Mitología japonesa

Reseña de la obra de M. Anesaki publicada por Edicomunicación en la colección Olimpo

Mitología japonesa es una monografía que aborda en líneas general lo que indica: la mitología japonesa tradicional (que no es poca cosa teniendo en cuenta que en la misma colección tenemos Mitología ibérica, que, contra todo pronóstico, no aborda la mitología de los íberos), pero también otros aspectos del folclore relacionados. El modo de hacerlo es, a mi parecer, algo ligero y confuso.

El libro arranca con una visión histórica muy general de Japón para ponernos en situación, pero quizás no lo bastante precisa o profunda para que sigamos luego el hilo conductor de las leyendas y mitos que se van a abordar. Sí, se plantean aspectos particulares de la cultura nipona, como la confluencia de las religiones, el aislamiento relativo de la isla o la presencia de pueblos anteriores a la llegada de invasores del continente, pero no son suficientes para un profano para sentar unas bases necesarias en los capítulos posteriores.

En ellos, los mitos, las criaturas mitológicas, las leyendas y finalmente algunos relatos, fábulas e historias populares se van a ir presentando por bloques temáticos. En ocasiones es posible ver la relación entre unos y otros o situarlos dentro del contexto general de la cultura japonesa, pero en líneas generales me ha quedado más la sensación de estar ante un compendio de curiosidades e historias separadas que de un análisis completo de la mitología como una entidad compacta.

Esto no quiere decir que el libro en sí no sea interesante. Mitología japonesa tiene los suficientes elementos para picar la curiosidad del lector y da pistas para continuar la investigación. La lectura es sencilla con algo de cultura general y el tamaño y el enfoque del libro hacen que sea bastante accesible para un buen número de lectores. Sin embargo, creo que algo falla en la estructura o el planteamiento que hace que no termine de cuajar.

Tengo la impresión que esto es algo más ligado a la ejecución del libro que a los conocimientos de M. Anesaki. Quizás haya sido una mera cuestión de afinidad. En cualquier caso, para mí ha resultado una lectura algo decepcionante, válida como panorámica, pero sin garra suficiente para que lo vea recomendable ni por el estilo ni por el contenido global.