Mysteryville

Reseña de la novela de Nae Esteban y Marc Gras publicada por Tyrannosaurus Books

Mysteryville es una novela infantil de suspense con monstruo incluido. Nae Esteban nos lleva a un pueblo imaginario de corte anglosajón donde el verano no transcurre todo lo plácidamente que debería: una epidemia de tristeza asola a buena parte de sus habitantes. Los protagonistas, un puñado de niños bienintencionados y voluntariosos, se lanzan a investigar esta extraña plaga y terminan por descubrir la existencia de una desconcertante criatura.

Cuando era pequeño, este era el tipo de historia que me gustaba leer. Misterios, fantasía, un toque inquietante, niños capaces de ser protagonistas y meterse en aventuras que, cómo no, parecen irles grandes... A juzgar por las aficiones y preferencias de mis hijos, la receta general sigue funcionando a las mil maravillas.

¿Qué ingredientes particulares tiene Mysteryville? En primer lugar, cabría señalar el grupo de protagonistas. Aunque se afianza en los mismos valores universales de siempre (la amistad, el cariño, la lealtad, etc.), tiene toques muy actuales que le dan viveza. En segundo lugar, la estética. Es hija de nuestra época multidisciplinar y deslocalizada; el pueblo ¿inglés? ¿británico?, poco importa, resulta tan cercano como cualquier otro y, al mismo tiempo, sugerente. El monstruo es una delicia, simpático y original, y establece un diálogo muy interesante con los personajes, uno de los puntos fuertes de la novela.

En este sentido, ayuda mucho el estilo gráfico de Marc Gras, que recuerda a esas inolvidables ediciones de Roald Dahl y que termina de dar cuerpo a los variopintos personajes que desfilan por Mysteryville. Muy buen trabajo editorial el realizado por Tyrannosaurus Books. El libro es cómodo, agradable, bonito y sugerente, algo importante en edades tempranas de lectura, donde las obras entran por los ojos no solo a través de las palabras.

La trama discurre de un modo lineal algo alocado que la hace entretenida y divertida. Los niños van como buenamente pueden, confrontándose a un misterio que no es realmente espeluznante pero sí algo perturbador y fácil de imaginar. Se podría decir que es un terror amable, de aventuras, no de escalofrío sino de ambiente. Los giros argumentales arrancan sonrisas y van pidiendo más. Quizás el único bache en el ritmo es el epílogo de la historia, que da pie a nuevas aventuras pero sin aportar más a la trama central de la historia. Tampoco pesa, porque permite disfrutar algo más de la narración.

En conjunto, Mysteryville es una novela entretenida y divertida, con carisma en su imaginario y los personajes, que puede ser el comienzo de una gran serie. Sin romper con la tradición precedente de novelas infantiles, tiene un toque propio y fresco que le sienta muy bien.