Clientela fiel
El paisano que se acoda al final de la barra lleva varios días muerto. Nadie se atreve a preguntar, así que yo tampoco digo nada; le cambio cada tanto los cacahuetes y le sirvo cuando algún borracho paga ronda para todos. Cinco como él, pienso, y me retiro.
Amores de barra
En el primero te conocí. En el segundo bailamos. En el tercero nos besamos. En el cuarto nos prometimos de todo. Y en el quinto te enamoraste del camarero mientras yo vomitaba mis tragos, tus besos y nuestra historia de pocos caracteres.