Los tres entierros de Melquíades Estrada

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Tommy Lee Jones quiere hacer justicia a su manera en su debut como director

 

Los tres entierros de Melquíades Estrada supuso el debut de Tommy Lee Jones como director en la gran pantalla, y para ello eligió un marco en el que ubicarlo que él conoce bien: la polvorienta frontera entre Texas y México. No en vano, este gran actor y novel realizador nació en 1946 en San Saba (Texas).

 

El original título de esta película denota que estamos ante algo poco común. Y es cierto, es una película inusual, una historia humana que mezcla sabiamente el costumbrismo, el drama y el humor más negro.

 

Tommy Lee Jones nos divide la película en cuatro partes, cada una señalada con un título: “el primer entierro de Melquíades Estrada”, “el segundo entierro de Melquíades Estrada”, “el viaje”, y “el tercer entierro de Melquíades Estrada”. El film utiliza varios flashbacks para ir contándonos la historia. Es un guión que en algún momento, sobre todo al principio, puede sembrarnos alguna duda por su enrevesamiento, está formado por piezas que hay que encajar, como si fuera un puzzle. Pero no se podía esperar menos de Guillermo Arriaga, el autor del guión de esta película y de los de Amores perros, 21 gramos y Babel entre otros. Pero tampoco hay que asustarse, pues la complejidad dura un suspiro.

 

El argumento consiste en el hallazgo del cuerpo del “espalda mojada” Melquíades Estrada en el desierto de Texas, donde ha sido enterrado rápidamente tras haber recibido un disparo. Pete Perkins (Tommy Lee Jones), amigo del asesinado, decide intentar descubrir al autor del crimen, y cuando lo consigue, actúa en consecuencia. Todo por conseguir llevar a cabo el último deseo de Melquíades.

 

La primera parte nos muestra los personajes. Nos presenta al “ilegal” Melquíades llegando a un rancho del que Pete Perkins es su dueño. Enseguida vemos la confianza mutua que se da entre ellos. Pete contrata a Melquíades sin preguntarle por su situación y el mexicano le regala a su nuevo patrón y amigo su caballo. En este sentido, la película nos hace saltar barreras y nos da un claro mensaje en contra de las barreras raciales. Vemos también a Mike Norton, interpretado por Barry Pepper, un guardia fronterizo sin escrúpulos y que no duda en mostrar la violencia contra los que cruzan ilegalmente la frontera. Conocemos que ocurre un accidente y como consecuencia, el primer entierro de Melquíades Estrada, pero todavía no sabemos lo que ha pasado.

 

En la segunda parte seguimos conociendo a los personajes y su relaciones entre ellos, vemos a la camarera con su particular forma de disfrutar en esta pequeña localidad, su marido y dueño del restaurante donde se reúne gran parte de los habitantes de los ranchos, vemos como a la novia de Mike Norton le es imposible adaptarse a este árido paisaje... Es una vida lenta, en un ambiente seco, polvoriento, donde cada uno tiene un rol y parecen estar contentos con él. En este entorno todo se vive de distinta manera: el amor, el sexo, la amistad, las relaciones humanas. El Sheriff Belmont representa la autoridad local, y es un hombre sin problemas y que no quiere tenerlos, por eso cuando se le presenta el caso de Melquíades opta por la solución más rápida y fácil para olvidarse del caso.

 

La tercera parte, el viaje, es la más dinámica, y se transforma en una especie de “road-movie”. Aquí es donde asistimos a una auténtica odisea del personaje al que da vida Barry Pepper, y donde vemos la locura del personaje de Tommy Lee Jones. Locura, sí, pero por una causa justa, una causa que se trata de demostrar lo que vale una vida humana, aunque sea de un “ilegal”. Es en esta parte donde se muestran auténticas escenas geniales, como la de la cueva donde duermen, la del anciano ciego, repletas de humor negro. Conocemos el periplo de Perkins y Norton a través del desierto para cumplir la última voluntad de Melquíades. Llegamos a México, traspasamos esa frontera física que separa dos países y dos formas de vivir la vida distintas. Hay otra escena muy lograda, en la que hay un grupo de mexicanos acampando viendo la televisión en la que, con una gran comicidad, nos damos cuenta de que cuando estamos al límite damos la importancia que se merece a las cosas que tenemos, y en el día a día no lo vemos así. Allí en México, también descubrimos que las cosas al final no son lo que se esperaba.

 

La última parte, asistimos a la redención del involuntario asesino, y ya cumplido el objetivo y al otro lado de la frontera, vemos el cambio que experimenta este personaje. Ha conseguido algo que no esperaba, se ha encontrado consigo mismo, ha logrado ver dentro de sí mismo lo que puede ser y ha comprendido el propósito de Pete Perkins. Todo este periplo al final sirvió para algo.

 

Las actuaciones son más que encomiables, un Tommy Lee Jones en gran forma (impagable también oirle hablar en castellano en la versión original), que fue galardonado con el Premio al Mejor Actor en el Festival de Cannes 2005, y un Barry Pepper que definitivamente se muestra como el gran actor que es, quizá hasta superando la actuación de Jones. Quizás le falte algo de suerte a este hombre para estar más reconocido.

 

En definitiva, una historia de liberación y expiación en un interesante debut por parte del director, con un guión bastante bueno, una realización notable y unas pizcas de humor negro.

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