Los pájaros

Imagen de Luc Hamill

Atacan a los niños, entran por las chimeneas y aparecen muertos con los ojos fuera de sus órbitas. Son los pájaros.

Nuestro periplo por esas películas que parecen atemporales nos lleva a recordar a Los Pajáros. Basada en una novela corta de Daphne Du Maurier, perteneciente a una de esas antologías que se titulan “Alfred Hitchcock presenta”, esta película es junto con Psicosis, Vértigo y Con la muerte en los talones, de las más famosas del director. Pasó que en el año 1945 se hablaba del fin del mundo pensando en las consecuencias de las bombas atómicas, por lo que nadie esperaba ver en el cine cómo millones de aves podían asolar de terror a una ciudad. Y no sería lo mismo si se hubiera tratado de buitres o águilas, no. El toque brillante es que se trata de pájaros corrientes.

 

Tratándose de pájaros, parece comprensible que la historia se inicie en una pajarería, y esto no es casualidad. La película convierte las iniciales víctimas en verdugos y a la inversa, pues serán los humanos quienes se encierren en sus casas a modo de jaulas. No obstante, son muchos los que consideran su argumento ridículo, pero no olvidemos que es una película del maestro del suspense, el cual se servía de situaciones irreales para llevarnos a escenas llenas de intriga. No creo que deba cuestionarse el por qué de la rebelión animal ya que tan sólo es una excusa para construir un cuento de terror rural con escenas llenas de una elegancia superlativa, combinando momentos realmente impactantes y brutales con otros de tono más lírico y sutil. A unas malas, el ataque de los pájaros se puede entender como una manifestación de la ira contenida por la naturaleza (algunos personajes llegan a calificar el suceso de maldición).

 

Si el planteamiento parece surrealista conviene recordar que el terror suele ser inexplicable y lo mejor es que nos dejen buscar nuestra propia explicación sobre lo contado. Aunque lo bueno sería que no nos detuviésemos ahí, ni tampoco que nos sentamos esperando ver a los pájaros porque entonces no nos enteraríamos de lo que está pasando. Cada escena tiene una alusión cuando, por ejemplo, antes de que llegue el ataque de los pájaros vemos una gaviota muerta al estrellarse contra una puerta o algunas otras colocadas en unos hilos telegráficos. Es como si nos dijeran que los pájaros están al llegar.

 

Parecería difícil resumir la película en un párrafo, pero lo voy a intentar (no sin evitar spoilers, claro). Resulta que una muchacha un poco mimada, llamada Melanie Daniel e interpretada por Tippi Hedren (sí, la suegra de Antonio Banderas, y quizás por este personaje le puso a su hija este nombre), se presenta en Bodega Bay para llevar dos “love birds” enjaulados como regalo de aniversario a una chiquilla cuyo hermano, Mitch, un abogado de humor sarcástico interpretado por Rod Taylor, le parece muy atractivo. Nada más llegar, una gaviota la hiere en la frente y gracias a esto el abogado la invita a su casa. Allí aparecerá el personaje de la madre de Mitch, que se nos muestra como una mujer posesiva y celosa.

 

Al día siguiente, durante una fiesta en el campo, una bandada de gaviotas atacará a unos niños y más tarde una bandada de gorriones invadirá la casa de los protagonistas entrando por la chimenea. Al otro día los cuervos atacarán a los niños en la salida de la escuela, y posteriormente las gaviotas se arrojarán sobre el pueblo provocando incluso un incendio. Desde luego los pájaros han llegado, y son los que ponen a prueba a Melanie, que al parecer como heroína no deja mucho que desear pues se acerca efectivamente a Mitch, protege a la hermanita de éste y consigue que la madre la acepte. Pero al alba sufrirá en una buhardilla un último y terrible ataque de gaviotas. Aprovechando una especie de tregua, Mitch, su familia y Melanie abandonan la casa en un automóvil ante la atenta mirada de miles de pájaros de todas clases que, amenazadores, parecen agruparse para un ataque final...

 

Los que hayan visto este final (usado hace poco para el anuncio de un automóvil) sabrán apreciar lo tremendamente poderoso que es (visualmente hablando, claro) e incluso nos deja un final abierto. ¿La conclusión se evita por ser demasiada trágica? ¿O puede ser que ya no importe contar el resto? Yo creo que, una vez más, Hitchcock nos deja el final a nuestro criterio, aunque muchos creen que se trata de algo precipitado. Pero no es bueno que se nos explique todo en el cine. Ni en Vértigo ni en Frenesí se nos informa de todo sino que se nos deja participar en la historia con nuestra propia inventiva. Al menos para mí, cuando antes de subir al coche la niña pregunta que si se puede llevarme los pájaros de amor, se deja ver como que algo bueno sobrevive. Son estos “love birds” los que dan un contraste muy acertado pues a lo largo de todo el metraje vemos pájaros (para la época, insertados de forma asombrosa) que en poco más de dos días se van volviendo cada vez más numerosos y violentos.

 

Los Pájaros es el ejemplo de cómo un guión mediocre puede dar a luz una película bastante buena. Y, aunque como hemos dicho el guión no es ninguna maravilla, los personajes que expone sí aparecen bien perfilados. Aunque es Melanie el personaje que representa al público, tenemos a otros que podrían plasmar nuestra actitud ante los hechos que van teniendo lugar como pueden ser el personaje del sheriff, que es un hombre escéptico que no cree más que en lo que ven sus ojos, o el de la anciana ornitóloga, que es una conservadora y no puede creer que podría ocurrir algo grave con los pájaros. Todos ellos interactúan en una historia que ahonda en temas como la soledad, el amor, los celos, el cazador cazado o la presa convertida en amenaza. Cuando ante el ataque de las gaviotas al pueblo Melanie se refugia en la cabina telefónica, el director nos muestra cómo es un pájaro en una jaula. No se trata de una jaula dorada sino de desdicha. Asistimos al conflicto entre los hombres y los pájaros sólo, que esta vez los pájaros están fuera y es el hombre quien está dentro de la jaula.

 

La manera en que Hitchcock nos prepara para un momento de tensión es simplemente magistral, sobre todo por cómo usa la información que poseemos nosotros y no el protagonista. Toda la escena del ataque exterior a la casa (que era una vieja granja rusa reconstruida) fue improvisada por su intuición, al igual que cuando la madre llama al granjero y ve en la pared cinco tazas de té rotas que cuelgan de unos garfios que sostienen las asas. La idea extraordinaria desde el punto de vista visual es que el espectador comprende al mismo tiempo que el personaje lo que significan las tazas rotas, pues en la escena anterior correspondiente al primer ataque se vieron otras tazas de té rotas. Y también recuerdo la escena que precede la salida de la escuela y hay más de lo mismo. Esta escena tiene lugar en el exterior de la escuela, cuando Melanie Daniel está sentada y tras ella los cuervos van reuniéndose. Melanie, preocupada, entra a la escuela para avisar a la maestra. Una manera parecida de narrar la encontramos en el ataque a la gasolinera para presentar el comienzo de la caída de las gaviotas sobre el pueblo. Y también hay sitio para las obsesiones sádicas del maestro. El encuentro con el hombre fallecido al cual los pájaros le han arrancado los ojos es un ejemplo de toque sádico. Esta idea le llegó a Hitchcock cuando, mientras rodaba en Bodega Bay, apareció la noticia de unos cuervos que habían atacado a unos corderos cerca de donde se encontraba filmando. Así, el director se entrevistó con el campesino que explicó cómo los cuervos habían descendido para matar a sus corderos atacándoles a los ojos.

 

Este análisis quedaría incompleto si no hablase de la banda sonora de Los Pájaros. No hay música de fondo, pero los sonidos de las aves fueron trabajados como una verdadera partitura por parte de Bernard Herrmann, quien ha compuesto y dirigido la música de los films más recientes de Hitchcock además de la obra cumbre de Orson Welles: Ciudadano Kane, para muchos la mejor película de todos los tiempos. Cuando la madre encuentra el cadáver del granjero la banda sonora es capital. En cuanto a la escena final, cuando Rod Taylor abre la puerta de la casa y por primera vez ve los pájaros que se pierden hasta el infinito hay un silencio, un silencio electrónico de una monotonía. No cabe duda de que es una de las mejores muestras de cómo usar el sonido como vehículo para crear tensión al espectador.

 

Y esta joya del suspense se la debemos a Alfred Hitchcock, nacido en el seno de una familia con fuertes creencias católicas. Tras trabajar como rotulista, pasa a formar parte de una compañía donde acaba haciendo de todo: guionista, director de arte, ayudante de dirección, etc. Allí conocerá a su futura mujer y el mismo año que se casa dirige su primera película, El jardín de la alegría, pero no será hasta su tercer largometraje cuando veamos su verdadero estilo, siendo éste el inicio de una serie de películas de suspense que le darán fama mundial y un pasaporte a Hollywood. Allí gana el Oscar su película Rebeca. Con La ventana indiscreta comienza a trabajar con la Paramount y será la primera película en la que colabore con James Stewart. La última película que dirigió fue La Trama. Un año antes de morir, 1979, recibió un homenaje del American Film Institute y es curioso señalar que aunque sus películas fueron galardonadas, Hitchcock nunca recibió un Oscar como mejor director. Sólo pudo conseguir cinco nominaciones, pero nos ha legado joyas cinematográficas como El hombre que sabía demasiado, 39 escalones, Recuerda, La soga, Vértigo, Con la muerte en los talones, Psicosis o, naturalmente, Los pájaros.

 

Respecto a la actriz principal, el maestro del suspense hizo un casting en San Francisco, encontrando allí a Tippi Hedren. El otro protagonista es Rod Taylor, inolvidable en la película de ciencia ficción El tiempo en sus manos, de culto. La madre de Mitch está interpretada por Jessica Tandy, que aparece ya más mayor en títulos como Cocoon ó Paseando a Miss Daisy. Finalmente la profesora Annie Hayworth está interpretada por Suzanne Pleshette, estrenando un papel de cierta relevancia que nunca más tendría pues en sus siguientes filmes aparece en papeles secundarios.

 

Bajo mi punto de vista, en esta película apreciamos unas gratas actuaciones, y es justo recordarla y visionarla para que no caiga en el olvido. Esta ha sido mi intención, ni más ni menos. Su cuidada fotografía del pueblo costero, el suspense que guarda dentro y la tensión perfectamente descrita en imágenes convierte a Los Pájaros en una cinta bastante notable que merece un pequeño hueco en nuestra sección de cine. Si alguno la vuelve a ver, siéntese con deleite y desafíe al muestro del suspense a que le sorprenda: Hitchock siempre asumía ese reto y aquí, acertadamente para mí, jamás intenta racionalizar la historia ni justificarla con estudios ornitológicos u otros clichés del género. Que por cierto, la idea le fue inspirada a Daphne por hechos reales cuando una extraña rabia se apoderó de un pájaro. Qué curioso.

 

Ficha técnica

 

Título original: Birds

Año: 1963

Género: Terror

Duración: 119 minutos

Dirección: Alfred Hitchcock

Guión: Daphne Du Maurier, Evan Hunter

Producción: Alfred Hitchcock

Distribuidora: Universal Pictures

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virgensuicida
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Poblador desde: 28/04/2009
Puntos: 2374

Está claro que me gustan tus artículos :)

La peli tiene momentos buenísimos, de mucha tensión. Cuando la vi era bastante pequeña y me aterrorizó de verdad, a algunos les parecerá una tontería, pero me costó dormir.

Como curiosidad, añado que en un curso que me dieron de música en el cine nos hablaron de esta película, cuya banda sonora está hecha de forma electrónica, simulando graznidos de pájaros.

Hitchcock es uno de mis directores favoritos, realmente sabe coger una idea más o menos simple (como ésta) y convertirla en una buena película. Además logra convertir en inquietante algo que es casi ridículo, como bien dices en el artículo. El final abierto me encanta, es difícil pensar en otro desenlace para esta historia.

El personaje de la profesora enamorada en secreto del prota es muy trágico, ¿no era ella la que aparecía muerta sin los ojos?

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