Niños en la Antigüedad
Reseña de la obra divulgativa de Karine Delobbe publicada por pemf
Niños en la Antigüedad (Des enfants dans l'Antiquité en el original) es un álbum ilustrado con numerosas fotografías de restos arquelógicos y dibujos encuadrado dentro de la colección Bonjour, l'Histoire, es decir, pensado para el público infantil y los lectores jóvenes que no tengan muchas nociones de historia, como apunta el que se incluya una somera cronología de la Antigüedad o un glosario de términos al cierre.
No obstante, esta obra de Karine Delobbe no deja de revestir interés para cualquier lector dado el poco espacio que, por lo general, se brinda a los niños dentro de las exposiciones históricas. Esto se debe, en parte, a que no hay demasiado material de base a partir del cual desarrollar la cuestión, pero también por el papel secundario que se da a la infancia cuando se tratan aspectos políticos, sociológicos, etc. En este sentido, resulta muy interesante abordar los periodos clásicos desde una perspectiva poco habitual: averiguar cómo vivían los niños de romanos, griegos o galos nos da una idea distinta de sus civilizaciones.
Un acierto de la obra es que, a pesar de centrarse en el mundo grecolatino, deja espacio para hablar de los pueblos bárbaros, aunque sea de pasada. De entre estos, los celtas, al menos los afincados en la Galia, reciben un tratamiento especial, seguramente por tratarse de una publicación francesa.
En cualquier caso, la breve panorámica que nos presenta nos permite ver cómo era aceptado (o no) un niño en el seno de una familia, qué pasaba con los niños abandonados, cómo se cuidaban los bebés (los famosos vendajes para inmovilizar sus miembros mientras estuvieran demasiado “tiernos), a partir de qué edad empezaban a ser considerados por la familia, cuál era la educación que recibían o cuándo terminaba la infancia.
Al ser un álbum ilustrado, encontramos también curiosidades como el aspecto que tenían sus juguetes (que, en realidad, no han cambiado tanto hasta nuestros días) o qué vestimentas llevaban. El apartado anecdótico está bien surtido, y la autora ameniza la exposición con citas de autores clásicos que nos permiten descubrir incluso expresiones populares (como “dejar las nueces”, que decían los romanos cuando se hacían mayores por jugar mucho con este fruto a modo de canicas, por ejemplo).
Un apartado importante está dedicado a la enseñanza, tanto a los distintos sistemas que existieron en las civilizaciones griega, romana y gala como a la reflexiones filosóficas de algunos reconocidos autores de la Antigüedad.
En definitiva, Niños en la Antigüedad es una lectura muy asequible y que, a pesar de su brevedad y de estar enfocada al público más joven, brinda interesantes pistas con las que seguir investigando e ilustrándose.
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