

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