Redoblan tambores de guerra en el Paso de la Calavera

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Ha salido la nueva caja introductoria de Warhammer Fantasy y, traicionado por la reciente inmersión en mis recuerdos del Hero Quest, me temo que he caído bajo su influjo

Sí, los chicos de Games Workshop son raros. En el mundo hay cosas impepinables, y ésta, esté mal o bien decirlo, es una de ellas. Nunca entenderé porque los goblins del Hero Quest eran más duros de pelar que los orcos. Tampoco sabré jamás por qué no hay fimirs para los ejércitos de warhammer y, ya puestos, por qué nunca se creó un equipo de Blood Bowl con esos magníficos cíclopes -¡con el potencial que tenían para los placajes-.

 

Supongo que tendré que habituarme a políticas extrañas, como no sacar jugadores de Blood Bowl en plástico, y a autos de fe, como aquél que dice que los goblins son el cerebro de los equipos mixtos de ogros. Y lo tendré que hacer porque, mal que pese, los chicos de Games Workshop saben hacer su trabajo. Regalos como el Batalla por el Paso de la Calavera así lo prueban.

 

Ese “más de cien miniaturas” me traía ecos del Battlemaster, pero un rápido vistazo a su página web me dejó claro en seguida que era algo mucho mejor, algo más grande. Siguiendo la línea del Batalla por Macragge, el Batalla por el Paso de la Calavera es una puerta abierta al universo del Warhammer Fantasy, es ese portal que durante tanto tiempo –algunos- anhelamos.

 

Por supuesto, como uno va haciéndose perro viejo, irremediablemente, con los años, antes de entusiasmarme demasiado me he leído la información que venía por su página, que tampoco es demasiada. Más allá de los textos, las que me han cautivado han sido las imágenes.

 

Creo que lo que siempre me había mantenido alejado del Warhammer Fantasy había sido esa manía de poner ejércitos iniciales de elfos y humanos. Raro como soy, me resultaban las huestes menos sugerentes de todas las existentes en el amplio repertorio del juego. Sin embargo, esta vez no tengo quejas: enanos y goblins, bajitos y pendencieros.

Ciertamente, no soy un experto en miniaturas –los que hayan visto a mi bubalún pueden certificarlo-, pero como todo hijo de vecino, tengo mi sentido estético. Y debo decir que en este pack, conmigo, han dado en el clavo.

 

Las poses de las figuras son elegantes, nada artificiosas ni barrocas como en otras ocasiones. Además, precisamente ese barroquismo, flamígero o plateresco en ocasiones, que tanto me enervó en la última edición de Blood Bowl, brilla por su total ausencia. Tanto los goblins como los enanos son sencillos en sus planteamientos, lo que no quiere decir que no tengan buenos detalles y resulten increíblemente sugerentes. Cumplen lo que a mí me parece vital en una miniatura: que resulte creíble, que se pueda mover con lo que lleva a cuestas.

 

Ya la rematadera son las arañas. Sí, lo reconozco, ése es el estilo que me enamoró de las miniaturas de Games Workshop desde el principio: la originalidad de los planteamientos. Viendo esos jinetes de arañas uno puede soñar de nuevo con grandes gestas, con esa entelequia que de pequeños llamábamos Dragons. Siempre me he dicho que por cada cutre zombie del Hero Quest tenía un increíble fimir o un siniestro guerrero del caos. Lo bueno del Batalla por el Paso de la Calavera es que es cómo si todos pertenecieran a este último grupo.

 

Los mineros enanos, el general con sus barbas y su imperiosa hacha llamando a la carga, el troll, el chamán goblin y el caudillo montado en su garrapato –sí, como he dicho tengo mis propios gustos extravagantes, que incluyen una gran debilidad por los garrapatos, con quienes pensé, incluso, montar un equipo de Blood Bowl-, la propia escenografía… Sin duda, el Batalla por el Paso de la Calavera tiene todos los elementos para darme una alegría y, después del resultado, mejor imposible, del Batalla por Macragge, estoy dispuesto a adelantarme las Navidades.

 

Seguramente tendrá puntos oscuros –¿qué juego no los tiene?-, pero yo me quedo con lo que me interesa: más de cien figuras de las que me gustan y un escenario de los que hacen sentir tambores de guerra resonando en nuestras sienes. ¡A la batalla! Después de todo, lo importante es divertirse.

 

Además, en el peor de los casos siempre podré reconvertir todo el material para un proyecto que tengo para el Hero Quest. Ya os iré contando, aunque supongo que a estas alturas lo habréis adivinado: dentro de poco os irá cayendo alguna batallita más, aunque esta vez de Warhammer Fantasy.

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Varagh
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Puntos: 8300

La batalla por el paso de la calavera es de lo mas decente que ha sacado GW de un tiempo a esta parte.

EL warhammer mola, lo que pasa es que es un saca pelas de cuidado y la verdad, como que las batallas grandes se hacen eternas. Eso es lo bueno de esta caja, te ofrece todas las minis para una buena batalla que no dura demasiado y que la verdad, merece la pena.

“Quien vence sin obstáculos vence sin gloria”

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