Expediente X: 30 días de noche

Imagen de Anne Bonny

Reseña del cómic de Steve Niles, Adam Jones y Tom Mandrake publicado por Norma Editorial

Sin duda, la tentación de hacer un crossover entre 30 días de noche, el cómic de Steve Niles y Ben Templesmith, y Expediente X, la popular serie televisiva, era demasiado grande para resistirla, por mucho que, obviamente, fuera a banalizar, hasta cierto punto, al primero. No es que se le fuera a quitar hierro al asunto, pero, por fuerza, relegar a los vampiros de la saga original a un monstruo más y los terribles sucesos narrados a otro caso encubierto por el gobierno es, digamos, limitar el alcance del horror presentado.

Curiosamente, y aun contando con la obviedad de que ni Mulder ni Scully palmarán en la historia, Steve Niles y Adam Jones logra mantener la tensión y el interés durante todo el cómic. Sí, contra todo pronóstico, Expediente X: 30 días de noche es una obra que consigue unos niveles de suspense e inquietud que muchos otros cómics de terror solo pretenden, y además la historia está salpicada de ese humor particular de la serie de televisión que aumenta el entretenimiento y engancha.

La trama no tiene ningún misterio: los agentes del FBI son convocados a la sempiterna noche de treinta días de la Alaska polar y, en ella, se encuentran con un crimen atroz y de tintes sobrenaturales que, a todas luces, solo han podido cometer los vampiros. Aunque hay algunos giros interesantes, la historia destaca más por los escenarios que por la complejidad argumental propiamente dicha. Incluso las habituales conspiraciones gubernamentales se mantienen en un nivel más que aceptable durante todo el desarrollo.

En el apartado gráfico, Tom Mandrake —apoyado por los colores de Darlene Royer, Gabe Eltraeb y Jorge González— supera con éxito la prueba de hacer equilibrios entre dos estéticas muy asentadas y sugerentes: la más bien sobria y elegante de Expediente X y la expresionista y desbocada imprimida por Ben Templesmith en el 30 días de noche original. El resultado es un cómic más tradicional pero que conserva el carisma de los vampiros y su cualidad inquietante y en el que podemos reconocer sin problemas a los protagonistas.

Con estos elementos, Expediente X: 30 días de noche se desmarca como un muy buen cómic del género, que obtiene unos resultados que —francamente— no esperaba del cruce de estas dos franquicias. Sin llegar al nivel del original vampírico, pero marcando un buen listón para un episodio de la serie, hará disfrutar a quienes estén interesados por una aproximación de este tipo al terror sobrenatural.

Imagen de Daniel Leuzzi
Daniel Leuzzi
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La idea me parece buenisima!!

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