Es la última película protagonizada por Jean Claude Van Damme, y al contrario que pueda parecer, no es ni una peli de hostias, ni una basura palomitera, ni nada por el estilo. Es una tragicomedia que gira en torno al propio Van Damme (interpretándose a sí mismo) el cuál se ve envuelto en un atraco a un banco. Una crítica hacia él mismo, hacia sus fans y hacia sus detractores bajo unas situaciones ficticias pero con un entorno real. Muy buena, y genial interpretación la de Van Damme, el cuál demuestra que tiene algo más que músculos (de verdad).
Os la recomiendo, seguro que a muchos le cambia la imagen de Van Damme.
Cierto, cuando ha hecho intentos de actuar más y dar menos patadas en pelis como en Soldado de fortuna o algo menos en Sin escape, le había salido el tiro por la culata y ya se daba por hecho que debería seguir a lo suyo que es hacer pelis (no siempre) entretenidas en las que se dedique más que nada a dar patadas a diestro y siniestro.
Pero cuando nadie se lo esperaba, ha hecho esta peli de origen belga (como él) con el director Mabrouk El Mechri que ha sacado lo mejor del actor sacándolo de su típico rol como actor exclusivamente de acción. Totalmente recomendable.