Tierra de dragones

Imagen de Patapalo

Reseña de la novela de James A. Owen publicada por Destino

 

“Tierra de dragones” es un libro pensado para llegar lejos. El trabajo del autor es considerable tanto en lo narrativo como en lo gráfico –él mismo ilustra la portadilla de cada uno de los capítulos de la obra con mucho acierto-, el trabajo editorial es muy bueno, como se pone de manifiesto en el buen diseño y presentación del libro, y el respaldo de marketing es más que sobresaliente.

 

Como guinda, la idea de la historia es de ésas que, aun arriesgadas, tienen un potencial fascinante: tres figuras de la literatura inglesa (J.R.R. Tolkien, C.S. Lewis y Charles Williams, como se paladea desde el principio y se corrobora al final) protagonizan una clásica historia de aventuras en la que se adentran en un mundo imaginario. Potencial, desde luego, no le falta a la novela.

 

¿Qué es pues lo que le falta para que me haya dejado esta impresión pobre tras su lectura? Pues creo que, sencillamente, chispa.

 

La idea es ingeniosa, de acuerdo, y el ritmo narrativo es impecable. La historia presentada es, a todos los efectos, una buena historia del género: hay persecuciones, escenarios fascinantes, criaturas mágicas, batallas épicas… Y también hay muchos elementos metaliterarios. Por un lado, tenemos a muchos escritores que aparecen incidentalmente en la novela, con mayor o menor peso, y por otro tenemos muchas situaciones que sirven como guiños al lector o como “explicaciones” plausibles de por qué Tolkien y Lewis, principalmente, introdujeron determinadas escenas, personajes y un largo etcétera en sus obras.

 

El problema radica en que el todo, compuesto de tan y tantos extraordinarios elementos, queda más bien inconsistente.

 

Por un lado, un lector joven, que conserve todavía su capacidad de asombro, se encontrará con una historia trepidante en la que sumergirse de cabeza hasta la última página. Sin embargo, la mayor parte de las referencia literarias, que hay muchas y algunas no demasiado obvias para el profano, le sobrarán totalmente.

 

El lector opuesto, ése bregado en mil lecturas, que conoce a fondo el género, clásicos y modernos, y también la literatura universal, principalmente la anglosajona, podrá apreciar toda la tramoya que hay detrás de una historia que, a todas luces, le resultará excesivamente pueril. Entretenida, sin duda, pero incapaz de hacerle vibrar.

 

El tercer tipo de lector, al que le satisfaría totalmente la lectura del libro, no logro imaginarlo. Menos todavía en nuestros tiempos, donde algunos clásicos empiezan a ser olvidados.

 

Autor

 

James A. Owen es escritor y dibujante de la popular serie fantástica de cómics infantiles Starchild, que publicó por cuenta propia y que fue adaptada para TV.

Además de haber escrito e ilustrado numerosas tiras cómicas, el norteamericano es autor de Mythworld y de otros estudios sobre la literatura fantástica. Tierra de dragones ha vendido 100.000 ejemplares en su edición inglesa desde su publicación en octubre, y la productora Warner BROS ha comprado los derechos de la novela.

 

Sinopsis

 

De la mano de tres personajes, custodios de Imaginarium Geographica, asistimos al desenlace de un conflicto que pondrá en juego la supervivencia de un archipiélago en el que residen los seres que hemos ido conociendo gracias a los escritores de fantasía.

 

Edición

 

Tierra de dragones

James A. Owen

Cartoné con sobrecubiertas

Libro ilustrado

Destino, 2007

 

Conclusiones

 

A pesar de ser un derroche de buenos propósitos en torno a una idea más que interesante, creo que “Tierra de dragones” no termina de cuajar como novela. Por un lado demasiado infantil, y por otro demasiado exigente con las lecturas previas del lector, contiene demasiados elementos para que todos sirvan en una primera lectura. Quizá, simplemente, el libro esté pensado para ser disfrutado de niño y, después, en una segunda lectura, algo que me parecería pretencioso.

 

Por otro lado, la novela en sí es muy agradable, y la historia, aunque en su esquema es más bien clásica y algo simple, tiene unos cuantos puntos remarcables, como el trabajo de ilustración que le acompaña. Puede ser una buena lectura para quien quiera regodearse entre clásicos.

 

Francamente, no sé muy bien a quién podría recomendarla, a pesar de ser un libro bastante interesante.

 

Una curiosidad: el único autor español que se menciona en la obra, y de quien todos imaginaréis el nombre, no se parece ni remotamente a sus “colegas” europeos. Habrá que tomárselo como un homenaje, supongo.

 

 OcioZero · Condiciones de uso