Canónico
Le di un tajo al planteamiento, por demasiado explicativo, y otro al final, para dejarlo abierto a la imaginación. Reduje adjetivos y adverbios. Extirpé dos comparaciones y una metáfora. Ahora, donde los lectores ven un microrrelato, yo solo encuentro un textito lleno de muñones.
Alma de escritor
Un microrrelatista debe saber contar una historia en pocas palabras. Yo, que soy aprendiz, voy a intentarlo. Primero: la historia. Segundo: la ortografía. Tercero: la puntuación. Cuarto: un final sorpresivo. Van 35 palabras y apenas he dicho nada. Tal vez tendría que haberme dedicado a la política.
Supercalifragilisticuespialidoso.