Era estupendo quemar
Disfrutaba calcinando aquellas cosas absurdas, resquicio de la época en la que se pretendía aprenderlo, soñarlo todo. Un trabajo para los tiempos nuevos.
La pila, que pronto sería pira, dejó resbalar uno de ellos. Se abrió ante sus ojos.
Entonces leyó la frase…
Ya no pudo parar.
Con gran ilusión estableció su puesto de hamburguesas en el lugar por donde desembarcarían los humanos venidos a conquistar Marte. No tenía nada en contra de los marcianos pero, cuando apareció uno se asustó y le voló la tapa de los sesos. Aquella noche la Tierra se dividió en dos.