Un repaso al lado oscuro del cine...
Durante una de esas conversaciones sobre cine, que uno tiene de vez en cuando para no hablar de la crisis o de cómo “arreglar el mundo”, el tema derivó hacia el cine español y cómo algunas películas bastante interesantes son prácticamente imposibles de conseguir hoy día. Fue entonces cuando entró en juego la etiqueta de “película maldita” y, para mi sorpresa, vi que en general no se tenía muy claro el concepto. Uno afirmaba que se trataba de una película en la que hubiera muerto uno o varios miembros de su reparto, otro que se trataba de películas que nunca llegaban a estrenarse o incluso a rodarse o que incluso causaban algún tipo de perjuicio al espectador.
En realidad el concepto de película maldita suele ser mucho más sencillo y se emplea para referirse a toda aquella película cuyo estreno se retrasa durante años. Obviamente, si buscamos en Google no tardaremos en encontrar referencias a la película sobre Don Quijote que Terry Gilliam no pudo rodar por una brutal acumulación de accidentes (en este caso se trataría más bien de un rodaje maldito), Poltergeist (1982) de Tobe Hooper por la muerte de varios miembros de su reparto (entre ellos su joven protagonista) y, si se escarba un poco más, probablemente se termine llegando hasta El conquistador de Mongolia (1956) de Dick Powell, una película que no solo fue un tremendo fracaso comercial, sino que arrastró la fama de ser la causa del fallecimiento por cáncer de gran parte de su reparto (unas sesenta personas) por haber sido rodada en el desierto de Nevada (lugar en el que los americanos realizaron pruebas con armas nucleares).
El conquistador de mongolia quizás la película mas “maldita” de la historia
Pero no hace falta llegar a semejante extremos: películas como El guerrero 13 (1999) de John Mc Tiernan o Vampiros (1998) de John Carpenter en su momento fueron películas malditas.
Claro ejemplo de una película maldita: retrasos, cambio de director para rodar nuevas escenas…
Ya en cuanto a películas que causan perjuicio al espectador, como la famosa cinta de The Ring, entraríamos más bien en el terreno de las leyendas urbanas. Uno de los casos más conocidos fue el del presunto documental Ataúdes de luz, que se supone trataba sobre el material encontrado de un director (Sergio del Monte) que dañaba la vista del espectador o incluso era capaz de producirle tumores cerebrales, auténtico mito que surgió a raíz de un falso tráiler de ese documental que fue pasado en un festival. El bulo fue rodando hasta el punto en el que incluso en el programa 4º milenio le dedicó un programa:
CUARTO MILENIO "ATAÚDES DE LUZ" PARTE 1 / PARTE 2
Pero no es a ninguno de esos films a los que quiero referirme, sino dar un pequeño repaso a seis películas españolas que, a pesar de resultar interesantes por diversos motivos, rara vez han sido emitidas por televisión y que, salvo excepciones, cuesta encontrar incluso editadas en DVD en nuestro país. Con ellos pretendo combatir un poco la idea cada vez más arraigada de que el cine español se compone básicamente de dramas sobre la Guerra Civil y comedias de folclóricas y destape.
Obviamente serían muchas más las que merecerían ser mencionadas, pero ni mis conocimientos son tan amplios ni quiero convertir esto en un ladrillo interminable. Solo quiero dar unas pinceladas a media docena de películas de otros géneros (cine Quinqui o el fantaterror) y lanzar una invitación a hurgar e indagar en ellos.
LA TORRE DE LOS SIETE JOROBADOS (1944)
Esta es una película que puede encontrarse editada en DVD por Versus, y se trata de una obra curiosa al ser de las primeras en mezclar en su trama elementos sobrenaturales.
El director madrileño Edgar Neville (hijo de un ingeniero inglés) nos muestra un Madrid que esconde bajo su subsuelo una pequeña ciudadela creada por los judíos, en la que un enamoradizo protagonista deberá resolver un misterio espoleado por el fantasma de un profesor asesinado.
Esta película llama la atención aparte de por su fusión de géneros (comedia, policiaco, sobrenatural) por la curiosa mixtura entre el Madrid castizo en el que se mueve el protagonista y esa oscura ciudadela de aspecto gótico de sus subsuelo en el que los protagonistas del título maquinan sus tejemanejes.
SURCOS (1951)
Cierto, es un drama de posguerra, pero en este caso se centra en el complejo proceso de adaptación de las familias campesinas que abandonan el pueblo para instalarse en una ciudad (de nuevo Madrid) que les recibe de un modo un tanto hostil al encontrarse saturada de trabajadores no cualificados.
Por un lado, Surcos puede considerarse como una advertencia en toda regla contra el éxodo que estaba empezando a vaciar de jóvenes los pueblos españoles, pero por otro, muestra sin tapujos la cara menos amable (casi implacables) de las ciudades.
Como curiosidad mencionar que la censura eliminó la escena de un personaje femenino (que había tenido que convertirse en la querida de un hombre adinerado) saltando del tren que debería devolverla al pueblo (los censores no podían permitir que se mostrase a un personaje “insumiso” que prefiriera una vida de indecencia en la ciudad, así que le dieron tijera.
LA CAMPANA DEL INFIERNO (1973)
El caso de esta película es curioso por diversos motivos. Quizás el principal y al que muchos señalan como responsable de lo difícil de encontrar de este film, fue la extraña muerte de su director Claudio Guerin al caer desde el campanario que alojaba a la campana que da título al film durante el último día de rodaje, ya que su pareja por aquel entonces era Pilar Miró, a la que suele acusarse de “asesinar” el género conocido como fantaterror, esas películas que nos dejaron títulos como Pánico en el transiberiano o No profanar el sueño de los muertos.
En cualquier caso la película resulta notable por diversos motivos. Tiene un retorcido argumento de venganzas familiares, un uso muy particular de la cámara (que da lugar a planos muy curiosos) y por ser una de esas películas cuyas escenas de contenido erótico obligaron a rodar dos versiones de varias escenas. Una con el desnudo cubierto estratégicamente para su emisión en el extranjero (se trata de una coproducción) y otra que los elimina para ser estrenada en España.
Version española
Version internacional (remasterizada)
LA CRUZ DEL DIABLO (1975)
Otro ejemplo del fantaterror español y en este caso, por desgracia, se trata de un proyecto un tanto fallido (sin ser de lo peor que puede encontrarse dentro del mismo).
Lo más triste del caso es que la idea original de adaptar unas cuantas leyendas de Bécquer en una película de terror a priori prometía. El proyecto además contaba con un reparto de prestigio (para la época): Carmen Sevilla y Adolfo Marsillach y un director extranjero de cierto prestigio en el cine fantástico (John Giling). Pero una serie de problemas que no vienen al caso fueron la causa de que en su guión metieron mano demasiadas personas siendo el resultado final una mezcolanza un tanto confusa con una trama de investigación que termina desembocando en algo que puede recordar a la saga de los templarios de Amando de Osorio.
¿El motivo de incluirla en la lista? Pues que a pesar de sus defectos (que no son pocos) se trata de una de esas películas con escenas que la gente sigue recordando muchos años después en foros de cine tratando de averiguar el título, lo que junto con la dificultad de encontrar una copia en condiciones de la misma, la han convertido en una pieza de cierto interés.
LOS VIOLADORES DEL AMANECER (1978)
Esta es una muestra de otro de los géneros que en su momento tuvieron cierto auge. Me refiero al conocido como “cine quinqui”, películas protagonizadas por choricetes y delincuentes de baja estofa a los que retratan en medio de la marginalidad de la época (con sus persecuciones en coche, peleas a navajazos o teniendo sus escarceos con la heroína). No es que esta película se encuentre entre las más destacables, pero quizás sí entre las más difíciles de encontrar y tal vez es la que tiene el título más llamativo.
MAS ALLÁ DEL TERROR (1980)
Y por último una rareza de lo más curiosa. Una película híbrida que empieza como un film de cine quinqui, mostrándonos a una ultraviolenta y expeditiva banda de delincuentes, que después de un brutal enfrentamiento con las fuerzas del orden, de las que escapan tomando a una pareja de amantes como rehenes, terminan refugiados en un apartado lugar en el que la película tomará tintes sobrenaturales dignos de un producto de fantaterror.
En conjunto es una de las películas con más mala leche de una época en la que tras el fin de la censura empezaron a poder verse escenas de desnudos y violencia en muchos casos de lo más gratuitos como en las comedias “de destape”.
Una película que una vez más no se encuentra editada en España (o no he sido capaz de encontrarla) y que a pesar de resultar bastante ignota, aun a día de hoy perdura en la memoria de los que la vimos en su momento y quedamos sorprendidos por la violencia y mala uva de sus personajes y por lo bizarro de su argumento y situaciones.
En conjunto son seis películas no muy conocidas que me han parecido destacables por distintos motivos y con las que invito, a quien tenga tiempo y ganas para ello, a aventurarse a darles una oportunidad.
Muy interesante el artículo. Hay cosas que si no se vieran no se creerían -como lo de la censura o algunos títulos -. La torre de los siete jorobados me encantaría verla, que la novela de Carrere me apasionó. En general, no me importaría catar algo de fantaterror, que ya me pusieron los dientes largos en 100 años sin Bram Stoker. Un placer leerte.
ps.- juro que había reconocido a John Wayne en el cartel
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.