El joven Lovecraft

Imagen de Anne Bonny

Reseña de la tira cómica de José Oliver y Bartolo Torres recopilada por Diábolo Ediciones

 

Conocí el cómic de El joven Lovecraft a través de la revista Cthulhu, que publica igualmente Diábolo Ediciones. Desde entonces, no he dejado de leerlo. Y no soy al único que le ocurre. Este cómic, que nació, si no me equivoco, en Internet, es uno de los más exitosos de nuestro país. Hace tiempo leí que saltaba al otro lado del Atlántico, a Estados Unidos (lo que es particularmente meritorio si consideramos en quién está inspirado), y hace poco en el blog (http://eljovenlovecraft.blogspot.com/) se anunciaba que se publicará también en Grecia. Creo que sobran palabras para señalar la proyección que está teniendo. Lo que sí que añadiré es que es bien merecida.

Efectivamente, se apoya en trabajar con un personaje muy conocido, un icono dentro de la literatura de terror y, además, un autor tan estrafalario y con un imaginario tan rico y poderoso que da pie a mil historias. Pero esto, claro está, no vale para garantizar el éxito. Es, más bien, un arma de doble filo por dos simples motivos: mucha gente trabaja y ha trabajado con su obra y su vida, por lo que la competencia es grande, y los conocedores de ambas serán, como es natural, exigentes con su tratamiento (lo cual no ha dejado de dar pie a alguna tira).

De este modo, está claro que El joven Lovecraft destaca por méritos propios. ¿Y cuáles son estos? El primero, como es natural, el apartado estético. Cualquier cómic, y más una tira cómica, tiene que entrar en primer lugar por los ojos, y Bartolo Torres lo consigue con ese estilo entre siniestro e infantil que suele traer a la gente ecos de Tim Burton o de Lenore, pero que destila carácter propio. Su mayor mérito es, a mi parecer, conjugar lo sugerente de los Mitos de Cthulhu con un trazo amable que si bien se ríe de las situaciones, no cae en lo grotesco. Resulta, más bien, entrañable.

Por otro lado, José Oliver se nos gana igualmente con los guiones. Las historias son una simple delicia para los aficionados a la obra de Lovecraft y a la literatura (u otras manifestaciones culturales) de terror en general. Ese es otro gran acierto, pues aprovechando que el escritor fue confeso devoto de autores como Edgar Allan Poe, a estos también les toca su ración. Los guiños, anécdotas, chascarrillos y equívocos con los que juegan parecen no tener fin.

Hay que precisar que el cómic no se centra en la vida real de Lovecraft, sino más bien en un universo inspirado tanto por su biografía como por su obra, y en el que se mezclan otros elementos exógenos pero relacionados, y todos tamizamos por la particular óptica de los autores. De este modo, disfrutamos del sabor "lovecraft" sin martirizar más a la persona, que bastante tuvo ya.

En definitiva, un cómic a disfrutar o a descubrir, sobre todo por los amantes del género fosco.

Tenéis más información y tiras en http://eljovenlovecraft.blogspot.com/

 

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