Hislibris Tabernae

Pues a ver cuando se pongan en marcha, cómo está el tema de la periodicidad ;-)

Bueno, allá voy.

Para quien no conociera El Caldito, he de decir que ya era un bar especial, donde Hislibris celebraba periódicamente sus Cervezas&Libros, momentos de encuentro cervecero (éxito garantizado, digo yo, estando la dorada ambrosía de por medio. Igual se nota mi afición, ¿no?  ), con presentaciones o coloquios literarios de por medio que servían para conocernos todos aquellos relacionados de algún modo con la web de Hislibris, la editorial Evohé, la web La Revelación, etc., un verdadero lío para los neófitos porque son cosas todas que están relacionadas y giran unas en torno de las otras. Me hizo mucha gracia que Crocop hiciera el miércoles casi las mismas preguntas que hice yo en su día .

Y es que yo conocí Hislibris también por el concurso literario, a través por cierto de OZ, por unas bases que colgó el pirata. Entré en su foro para seguir los comentarios de mi relato, y me registré enseguida para poder opinar (¿cómo no?). Me sentí muy bien acogida y encontré un montón de afinidades con la gente que pululaba por allí. De ahí a meterme en un C&L solo había un paso (¿He mencionado ya mis tendencias?  ). Y aterricé allí con algo de despiste, aunque enseguida me sentí como en casa.

Han pasado ya tres años desde entonces y la gente de Evohé (Javi, Sandra y Barto, que son también el alma de Hislibris desde quizá un par de años antes) no ha dejado de montar nuevos proyectos. Este del Hislibris Tabernae era algo que Javi llevaba tiempo planteándose, reunir buena comida y bebida con libros, charlas, tertulias, presentaciones... Un lugar que fuera de paso sede hislibreña y centro de reunión en Madrid, donde hacer nuevos adeptos, jeje... Hasta conquistar el mundo y tal.

Lo han ido redecorando para dar cabida a Celedonio y su corte, a los libros y a la historia, materializada en los sabores y olores que conocieron los romanos, los griegos, babilonios, astures... Investigando recetas y mezclando geografías.

Y el miércoles nos lo mostraron todo. Yo llegué algo tocada del estómago pero, ¡cómo me lo iba a perder! Saludé con enorme alegría a Ángeles (Ángeles Pavía, para mí Nausícaa) y a Carlos, su marido, que habían venido de Valencia nada menos. A Javi, que ejercía de chef, y a Barto. Luego fue llegando el resto y empezamos a probar las primeras tapas, cuya receta guarda Javi celosamente en las hondas mazmorras de la taberna, custodiadas por el sanguinario perro de rigor, naturalmente.

Estábamos viendo los cambios en compañía de Sandra (que ejerce entre otras cosas de diseñadora y portadista en Evohé e Hislibris), cuando llegó Crocop con su agente (un escritor que va así acompañado por fuerza impone, ¿no? ). Nos presentamos, charlamos un poco y él se fue a conocer al resto del personal. Luego tocó retrato general a cargo de Carlos y a seguir con las cañitas y la charla, cuyo tema estrella fue por bastante tiempo el concurso, que está en marcha en su primera fase. Tratamos de sonsacarnos unos a otros sobre el tema, intentando a la vez no revelar datos propios. Pero en general nadie soltó prenda.

Y poco más puedo revelar (los turbios detalles de sexo y drogas por privado). A las diez o así despedida y cierre, que me reclamaban en casa mis fieras. A ver si Ángeles se desestresa un poco y pone alguna foto. Le pediré a Carlos que cuelgue la que nos hicimos leyendo el Ulises de Joyce y fumando en pipa para dar buena imagen.