DESOLACIÓN
Arturo observó en el funeral a un caballero alto, con sombrero y abrigo negros, situado más atrás. Su rostro encharcado en lágrimas. En un momento, cayó de rodillas y continuó llorando amargamente. Al incorporarse, identificó lo que le había llamado la atención. El sombrero era un bombín típicamente inglés.
CLUEDO
La señorita Amapola aseguraba desconsolada no tener nada que ver con el asesinato del doctor, a pesar de que todos la vieron en la biblioteca, con la cuerda en las manos haciendo nudos marineros.
Cuando ya todo parecía perdido para la sospechosa, sonó un grito providencial:
—¡Niños, a comer!