Nocturne

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Reseña de la novela de Nick Kyme publicada por Timun Mas

Nocturne es la obra con la que culmina la Trilogía del Libro de Fuego, una epopeya ambientada en el universo de Warhammer 40.000 creado por Games Workshop que tiene como eje central a uno de los capítulos de los Marines Espaciales fieles al Emperador, el de los Salamandras. La novela se puede leer como una obra separada —yo mismo no había leído las dos entregas precedentes y no las eché en falta—, pero se percibe claramente que en ella confluyen todas las tramas presentadas con anterioridad. Además, en casi la totalidad de los casos, estas se cierran de un modo expeditivo. Es la apoteosis.

Los capítulos de Marines Espaciales son de las fuerzas más poderosas que se pueden encontrar en este universo, y una trama que implica a la práctica totalidad de uno de ellos e incluso a su mundo de origen —que es el que da nombre al libro— exige unas Proporciones Épicas. Así, con mayúscula en ambas dos. Nick Kyme es un veterano de este trasfondo y es plenamente consciente de ello, así que pone toda la carne en el asador y la sazona a conciencia: señores de capítulo, luchas orbitales entre flotas, veteranos en armadura dreadnought, demonios del Inmaterium, asesinos xenos, profecías imposibles, estirpes malditas, venganzas ancestrales...

La acción es el vehículo general de la trama. Apenas arranca la historia, tenemos combates y confrontaciones sin pausa. Como reza el eslogan, todo es guerra. Aun así, Kyme se las apaña para que no resulte monótono el desarrollo. Algo hipertrofiado, sí, sobre todo en cuanto a momentos épicos y emotivos: con un reparto de protagonistas tan amplio y de tal naturaleza, todos tienen que tener su frase lapidaria y eso, al final, resta intensidad al conjunto. De todas formas, en ningún momento decae la atención o el ritmo. Incluso los momentos de confusión entre personajes —algo casi inevitable si no conoces el trasfondo de los Salamandras— son mínimos y puntuales, para mi sorpresa.

Los protagonistas quedan bien definidos a pesar de que apenas queden momentos para la introspección. El autor ha decidido utilizar el conflicto incluso en los momentos de pausa para trazar a los personajes, y consigue que esta mecánica funcione. Asistimos a los conflictos internos y deseos de unos y otros a medida que avanza la narración, a las dudas frente a los mitos y a la incertidumbre a la hora de alzarse como uno, y se nos hace partícipes de ese registro algo excesivo pero muy sugerente que es marca de la casa.

Sí que alguno de los hilos argumentales se podría haber cerrado con más calma e intensidad —no deja de ser paradójico que, siendo toda Nocturne una suerte de escena final, se perciba cierta precipitación en algunos momentos claves del tercio final—, pero el resultado global es satisfactorio y la lectura, ante todo, entretenida: el libro se lee de un par de sentadas a pesar de su extensión.

En resumen, una novela ejecutada con acierto que incluye un buen puñado de los elementos que hacen sugerente el universo de Warhammer 40.000 —eldars oscuros, marines espaciales, renegados del caos, confrontaciones épicas, escenarios extremos, épica desbordante— y los entrelaza a ritmo de martillo de guerra sin concesiones. La edición de ScylaTimun Mas cuenta con una buena traducción, que, por desgracia, se ve algo empañada hacia el final por el aumento de erratas, y una magnífica portada obra de Cheoljoo Lee.

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