Destino oculto

Una crítica de Enrique Luque de Gregorio

No es la primera vez que en el mundo del cine se mezclan el amor y algún tipo de fuerza sobrenatural. Ya se hizo en otras producciones como la dulzona Ghost o la interminable ¿Conoces a Joe Black?. La nueva película del debutante director George Nolfi (conocido por haber firmado el guión de éxitos como El ultimátum de Bourne u Ocenan’s Tweve) sigue más o menos esas mismas directrices. Si alguien ha pensado que se trata de una cinta de suspense o de un thriller, se equivoca. Destino oculto es una película romántica se mire como se mire.

Y no por ello tiene que ser mala, que conste. La dirección es aceptable, y la pareja protagonista formada por Matt Damon (Infiltrados) y Emily Blunt (El Diablo viste de Prada) funciona bastante bien. Tampoco es que el guión escrito por el afamado Philip K. Dick (Minority Report) tenga demasiadas lagunas (aunque alguna que otra sí). El problema que se da a lo largo de la cinta es que, a pesar de los esfuerzos de director y los actores, todo resulta un tanto superficial y poco creíble. Resulta lógico. ¿Cómo es posible que tras descubrir los más sorprendentes e intrincados secretos que rigen el destino del mundo entero y de la humanidad uno sólo pueda pensar en una chica que ha conocido veinte minutos? Ante semejante propuesta es imposible no quedarse un poco alucinado.

En cualquier caso, Destino oculto es un film entretenido. Previsible como él solo (en todo momento la película huye de explicar o profundizar nada que no sea el amor más puro, maravilloso y un tanto lacrimógeno de los protagonistas) pero entretenido al fin y al cabo. Tampoco faltan los típicos momentos de humor de este tipo de películas o un final bastante bien llevado aunque igualmente esperable desde el principio.

Todo resulta bastante lógico si se ve con un poco de perspectiva. Si coges una idea atractiva y profunda como punto de partida pero sólo te quedas en lo sentimental y superficial, es fácil contentar a los espectadores, pero igualmente inevitable que éstos salgan del cine sintiendo que la historia podía haber dado bastante más de sí.