Más vale nunca
Aborrecí la puerta de mi dormitorio; jamás me protegió del monstruo disfrazado de papá ni de sus juegos perversos. Odié aquellas a las que llamé suplicando ayuda y nunca se abrieron. Ahora esos imbéciles me llaman asesina y me regalan una de barrotes, segura e infranqueable.
Ahora.
Entrar o salir
Siempre fui un tipo inseguro, incapaz de tomar decisiones. El día que por primera vez entré en una puerta giratoria fue mi perdición. Me dan de comer y me dejan monedas. He conseguido una pequeña fortuna, pero no tengo donde gastarla.
Creo que el autor/a de Más vale nunca ha tenido mucho gusto a la hora de construir su micro. No se limita a contar una historia, sino que lo hace con un estilo propio. El recurso de las puertas hace que se olvide lo recurrente de la historia. El título también me ha gustado mucho. Y la conclusión también. "Ahora", aislado de todo el conjunto, retumba, duele, refleja a la perfección la impotencia y la ácida suspicacia con la que la protagonista escupe esa palabra.
Entrar o salir plantea una escena surrealista que me ha hecho pensar en seguida en La cabina, con López Vázquez. Magnífico. No obstante, quizás esperaba una resolución más transgresora, para que estuviera al mismo nivel de la curiosa escena planteada en el inicio. Aun así, me parece un muy buen micro.
Muy igualado este duelo que, por una décimas, se lleva Más vale nunca.
Más vale nunca condensa toda una historia trágica tomando la puerta como testigo. Todo encaja perfectamente: puertas que no se cierran, puertas que no se abren y, por fin, esa puerta cerrada pero a la inversa. El Ahora final contiene toda la fuerza de ese sarcasmo agrio del que ha asumido lo más terrible de su vida.
Entrar o salir se mueve en el terreno del absurdo, del surrealismo. Me gusta la situación que plantea, la puerta giratoria es un buen símbolo de la indecisión y el título está bien encuadrado. El final, sin embargo, me deja algo frío y no cierra el texto. Aunque, bueno, las puertas giratorias nunca se cierran, ¿no?
Ambos me gustan, pero encuentro mejor cerrado Más vale nunca.
Más vale nunca ha dibujado una vida a través de unas puertas, y ese “Ahora” final es estupendo.
Entrar o salir me gusta mucho, esa puerta giratoria es el sumum de la indeterminación, quedarse a vivir ahí, como si te salvara el no decidir (me ha recordado al poema de Benedetti). La frase final me gustaría más un “no sé dónde gastarla” o “dudo en qué gastarla”. Algo que fuera más con la indecisión.
Me quedo con Más vale nunca
Ja, ja, ja, ya.
Un día moriré, hasta lo más grandes perecen. Solo es un paso más en mi viaje. Entonces os buscaré, sin prisa, uno a uno, y os encontraré, y pagareis, pagareis con creces, podeis estar seguros. Solo necesito esperar.
Si en el fondo nos ama con locura a todos, señor Cicatriz.
Y he de confesar que su micro sí que me ha tenido una buena temporada acongojado. Muy bueno. Estos puntos me saben a gloria.
La buscaré de nuevo, Señorita Eleven, y entonces la machacaré. Haré que desee no haber nacido.
La buscaré de nuevo, Señorita Eleven, y entonces la machacaré. Haré que desee no haber nacido.
Uf, eso ya me pasa siempre al final de mes, cuando llegan las facturas. También la mayoría de lunes por la mañana, cuando suena el despertador. Y el otro día vi "Lobezno Inmortal" y por momentos también lo pensé. Vaya vida.
Digo yo, que mejor me invita a cenar o algo. Me ha caído bien; nunca me habían llamado "señorita", y creo que me gusta.
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