El último mohicano

Imagen de Anne Bonny

Reseña de la adaptación de Roy Thomas y Steve Kurth publicada por Panini

 

Uno de los aspectos sin duda más impactantes para quien se acerque a la obra de James Fenimore Cooper El último mohicano es, sin duda, el visual. Los impresionantes bosques de Nueva Inglaterra, los indios mohawk y hurones con sus pinturas de guerra, los ejércitos europeos y sus impecables uniformes... La adaptación cinematográfica de Daniel Day-Lewis pone de manifiesto hasta qué punto puede emocionarnos con sus imágenes esta historia.

No obstante, no es este su único punto fuerte. Cualquiera que haya osado adentrarse en las páginas de la novela original, habrá descubierto hasta qué punto el autor era capaz de acercanos a las costumbres de los indios. Más aún: de hacernos partícipes de ellas, de una mentalidad que nos puede resultar exótica pero fascinante. Este retrato, costumbrista pero también psicológico, es el que hace de El último mohicano algo más que una novela de aventuras.

Al mismo tiempo, pocos lectores actuales tendrán la motivación suficiente para meterse en una primera aproximación con la obra original y menos todavía habrán tenido la suerte de vagar por los bosques retratados en esta. Y ahí es donde entran los Clásicos Ilustrados Marvel que nos presenta Panini en una magnífica edición de tapa dura. Esta entrega corrió nada menos que a cargo de Roy Thomas (guión), Steve Kurth (lápicez), Cam Smith (entintado) y June Chung (color).

No creo que haga falta comentar mucho sobre el estilo épico de Thomas, uno de cuyos trabajos más conocidos ha sido ni más ni menos que Conan el bárbaro. Es un guionista que sabe sacar partido a las novelas originales a la hora de plasmarlas en cómic, y en este caso decidió ser lo más fiel posible al original, hasta el punto de mantener fragmentos del texto original de Cooper. De este modo, la narración del cómic nos da una buena idea de la historia real contada por este.

En cuanto al apartado gráfico, el equipo encabezado por Kurth opta por un tono sobrio, de aventura clásica, que encaja muy bien con el estilo de la historia. No llega a las cotas de espectacularidad de la película previamente mencionada, pero sí transmite el lado pintoresco y majestuoso de este conflicto en las imponentes florestas norteamericanas.

Como extra para esta interesante edición nos encontramos con una historia poco conocida para los lectores europeos: El cazador de ciervos, donde se nos narra la juventud de Ojo de halcón, que en esta ocasión viene ilustrada por Denis Medri en un tono mucho más desenfadado y ligero, aunque igualmente dinámico.

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