Decisión
No aguantaba más, así que mientras aplicaba quitamanchas a la marca de carmín en el cuello de la camisa, decidió llamar a su abogado.
Metió la prenda en la lavadora, descolgó el teléfono y tras pedir cita a su peluquera, abrió otra botella de vino y encendió un cigarrillo.
Subiendo.
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