Los alienígenas

Imagen de Anne Bonny

Reseña del cuarto álbum de Superlópez, de Jan, reeditado por Ediciones B en su colección Fans

Estoy rehaciendo mi colección de Superlópez y he decido empezar por este número. El primer motivo es que es el que más destrozado tengo -y no por casualidad, sino por la cantidad de veces que lo hemos leído- pero no es el único.

 

“Los alienígenas” es, quizás, el primer número real de la segunda etapa de Superlópez, y eso le convierte en algo emblemático. Tras las primeras tiras cómicas del personaje (las que se recopilaron parcialmente en “El génesis de Super López”), Jan abordó tres primeros álbumes en los que se centró sobre todo en el aspecto superheroico paródico del personaje, aunque en ellos ya aparecieran algunas pinceladas de los personajes que después se asentarían en la serie.

 

En “Los alienígenas”, por el contrario, la acción ya empieza a bascular hacia un personaje propio, y no una mera sombra en la que se juegue con los conceptos de los superhéroes. El tema central sigue siendo, por supuesto, éste, pero ya no es el de más peso en las historietas. Elementos que son de mayor interés para Jan -como el retrato social de la propia Barcelona de la época, o la psicología de los personajes (principales o secundarios) como elemento cómico- adquieren un protagonismo mayor que la historia de aventuras en sí, y, además, tenemos las primeras apariciones definitivas de algunos de los protagonistas de la serie, entre los que se cuentan algunos obvios, como Luisa, Jaime o el jefe, y otros más inesperados, como el general Sintacha, que tanto juego dará más adelante y dentro del propio número, o Carapincho, al que se pulen en esta aventura sin que eso le impida aparecer más adelante dentro de la serie, aunque con un carácter algo distinto.

 

Sobre el argumento, cabe comentar que tenemos uno más bien clásico dentro del género -la invasión alienígena, ni más ni menos- pero que resulta tratado de un modo insólito. Como en las buenas parodias, se mantiene la esencia para darle una vuelta de tuerca. Así, aquí la base de ciencia ficción sigue presente, pero como un motivo para crear situaciones absurdas y desternillantes. Los alienígenas tendrán sus armas terribles -que les permiten cambiar de forma, reducir a cubitos la materia, y barbaridades semejantes- pero todo pierde su aura de seriedad al verse inmerso, paradójicamente, en una Barcelona más bien realista.

 

El humor en el cómic reposa principalmente sobre este aspecto: un retrato social agudo en el que los personajes, por poco que aparezcan, adquieren una forma un fondo sólido y cercano. Brillante a este respecto el interrogatorio que hace el director del manicomio a Juan López cuando le internan por agredir a una estufa de zutano. El absurdo, que se filtra inadvertidamente a lo largo de las viñetas, permite esos giros tan sorprendentes que arrancan la risa al lector. Tampoco faltan, como es típico en esta primera etapa de Superlópez, los guiños metahistorietísticos de Jan, en los que juega a que su personaje se salte el límite de la página para interpelar al lector.

 

Gráficamente, “Los alienígenas” también marca la pauta de la segunda temporada clásica de Superlópez, que ya se fue perfilando en los dos anteriores (“El Supergrupo” y “Todos contra uno, uno contra todos”): personajes caricaturescos pero proporcionados, con un gran dinamismo en sus movimientos y una gran expresividad facial, colores de acompañamiento que se usan indiscriminadamente para resaltar -sin pararse a colorear de un modo “realista” y sacrificando sin piedad los fondos-, viñetas bien nutridas de dibujo, en las que vemos detalles tan simpáticos como gratuitos -como un calcetín saliendo de un archivador-, un amplio elenco de secundarios bien diferenciados...

 

El conjunto obtenido es una de la mejores historietas de Superlópez, que mantiene la acción con un ritmo implacable hasta conducir al inesperado final -seguramente un poco abrupto- y que seduce totalmente por su sentido del humor: personal, efectivo, cercano y absurdo. Un cómic, en definitiva, que merece la pena leer.

 

Autor

 

Jan es el seudónimo de Juan López Fernández, dibujante y guionista de Superlópez. Nació en Toral de los Vados, pueblo de la región de El Bierzo (León) el 13 de Marzo de 1939 y creció en Barcelona. En 1956 empezó a trabajar en los Estudios Macián de animación y en 1959 viajó a Cuba, donde trabajó como animador en el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) a la par que publicaba en varias revistas.

A su vuelta tras diez años fuera de España, comenzó a trabajar en diversas publicaciones de la editorial Bruguera. En 1973 dibujó a Superlópez por primera vez para la editorial Euredit. En Mayo de 2002 se le concedió el Gran Premio del Salón del Cómic de Barcelona que distingue toda una trayectoria profesional, en Octubre de 2005, el premio Ivà al mejor historietista y en Agosto de 2007, el Premio de Honor de Imaginamálaga.

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